Ante la crisis económica en los dos primeros meses de 2017, “más vale precios bajos pero vender masivamente, que tasas impositivas altas e inhibir la actividad económica”, advierte a ZETA el economista José Luis Contreras luego de que Hacienda admitiera un boquete de 10 mil 53 millones de pesos por la caída del consumo interno
El ajuste en el gasto público deteniendo las contrataciones de burócratas, una fiscalización más acuciosa del gasto, un recorte del 50 por ciento en los gastos de la presidencia, además de un cambio en la política fiscal son las opciones que la administración de Enrique Peña Nieto debe generar ante la recesión económica por la que pasa el país, acordaron analistas consultados por ZETA.
La administración inició su quinto año con un descalabro financiero, tirando por tierra el discurso oficial de una economía fortalecida en recuperación y con crecimiento del consumo.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el consumo privado bajó 0.3 por ciento en marzo frente al mes anterior, arrastrado por la caída en el consumo de bienes y servicios de origen local.
En tanto que en la primera quincena de febrero de la inflación fue de 4.71 por ciento, ubicándola por arriba de las expectativas oficiales del 3.0 por ciento.
Analistas consultados por el Banco de México (Banxico) subieron su estimación del indicador al cierre del año en 5.39 por ciento, lo que habrá de generar una disminución en el consumo interno, que es todo lo contrario a lo que se requiere para equilibrar las políticas que podrían venir del Presidente Trump en las próximas negociaciones del TLCAN.
Derivado de dicha estimación, el poder adquisitivo del salario mínimo sufrirá una pérdida de 4 por ciento, según la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, con lo que se esfuma la cifra alegre del Presidente en cuanto a la recuperación del mismo.
Por si esto fuera poco, para el Consejo Nacional de la Alimentación (Conali) el incremento entre el 14 y 20 por ciento en los combustibles generó un encarecimiento en los productos de hasta un 30 por ciento desde el primero de enero.
Ante dichos incrementos el consumo inicial se detuvo y de ahí que en enero la recaudación de impuestos no logró lo programado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Sus ingresos se ubicaron en 257 mil 36 millones de pesos, lo que significó un boquete fiscal de 10 mil 53 millones de pesos menos.
Si bien en 2014 el Ejecutivo federal hizo el compromiso, a través del Acuerdo de Certidumbre Tributaria, de no crear nuevos impuestos ni incrementar las tasas de los existentes, sí ha generado una incertidumbre en los contribuyentes debido a una campaña de fiscalización para obtener recursos para los compromisos establecidos en el presupuesto de egresos.
Sin crecimiento
Cuando Enrique Peña Nieto toma el cargo el Producto Interno Bruto (PIB) se ubicaba en 4.02, los años subsecuentes no ha logrado remontar siquiera al 3 por ciento pese a la promesa presidencial de que el país crecería de forma sostenida en 6 por ciento.
“El gobierno federal trae un desorden en todas sus variables, debe ajustar el gasto público, detener la contratación de personal, disminuir sus gastos y los viajes que hacen para atraer inversiones puedan tener una métrica para comprobar su eficacia”, expuso el analista Roberto Valero.
Consultado por ZETA externó que el gobierno federal niega la realidad de un país que no presenta desarrollo.
“Eso que dicen la Secretaría de Hacienda y el Presidente, que la economía está en desarrollo, eso no es cierto. El país puede estar creciendo, pero el desarrollo no existe. Y de repente le subes los precios y no lo hacen por cuestiones de mercado. Y con ello suben las tasas de interés, nos da como resultado precios altos, una economía que va a crecer poco y que te pone como dice la calificadora Moody’s en una recesión económica”.
El 9 de febrero pasado la Junta de Gobierno del Banco de México decidió aumentar en 50 puntos base objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a nivel de 6.25 por ciento desde un nivel previo de 5.75 por ciento.
Lo anterior encarece los créditos y complica la situación comercial de las empresas que ofertan sus bienes y servicios, pues a la par enfrentan un aumento en los energéticos.
“2017 va a ser más difícil también por los recortes del gobierno federal dejando un presupuesto para flotar, por ello, la economía está muy endeble. Además tenemos el Tratado de Libre Comercio, las amenazas de subir impuesto a exportaciones y con ello el posible atorón de las inversiones porque les van a bajar los impuestos ofreciendo un escenario amigable y obviamente van a privilegiar estar allá. Puede ser el año más difícil de Peña Nieto”, lapidó.
Baja expectativa de crecimiento
Al difícil escenario económico que vive el país se le suman las primeras estimaciones a la baja en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), ante la incertidumbre de la relación con Estados Unidos, principal socio comercial. Donde Banxico considera que se ubicará en entre 1.3 y 2.3 por ciento. El estimado para 2018 cayó también entre 1.7 y 2.7 previo al rango de 2.2 y 3.2 anunciado en noviembre.
“Nuevamente nos bajan la expectativas de crecimiento a inicio de año a 1.5 por ciento. Cuando tenemos oportunidad de hablar con las autoridades federales son muy optimistas con sus números, nos comparan con otros países que están creciendo menos o decreciendo, como Brasil. Sin embargo debería compararnos con naciones que realmente tienen crecimiento importante como Perú o Panamá, etc.”, dijo a ZETA el presidente de Canacintra Tijuana, Marcelo Hinojosa Jiménez.
Afirmó que el escenario en el caso industrial es difícil, pues se pronostica un decrecimiento, ya ni siquiera un sostenimiento de la actividad.
“Se le ha propuesto al gobierno federal fortalecer las Pymes, porque acceder a los recursos es imposible, por más programas que dicen tener se tienen mil restricciones para poder acceder. En el caso de la maquiladora donde nuestro principal cliente es Estados Unidos nos pide una certificación con normas internacionales y la mayoría de las Pymes pueden hacerlo por falta de recurso, es un círculo vicioso porque no tiene dinero para pagar la certificación y a la vez no los contratan”, acotó.
En el tema de la luz eléctrica que se dio desde junio de 2016 dijo que a diciembre del año pasado se tenía un aumento del 50 por ciento en la tarifa industrial, con las alzas subsecuentes en 2017.
“La gasolina representa para nosotros el 33 por ciento del costo final de nuestro producto. Súbele un 20 por ciento, más los gasolinazos mensuales de cierta manera nos viene a restar competitividad. Prometieron mejores tarifas eléctricas con la Reforma Energética y ha sido todo lo contrario”, abundó.
Desde su punto de vista el gobierno federal llegó al quinto año de gobierno con un crecimiento más bajo de lo que tenía al inicio. “Hicieron Zonas Fiscales Especiales en lugares muy pobres, donde nunca se van a dar porque carecen de infraestructura y proveedores para que las empresas se instalen ahí. En nuestro caso, si lo que ha dado resultado era que estaban instaladas en la frontera, deben retomarlo”, finalizó.
Políticas de Peña inhiben el consumo
Las cifras son de la SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público). En enero pasado los ingresos que se quedaron por debajo de lo estimado fueron los relacionados con los impuestos que se pagan por un consumo interno.
Del Impuesto al Valor Agregado (IVA), la captación sería de 80 mil 629 millones de pesos, solo se obtuvieron 75 mil 802 millones.
La meta para el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) era de 36 mil 139 millones de pesos, llegaron a 29 mil 850 millones de pesos.
Para el economista José Luis Contreras Valenzuela algo que no ha querido entender el gobierno federal es que una tasa alta impositiva no implica más dinero a las arcas.
“Mayores tasas de recaudación representan para la actividad económica en general un inhibidor, baja el ritmo y la masa de mercancías que se comercian. La masa sobre la cual vas a estar gravando va a ser menor y aquí viene un principio básico en el comercio.
“Más vale precios bajos pero vender masivamente que tasas impositivas altas e inhibir la actividad económica. Ése ha sido el error de la política pública en esta administración. Todos los años nos van a vender un hoyo fiscal para poder despacharnos otra propuesta económica y compensar la disminución de los recursos por ese concepto”, afirmó el entrevistado.
El año pasado se habló de un boquete fiscal de 257 mil millones de pesos a compensar con el IEPS a la gasolina, pero el volumen de ventas ha bajado y lo cobrado no será suficiente.
“Lo que hay que hacer (es) una política pública que estimule el crecimiento económico, más inversión, empleo y eso estimula el mercado. Si persistimos en medidas fiscales que inhiban el consumo. Si estamos ante una administración pública obesa, golosa, no habrá recurso suficiente debido a una burocracia costosa”, sentenció el académico entrevistado por ZETA.