Política Breve y de Emergencia
Tomás Yarrington, quien fuera gobernador del Estado de Tamaulipas de 1999 a 2005, fue arrestado por autoridades italianas en la ciudad de Florencia, justo después de haber cenado en un céntrico restaurante en compañía de otras personas, haciéndose pasar por turista, mezclándose entre la gente, como lo venía haciendo por los últimos 5 años.
Yarrington era buscado por la justicia de México y de los Estados Unidos, se le acusa de haber recibido sobornos de los cárteles del Golfo y Los Zetas, y de lavado de dinero a través de diversas operaciones inmobiliarias. Ambos países habían solicitado a Interpol su colaboración para lograr su detención, ambos solicitaron ya la extradición.
En México los delitos de los que se le acusan fueron cometidos precisamente en el periodo de su encargo como gobernador, aunque fue hasta el 2011 cuando se le establece un expediente y se solicita su aprehensión. Si es juzgado y encontrado culpable por las autoridades mexicanas, podría ser condenado hasta por 20 años.
Estados Unidos tiene un proceso más extenso en su análisis de las conductas delictivas de Yarrington, desde 1998 hasta el 2013 le detectaron en los estados de Texas, EU y Tamaulipas en México delitos de importación y distribución de drogas, lavado de dinero, fraude bancario y estructuración de operaciones de dinero. Si es juzgado y encontrado culpable podría ser condenado a 2 cadenas perpetuas.
El caso del tamaulipeco ex gobernador Tomás Yarrington es otro más como los del sonorense ex gobernador Guillermo Padrés (también detenido), y el de Javier Duarte, ex gobernador de Veracruz (aún prófugo), el del chihuahuense César Duarte, también ex gobernador (también prófugo), como el del ex gobernador de Quintana Roo Roberto Borge, investigado y con órdenes de aprehensión ya solicitadas en su contra (según reveló el actual gobernador de esa entidad); otro caso como el de Rodrigo Medina, ex gobernador de Nuevo León, que ya fue detenido y puesto en libertad. Todos ex gobernadores, todos básicamente señalados por corrupción.
Porque, aunque los delitos son muy diversos, que van desde el enriquecimiento ilícito hasta el lavado de dinero y actividades de narcotráfico, en los hechos de lo que se trata es que en ejercicio del poder público llegaron a tal nivel de abuso, que no importó si se trataba de facultades directas o de gestiones posibles, aprovecharon su investidura para comprar, corromper y enriquecerse sin medida.
Ejes comunes se pueden identificar en las entidades gobernadas por estos políticos hoy en tela de seria duda: mientras en sus entidades la deuda pública creció exorbitantemente y el crimen organizado se posicionó territorialmente cual si se tratara de propiedad privada, la población en general se hartó y por vía democrática cambió a la clase gobernante.
Desde el año 2000 cuando vino la transición democrática, más de 20 gobernadores han sido investigados por actos de profunda corrupción en sus gobiernos, algunos inclusive corresponden a periodos distintos en las mismas entidades. El Estado mexicano carece de defensa delante de este tipo de comportamientos y mientras no se inicie una verdadera recomposición social, la corrupción podrá seguir impune por nuestro territorio; porque a Yarrington mejor que lo enjuicien los norteamericanos, acá capaz y sale libre.
Que la historia lo registre.- El Arzobispo de Tijuana, Mons. Francisco Moreno Barrón, al iniciar la semana más importante del año para los católicos, pidió a quienes se han dedicado a lastimar a sus semejantes, encontrar la paz a través del amor.
Botón rojo.- ¿Y el Sistema Anticorrupción de Baja California?
Salvador Morales Riubí, político tijuanense, ha sido funcionario municipal y estatal. Actualmente es empresario y consultor en temas de salud y relaciones públicas. Correo: smriubi@yahoo.com