A nueve años de la primera edición y tras un minucioso trabajo de investigación histórica –tras revisar archivos, bibliotecas, museos en ambos lados de la frontera– Manuel Rojas recién concluyó y presentó la segunda edición de su libro “Apaches”, donde rigurosamente documenta e insiste en su tesis de que esta etnia indígena es de origen mexicano.
Incluso recalca un dato que finalmente pudo recabar que indica cómo Gerónimo –uno de los líderes de este grupo indígena– nació en el poblado de Arizpe, enclavado en plena sierra sonorense.
Se trata de un libro de 437 páginas cuidadosamente editado donde –aparte del sinfín de datos “que nunca van a encontrar en internet”, insiste el autor– hay una variedad de imágenes tanto de indígenas apaches como de militares, sobre todo estadounidenses que los combatían.
Esta segunda edición fue publicada por el Instituto de Cultura de Chihuahua y se ha agendado para la presentación del libro el jueves 16 de marzo en el Cearte de Ensenada y el viernes 17 en las instalaciones del ICBC en Tijuana.
Según lo explicó el propio autor, este trabajo le llevó más de cuatro años con visitas en la parte noroeste de la Sierra Madre de Chihuahua, las reservaciones apaches de San Carlos, Arizona, en Escalde, Nuevo México; y en su presentación en Mexicali el autor expuso que este libro contiene 195 documentos duros, calculando que en estos viajes se gastaron cerca de 27 mil dólares.
“Para mí la investigación de campo es un placer, es parte de mi vocación”, expuso Rojas, sociólogo de formación, director de teatro además de escritor.
Recalcó que en su tarea ha buscado resarcir las omisiones historiográficas, explicando que su preocupación como investigador de la frontera México-Estados Unidos ha sido la de insertar a la etnia apache en el mapa etnográfico de Sonora y Chihuahua. “En Sonora los borraron por decreto”, aseveró el autor de esta segunda edición del libro en torno a esta combativa etnia indígena.
“La clase política de nuestro México prácticamente desde la Nueva España hasta nuestros días sigue siendo la misma, van a encontrar apellidos recurrentes”, explicó el también sociólogo, añadiendo que “Cada trabajo que logro lo hago a contracorriente de la historia oficial”.
Rojas considera que para ser un buen historiador hay que hacer aportaciones inéditas, comentando además que –con escasas excepciones– la historia de lo que ha sucedido en la frontera le ha interesado muy poco a la clase política.