San Diego, CA.- El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions y el secretario de Seguridad Interna, John Kelly visitaron la frontera de San Diego, California este viernes 21 de abril para advertir a las “ciudades santuario” que tienen hasta el 30 de junio para mostrar sus argumentos legales para brindar protección a indocumentados y no entregarlos a agencias federales para su deportación.
El día anterior, los funcionarios federales visitaron El Paso, Texas, en donde dieron el mismo discurso sobre la necesidad de reforzar la seguridad en la frontera y terminar con las organizaciones delictivas trasnacionales y pandillas.
Kelly, quien había visitado ya la frontera de San Diego en febrero de este año, declaró que si las autoridades locales no entregan a indocumentados para su proceso de deportación, entonces irán por ellos a los vecindarios, Cortes y a donde sea necesario para expulsarlos del país.
La conferencia de prensa se dio entre los dos muros que separan a Tijuana de San Diego en un área vigilada por la Patrulla Fronteriza y a unos cuantos metros de una de la carretera del Aeropuerto de Tijuana.
Horas antes, un grupo de 100 personas se manifestaron en la garita de San Ysidro, en San Diego, para rechazar la visita de Sesions y Kelly, al considerar que difunden un discurso de odio contra la comunidad migrante y buscan criminalizar las ciudades fronterizas.
Sessions explicó que esta mañana, se enviaron cartas a nueve jurisdicciones, entre ellas California y Nueva York, pidiéndoles que expliquen sus políticas de protección a indocumentados. También exhortó a que estos estados colaboren con las agencias federales para la deportación de aquellos migrantes sin estatus legal en el país que cometan un delito.
Acerca de las declaraciones del presidente del Senado de California, Kevin de Leon, quien calificó a ambos funcionarios y sus políticas de “supremacía blanca” y “racismo”, Sessions rechazó los comentarios y aseguró que cada año, 1.1 millones de personas obtienen residencia en Estados Unidos de manera legal.
“No somos un país que rechace la migración, tenemos gente cruzando la frontera todos los días”, aseguró.