Sucedió el 6 de abril en la toma de protesta de Miguel Ángel Badiola como presidente de la CANIRAC en Tijuana, con la presencia de Hugo Vela Reyna, dirigente nacional de ese organismo. Lo que más llamó la atención no fue el acto en sí, o el hecho que ocurriera en uno de los restaurantes más centrícos y concurridos de la ciudad, sino dos cosas: el abrazo cariñosísimo y afectuoso que prodigaron el alcalde Juan Manuel Gastélum y el ex reo del penal de “El Hongo” por acopio de armas, Jorge Hank Rhon. Además que éste, violando el reglamento municipal y las leyes internacionales frente a cientos de personas, incluyendo la autoridad, fumó cigarrillos en un lugar cerrado y por lo tanto prohibido.
En la mesa de honor los dos amigos, Hank y Gastélum, solo separados por Hugo Vela. Francisco Rueda, secretario general del gobierno estatal fue relegado a un tercer nivel, y no al lado del presidente nacional de la Cámara, como se hace en todo el país y marca el protocolo.
Antes de arrancar el evento, el ex alcalde priista, detenido en 2011 acusado por acopio de armas y posteriormente señalado por homicidio, fue acomodado en la mesa por Miguel Ángel Badiola, su empleado y a quien nombró representante de Mujeres Divinas -un restaurante al interior del Hipódromo Caliente- para que éste obtuviera la presidencia estatal de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados de Tijuana. Badiola fue el encargado de apapachar a Hank mientras el evento iniciaba, pero la pleitesía acabó al arribo del presidente municipal de Tijuana. Hank se incorporó mientras Gastélum extendía los brazos. Sonrisas enormes los dos, sin faltar las palabras al oído, las palmadas en la espalda. Un abrazo ejemplar entre ex prisionero y ex diputado. Quizá solo comparado con el que se dieron don Francisco Vega de Lamadrid, gobernador del Estado y el propio Hank la noche del sábado 2 de agosto de 2014, cuando el priista prestó su estadio de futbol para el evento que impulsaba Brenda Ruacho, esposa del mandatario, para la construcción del Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT).
Hank disfrutó el 6 de abril el cariño del alcalde panista y de las consideraciones de la autoridad que nadie más tiene. El restaurante Villa Saverios, donde como en cualquier otro establecimiento, está estrictamente fumar en su interior, Hank lo hizo mientras el presidente municipal e invitados lo atestiguaban. Por lo menos en dos ocasiones el priista se llevó a la boca el cigarrillo, sin que encargados del restaurante o la autoridad presente, le dijeran que ello está prohibido y le conminaran a apagar el cigarrillo. Para nada. Antonio Vera Palestina, quien purgó sentencia por homicidio del cofundador de ZETA, Héctor Miranda Félix, estaba sentado detrás de su jefe y fue el encargado de llevarle el cenicero de cristal para que el dueño de Grupo Caliente depositara sus cenizas. Al respecto no solo la Ley que Protege los Derechos de los No Fumadores en el Estado de Baja California, también la Ley General para el Control del Tabaco, indican que los espacios donde se permite fumar deberán estar al aire libre, o bien, totalmente separados de piso a techo y de pared a pared, de los espacios 100 por ciento libres de humo. Hank fumó frente a quien representa la máxima autoridad municipal, de la cual depende la Dirección Municipal de Protección al Ambiente, la cual a decir de su reglamento, debe realizar los operativos de vigilancia para dar protección a los no fumadores. Si se hubiera aplicado la Ley, al restaurante se le debió imponer una sanción desde mil a 4 mil salarios mínimos, según la fracción II de la citada Ley, algo así como entre 80 mil y 230 mil pesos. El fumador también lleva su sanción, pero obvio ninguna de esas dos acciones sucedió, ni porque el alcalde Gastélum fue testigo de la violación al reglamento. Aquí un caso de favoritismo, de aplicación parcial de la Ley, y de una justicia selectiva. De plano Juan Manuel Gastélum no reacciona ni cuando le quebrantan el reglamento en persona.