De 798 denuncias, realizadas de 2010 a 2016 en la PGR sobre agresiones contra periodistas, 47 han sido por homicidio y solo se han obtenido 3 sentencias condenatorias. “Las pugnas entre delincuencia organizada han desatado una ola de muerte, donde quedan en medio los reporteros”
Una bala penetró su cuello. Un instante después, o quizás antes; no importa, otro pedazo de plomo, escupido de la boca de la misma arma rompió la carne de su pecho. La ojiva quedó incrustada en su tórax. El cuerpo tendido a la puerta de su casa.
Los daños casi irreparables; tanto para tener un diagnóstico reservado. Los cirujanos se encontraron con la arteria (carótida) más importante que lleva sangre a la cavidad craneal, indispensable para la vida.
Posterior, el hallazgo es no menos grave, fueron 3 heridas en un pulmón. Debió de ser un calibre grueso, hizo demasiado daño. Pues hirió el diafragma, el músculo que se contrae o se expande para ayudar a los pulmones a respirar; para intentar salvarle la vida, fue necesaria una segunda cirugía en el Centro de Especialidades Médicas del IMSS en Veracruz, para ello el hombre fue trasladado en un helicóptero.
A la hora que se escriben estas letras, Armando Arrieta Granados, jefe de redacción de La Opinión sigue debatiéndose entre la vida y la muerte.
“En Veracruz la situación es crítica por las pugnas entre delincuencia organizada, eso ha desatado una ola de muerte, donde quedan en medio los reporteros”, declara para ZETA, la periodista veracruzana Zayda Chiñas Córdova.
En ese estado recientemente gobernador por el PAN ha sido ejecutados 20 comunicadores del 2011 a la fecha. Sin contar con los heridos, agresiones o amenazas a quienes ejercen la libertad de expresión.
“A pesar del cambio de gobierno y de titular en la fiscalía, no se ha avanzado en las investigaciones; mientras, persista la impunidad seguirán los asesinatos”, sentencia Chiñas, también presidenta de una comisión de protección a los periodistas.
La Opinión que circula en el norte de Veracruz tiene una historia violenta. En 2014 fue secuestrado justamente quien ostentaba el puesto de Armando Arrieta, debido a una publicación sobre un hecho criminal. Antes de eso, el fundador del periódico, Raúl Gibb fue ultimado con 13 disparos.
El problema cobra dimensión con las cifras mundiales; en lo que corre de 2017, según Reporteros sin Fronteras, han asesinado a 7 periodistas alrededor del mundo; 3 de ellos en México, es decir 43 por ciento de los homicidios a los miembros de la prensa suceden en nuestro país. La respuesta del jefe de información, cambiaría la cifra.
Los otros países en donde se han registrado fatales ataques son Irak (2), Siria (1) y Afganistán (1).
En México 123 periodistas han muerto en las 3 últimas administraciones federales, 3 de ellos en lo que va de marzo.
El homicidio de estos periodistas y el atentado esta semana contra 2 más en Veracruz y Baja California Sur, ha motivado a los reporteros del país a manifestarse contra el gobierno federal, exigiendo un paro a la violencia contra comunicadores y cambios en la Fiscalía Especializada en la Atención de Delitos contra la Libertad de Expresión (FEADLE).
El homicidio de Cecilio Pineda, ocurrido en el municipio de Pungarabato, Guerrero el pasado 2 de marzo, a lo que se sumaron los homicidios de Ricardo Monlui Cabrera en Yanga, Veracruz el pasado 19 de marzo y el de Miroslava Breach el 23 de marzo en Chihuahua, Chihuahua. Con estos homicidios la cifra de periodistas asesinados desde el año 2000 a la fecha llega a 123.
A esto se sumaron los atentados de esta semana contra Julio Omar Gómez Sánchez el 28 de marzo en Cabo San Lucas, Baja California Sur, hecho en el que perdió la vida su guardaespaldas; otra agresión documentada esta semana fue la perpetrada contra el propio Armando Arrieta en Poza Rica, Veracruz, por el que se le reporta grave de salud.
Israel Hernández representa otro caso; reportero de Imagen del Golfo en Veracruz y corresponsal de Aristegui Noticias, resultó herido de bala durante la cobertura de un altercado sindical de la empresa Tubos de Acero de México (Tamsa) en Boca del Río, Veracruz, la madrugada del 24 de marzo.
El joven periodista relató a ZETA cómo un proyectil de lo que parece ser un arma nueve milímetros lo penetró en la cadera y se alojó entre órganos y huesos, por lo que fue intervenido quirúrgicamente el lunes 27.
Aunque son comunes los conflictos dentro de este Sindicato, debido a los desencuentros entre el grupo del líder disidente José Carlos Guevara y el secretario general, Pascual Lagunes Ochoa. Hernández fue uno de los dos únicos periodistas presentes en el lugar.
Los casos ya han sido atraídos por la FEADLE la cual, dando contestación a una solicitud de información a través de transparencia, informó que de 798 denuncias recabadas de 2010 a 2016, 47 de ellas por homicidio, solo se han obtenido 3 sentencias condenatorias.
Ante estos resultados, los manifestantes de Tijuana pidieron el establecimiento de procedimientos y protocolos claros para la investigación de delitos cometidos en contra de periodistas, así como la remoción del titular de la FEADLE, Ricardo Celso Nájera Herrera, inquietudes que el delegado estatal de la PGR, Pedro Jesús Torres Salazar, se comprometió a hacer llegar al titular de la fiscalía federal, Raúl Cervantes Andrade.
“Estamos haciendo una exigencia que es de toda la prensa…no es posible que nuestro país sea el lugar más peligroso de toda Latinoamérica para ejercer el periodismo, en el periodo que lleva el señor Enrique Peña Nieto como Presidente de la República se han asesinado a 30 periodistas”, declaró Bibiana Gutiérrez Olivar, presidenta de la Asociación de Periodistas de Tijuana.
Señaló que desde el homicidio del editor de ZETA Francisco Javier Ortiz Franco en 2004, no se había visto tanta unidad en el gremio para exigir un alto a la violencia. Gutiérrez recordó también el homicidio del codirector fundador de este medio, Héctor Félix Miranda, hecho del que dijo los periodistas no están conformes de las investigaciones que se realizaron, ya que Antonio Vera Palestina ya recobró su libertad y se encuentra trabajando para quien se presume fue el autor intelectual, Jorge Hank Rhon.