México surte el 94 por ciento de la heroína que se consume en Estados Unidos, informó el Departamento de Estado de aquel país, ayer jueves, al dar a conocer su reporte anual sobre el narcotráfico en el mundo indica.
El informe, enviado al Congreso estadounidense, cita a México como uno de los mayores productores de heroína, mariguana y drogas sintéticas -arriba de Colombia con el 2 y el 4 por ciento, y el resto de Asia, la mayoría de Afganistán-.
El Departamento de Estado también coloca a México como uno de los principales países de tránsito de dichas drogas y también de cocaína procedente de Sudamérica. La mayor producción encaja con el auge de demanda en Estados Unidos, que vive su peor crisis de adicción a la heroína y los opiáceos, según el informe.
Ayer también, el director del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), James Comey, alertó que narcotraficantes mexicanos ya penetran todos los mercados de la costa este estadounidense, como Nueva York y Washington, con una “heroína blanca” altamente pura.
“Los traficantes mexicanos han entrado al negocio de la heroína y han acortado las líneas de transportación”, advirtió Comey, durante un foro realizado en Richmond, Virginia. “Pero aún más preocupante: están cultivando sus propias amapolas de altitud en el sur y el suroeste de México, lo que acorta las líneas de transportación todavía más”, destacó el funcionario.
“Se puede encontrar la heroína mexicana altamente pura, heroína blanca, especialmente en la parte este de Estados Unidos, en todos lados. Ellos [los narcotraficantes] han vendido heroína con pérdidas con tal de ganar participación de mercado en todo el país”, explicó Comey.
La heroína mexicana alcanza un 57 por ciento de pureza, y la colombiana, 31 por ciento, y entre 90 y 94 por ciento del total de la heroína consumida en EU ya es producida en México, dijeron autoridades estadounidenses. El resto, en Colombia y Asia, según afirmó William Brownfield, subsecretario de Estado para Narcóticos.
“Es quizá la peor crisis de drogas que hemos visto en Estados Unidos desde 1980 y la peor crisis de heroína y opiáceos que hemos visto en Estados Unidos en más de 60 años”, dijo el funcionario estadounidense, por su parte.
“A veces usamos palabras como ‘epidemia’ o ‘sin precedentes’ o ‘histórico’ en formas que no son muy precisas”, dijo Chuck Rosenberg. “Esto no tiene precedentes. Esta es una epidemia”, señaló el jefe interino de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).