A partir de mañana viernes 17 de marzo, los cines del país exhibirán en sus pantallas “La Bella y la Bestia” que, bajo la dirección de Bill Condon, cuenta con las actuaciones de Emma Watson, Dan Stevens y Luke Evans para mostrarnos en acción real el cuento que Walt Disney Pictures estrenó en su versión animada en 1991 y que se convirtió en un clásico que rompió records en taquilla –sumó más de 100 millones de dólares en su debut- e inició la brecha de proyectos de animación que se adaptaron a Broadway.
“Pasaron 25 años y la tecnología ha alcanzado las ideas que fueron presentadas en la película animada. Ahora es posible, por primera vez, crear una versión realista de una taza de té que habla, en un plató real, en un formato totalmente realista de acción en vivo…Yo quiero que la audiencia acepte el formato y comprenda que, cuando están bien hechos, los números musicales en el cine no distraen, sino que profundizan y ayudan a crear más significado”, detalló en notas de producción, el cineasta que considera perfecta la versión en dibujos animados de Kirk Wise y Gary Trousdale, motivo por el que dudó en sumarse al proyecto.
Sin embargo, su participación terminó por darse cuando reconoció la infinidad de posibilidades que le daría estar al frente de trasladar el cuento de 1770 a acción real, entre las que figuraban el rendirle homenaje a los musicales y ser el puente que uniera la historia con nuevas generaciones. Aunque lo primero no dejó de lado que la producción fuera un trampolín de datos curiosos que hoy son compartidos por el estudio con motivo del estreno:
- Durante el rodaje se compraron –y en ocasiones cultivaron- un aproximado de mil 500 rosas rojas para utilizar en el set.
- El bosque encantado se creó con setos verdaderos y cuenta con 20 mil carámbanos en su lago congelado. Tardaron quince semanas en hacerlo.
- El vestuario de la película se hizo solamente con materiales sustentables que lograron trabajar con ayuda de las empresas Eco Age y Green Carpet Challenge, por lo que su impresión se hizo con moldes tradicionales de madera y se tiñeron de forma natural.
- 12 mil horas de labor fueron necesarias para crear el icónico vestido amarillo de Bella con 55 metros de organza de satén, 2 mil 160 cristales Swarovski y 915 metros de hilo.
- La decoración con velas contó con 8 mil 700 piezas, es decir, 2.7 metros de cera.
- Se necesitó el trabajo de más de mil personas para el diseño, elaboración y decorado de los diferentes sets.
- Mil 115 metros cuadrados de mármol falso componen el piso del salón de baile que tomó como referencia la parte superior de la Abadía Benedictina de Branau, ubicada en Alemania.
- Cada una de las diez lámparas del salón mide 4 por 2 metros y tienen de base candelabros reales de Versalles, por lo que fueron recubiertos de tela e iluminados.
- Se usaron tres caballos para las escenas que requieren de éstos y dos debían ser pintados en cada llamado.
- Bill Condon se inspiró en “La Belle et le Bete” (1964) de Jean Cocteau, para la creación de las escaleras y terraza que son parte del castillo, así como las columnas en el jardín que incluyen rosas.
- La primera lectura del guion se dio un 14 abril, día que cumplen años Emma Watson (Bella), Luke Evans (Gastón) Nathan Mack (Chip) y Emma Thompson (Mrs. Potts).
- Se retomaron letras de canciones que no se usaron en el filme animado pero que fueron escritas por Howard Ashman.
- El anagrama “WD” que parece en el escudo de armas del castillo, acompañado de un león y un jabalí, es referencia a un rol ficticio pero se reinterpreta como Walt Disney.
- La mascota de Madame de Garderobe (Audra McDonald), es un perro que se rescató de uno de los refugios más viejos de Reino Unido.