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martes, febrero 20, 2024
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Estereotipos (creencias) de los hombres y las mujeres

Consultoría Matrimonial

 


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Los estereotipos son modelos o patrones de conducta que definen cómo deben ser, actuar, pensar y sentir los hombres y las mujeres en una sociedad y representan un conjunto de atributos o características que se les asigna a cada uno de ellos, estableciendo las diferencias entre hombres y mujeres, y de esta manera determinar una única forma de ser hombres y mujeres, en donde no se puedan concebir variaciones o modos alternos de conducta.
Los estereotipos son transmitidos y recibidos a través de los procesos de socialización, la crianza y la comunicación (medios, cine, tv, etc.), o por medio de la estructura social en el cual se han desenvuelto las personas durante toda su vida, por eso los estereotipos de género son muy resistentes al cambio.


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Desde que nacemos, al hijo recién nacido, los padres, familiares y la sociedad misma les ponen unos atributos creados de una idea preconcebida y preconfigurada, por ejemplo, en aspectos como el color de la ropa (azul para los niños, rosada para las niñas), los juguetes (carritos y balones para los niños y muñecas y cocinitas para las niñas). A las hijas desde la primera infancia se les involucra en actividades domésticas que más adelante deberán reproducir en su hogar en la vida adulta (barrer, lavar, etc.) y a los niños, en cambio, se les educa para que sean fuertes, para que no expresen sentimientos diferentes a la ira y la rabia, y se les prohíbe entonces ser débiles ante los demás. Es así como a las mujeres y a los hombres se les educa de manera distinta y se espera que estas enseñanzas se vean exteriorizadas en la vida cotidiana y que se transmitan de padres a hijos.

La mujer, ama de casa, esposa, madre, si trabaja afuera, es preferentemente o secretaria, o enfermera, o profesora… (pero casi siempre subordinada a un jefe); pero también mujer objeto, mujer fatal, siempre inestable emocionalmente, o pasiva, frívola, tierna, sumisa, dependiente, débil, menor desarrollo intelectual, pero eso sí, siempre bella.

El hombre, aparece con una serie de valores igualmente estereotipados, en una serie de roles que le guste o no, la sociedad le exige asumir: es estable emocionalmente, dinámico, agresivo, dominador, racional, valiente, intelectualmente capaz, amante del riesgo, proveedor, etc. Hace unos años surgió el concepto de metrosexual, ese hombre preocupado por su aspecto como lo están las mujeres, y, desde luego la estrategia, premeditada o no, fue un acierto comercial y hoy hay todo un desarrollo en productos de belleza masculina, parte de los cambios que se están dando.

El impacto de los estereotipos y los roles de género en México se estructuran y construyen culturalmente en torno a la diferencia sexual de los individuos que la conforman, la cual determina también el destino de las personas, y que se espera desempeñen, y que se han construido socialmente. Los roles de género son conductas estereotipadas por la cultura, por tanto, pueden modificarse dado que son tareas o actividades que se espera realice una persona por el sexo al que pertenece. Ejemplo: tradicionalmente se ha asignado a los hombres roles de políticos, mecánicos, jefes, etc., es decir, rol productivo; y a las mujeres, rol de amas de casa, maestras, enfermeras, etcétera (rol reproductivo, INMUJERES, 2004).

El concepto sexo se refiere a las diferencias y características biológicas, anatómicas, fisiológicas y cromosómicas de los seres humanos que los definen como hombres o mujeres; son características con las que se nace, universales e inmodificables. En cambio, el género es el conjunto de ideas, creencias y atribuciones sociales, que se construye en cada cultura y momento histórico con base en la diferencia sexual. De aquí surgen los conceptos de masculinidad y feminidad, los cuales determinan el comportamiento, las funciones, las oportunidades, la valoración y las relaciones entre mujeres y hombres. Es decir, el género responde a construcciones socioculturales susceptibles de modificarse dado que han sido aprendidas (INMUJERES, 2004). En consecuencia, el sexo es biológico y el género se elabora socialmente, de manera que ser biológicamente diferente no implica ser socialmente desigual.

Gracias como siempre a mis dos o tres lectores por sus comentarios y consultas al e-mail: bautista46@hotmail.com

 

El autor reside en Tijuana, B.C.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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