A lo largo de esta semana los creadores de la película “El Libro de la Vida”, estarán en diferentes puntos de la ciudad para compartir con la gente sus experiencias en el mundo de la animación, recorrido que esta tarde tuvo su primer encuentro en el Teatro CALA-FÓRNIX del Instituto Tecnológico de Tijuana, plantel Tomás Aquino.
Ante una convocatoria a tope, allí el propio Jorge. R. Gutiérrez explicó que nació en la Ciudad de México pero que después del terremoto de 1985, su padre, originario de Tijuana, decidió que se mudarían a la frontera: “Me dijo: ‘nos vamos a un lugar tranquilo donde los niños pueden jugar y donde no hay crimen. Pero no se me va a olvidar que llegando a Tijuana vi una barda blanca gigante con pintura roja, que de niño pensaba que era sangre, y que decía ‘haz patria, mata a un chilango’. Esa es mi historia”, recordó entre risas el hoy cineasta de 42 años.
Mientras que su esposa, Sandra Equihua evocó el haber crecido muy de cerca al contexto de las luchas por nacer en la ciudad y vivir detrás del Auditorio Municipal. Sin embargo, fue hasta que ella tenía 17 años y él 30 que se conocieron en un concierto de La Lupita y Tijuana No, en la Feria Tijuana, sin prever que se convertirían en una mancuerna fuerte en lo personal y profesional.
“En nuestros primeros años en la animación la verdad es que saqué mucha inspiración de Tijuana. A los 13 o 14 años empecé a tomarme las caricaturas un poquito más en serio porque como todo niño me la pasaba viendo caricaturas y películas animadas y a los 14 años, mi papá que es arquitecto me dijo que si quería estudiar caricaturas me iba a morir de hambre, que debía estudiar arquitectura o diseño gráfico. En las noches o los fines de semana me ponía a hacer caricaturas porque nadie haciendo caricaturas, especialmente en México, puede vivir de eso. Me puso un desafío de que si me dejaban entrar a la mejor escuela de animación de todo el mundo me dejaba estudiar animación, con la idea de que eso me iba a destruir mi corazón, me iba a aplastar y me iba pisar todos mis sueños, pero al revés, lo tomé como un reto”.
Pese a considerarse un estudiante mediocre, así fue como Jorge R. Gutiérrez se puso un plazo de cuatro años para realizar intentos e ingresar al Instituto de Artes de California (CalArts, por sus siglas en inglés) escuela que, por ser fundada por Walt Disney, tiene un promedio de mil aplicaciones por curso pero solo acepta a 32, según promedió el cineasta.
“También decidí tomar todas las clases que pudiera, me la viví en la Casa de la Cultura, me encantaba el dibujo anatómico cuando las muchachas eran bonitas y poco a poco fui aprendiendo. Me la vivía en el CECUT y tuve una experiencia a mis 15 años de una exhibición allí de talento joven, llevé mis cuadros y me los aceptaron, sentía que ya había triunfado en ese momento. Ese tipo de cosas me fueron motivando, hasta que por fin me aceptaron en CalArts a los 17 años, cuando mi plan era que no me iban a hacer por cuatro años y en esos cuatro años me iba a volver mejor”.
Cómo puso de Plan B el ser pintor, qué tan importante es la cultura de México en su trabajo, la búsqueda de ambos por participar en “Mucha Lucha”, lo que implicó en sus vidas el cese de “El Tigre: Las Aventuras de Manny Rivera”, la creación de su estudio Mexopolis, el inicio del “Libro de la Vida” y su presentación con Guillermo del Toro para que la produjera, entre consejos, risas y más anécdotas, redondearon la plática presentada por el Consulado General de Estados Unidos en Tijuana, a través de Tijuana Innovadora.
La visita de Sandra y Jorge continuará mañana martes 14 de marzo con una charla en Espacio Entijuanarte en punto de las 5:00pm.
