Al cumplirse un año de la desaparición del joven Juan Manuel Dozal, familiares, amigos y madres de otras víctimas encabezaron un mitin frente al edificio de la Procuraduría General de Justicia del Estado para exigir resultados en cuanto a la búsqueda de sus familiares.
“No hay nada, no nos han dicho nada”, expuso la joven Ruth Villela, esposa de Juan Manuel Dozal Aguilar, quien desapareció la noche del 19 de abril del 2016.
“Desapareció un día como cualquier otro, salió a la casa de mi suegro solo a preguntar a qué horas se iban a ir a trabajar. Cuando salió de su casa ya no volvió”, expuso Villela en alusión a lo sucedido con su marido.
Refiere que las autoridades les han asegurado que están haciendo su trabajo, pero hasta la fecha no hay datos que puedan servir para la localización de Juan Manuel.
“Después de un año me siguen diciendo lo mismo, me repiten lo mismo, como que tienen abandonado el caso y necesitamos más apoyo”, expone la joven mujer quien junto con otros familiares de desaparecidos han encabezado físicamente las búsquedas en algunos parajes de la periferia de la ciudad, hasta ahora sin éxito.
“No han ido conmigo para decirme ni una sola palabra, tengo año y medio buscando a mi hijo y jamás de los jamases he tenido alguna notificación”, expone por su parte la señora Oralia Castro Castro, madre del joven Hernán Cortez Castro, desaparecido en el ejido Tula hace 18 meses.
“Somos muchas mamás con los hijos desaparecidos, estamos desgarradas buscándolos porque ya no sabemos ni que vamos a hacer”, expone la señora quien también ha participado en la búsqueda por canales y drenes del Valle de Mexicali., lo último fue ir a Conagua con la petición de que bajen el nivel de algunos drenes y pueden buscar en esos lugares, pero hasta el momento no hay respuesta.
“Esos drenes ya no tienen salida, esos son los panteones donde los malos dejan a las personas. Mi hijo no era santo, pero es mi hijo y lo busco, lo quiero y necesito saber dónde ir a buscarlo, a llorar, a rezarle, saber dónde están sus restos”.
Su hijo desapareció desde el 12 de octubre del 2015 cuando un grupo de personas ingresaron abruptamente a su domicilio ahí en el Ejido Tula para llevárselo. “Fue un martirio desde ese mismo día, empezamos a buscarlo, a gritar por los canales para ver si lo habían tirado”.
Por su parte Irma Leyva, madre de Diego Hernández Leyva, un ex agente de la Policía Ministerial quien fue desparecido dese enero del 2007, comenta que han participado en varias búsquedas junto con un grupo de agentes de la PGJE. “Hemos andado caminando kilómetros y kilómetros con unos calores tremendos, algunas se han puesto mal, en las búsquedas hay subidas y bajadas y como que ya no tenemos edad, pero nuestra desesperación es mucha”.
Comenta además que han insistido solicitando que el Gobierno del Estado adquiera un aparato especializado –el geo radar- para la búsqueda de restos humanos.
“Hemos recorrido kilómetros y kilómetros y es algo muy agotador, con un palo o una pala para ver si aparece algún hueso que haya enterrado algún perro o algo, es lo que ha sucedido, y empezar ahí a escarbar, eso es lo que hacemos”, comenta y señalando que si las autoridades no hacen nada, los familiares como afectados, como madres con sus propias manos tienen que escarbar.