El juez federal estadounidense John Odell ordenó liberar a Daniel Ramírez Medina, el “dreamer” mexicano que estaba bajo la protección del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), esto en lo que se resuelve su proceso para ser deportado.
Los oficiales migratorios arrestaron al joven de 24 años de edad, el pasado 10 de febrero, en su domicilio en Seattle, cuando intentaban detener a su padre, al que habían deportado antes, y estaba catalogado como “un delincuente implicado en delitos graves”.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), aseguró que el “dreamer” reconoció que pertenecía a una pandilla, la de “Los Paizas”, lo cual él niega vehementemente.
El joven no tiene antecedentes penales y en dos ocasiones aprobó las revisiones de antecedentes para poder inscribirse en el programa DACA, que el gobierno de Estados Unidos le quitó por tener un tatuaje que dice “La Paz BCS” y una estrella náutica. Sin embargo, acuerdo con un documento de la defensa, el símbolo hace referencia a su lugar de nacimiento en México y no a una pandilla de California.
Matt Adams, abogado del Northwest Immigrant Rights Project, dijo a la agencia estadounidense The Associated Press que espera que Ramírez Medina -quien se encuentra recluido desde el 10 de febrero pasado en una cárcel de Tacoma, Washington-, sea liberado mañana miércoles.
El joven llegó a Estados Unidos desde México cuando tenía siete años y se convirtió en un beneficiario del DACA en 2014, un programa federal que beneficia a más de 750 mil jóvenes, gracias a una orden ejecutiva del presidente Barack Obama, que permite que los jóvenes traídos de manera ilegal a Estados Unidos cuando eran niños, se queden en el país, y obtengan un permiso de trabajo.
El joven dreamer, quien ya es padre de un niño de tres años, declaró al diario The Washington Post que cuando recibió el programa DACA se sintió especial, “se suponía que era uno de los privilegiados, pero nunca espere que pudiera llegar a ser encarcelado”.
La semana pasada, El juez federal de distrito en Seattle, Ricardo S. Martinez, ratificó una decisión de no liberar a Ramírez, y dijo que en lugar de ello él debería impugnar su detención ante un tribunal de inmigración, ya que “aún hay muchas interrogantes con relación a la conducta del gobierno” al arrestarlo.