Sin bases ni cimientos sólidos, las endebles habitaciones registran cuarteaduras y filtración de humedad. El incumplimiento con los lineamientos de edificación está documentado, pero ni la dependencia federal encargada del programa ni las organizaciones sociales a las que asignó directamente la edificación de 2 mil cuartos en Baja California, atienden la irregularidad; “¿Qué se queja?, si esto es gratis”, es la única respuesta que dicen recibir los afectados
En el segundo semestre de 2016, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) inició en Baja California la ejecución del programa Cuarto Rosa, cuyo objetivo es combatir el hacinamiento en familias de escasos recursos, mediante la construcción de un cuarto adicional.
De las 2 mil acciones que se destinaron a Baja California, 500 se concentraron en diversas colonias populares de Tijuana, municipio en el que solo se han entregado el 50 por ciento de las acciones, mientras que el resto está sin concluir o, de plano, no se ha iniciado su edificación.
Peor aún, las pocas habitaciones construidas registran daños estructurales, lo que está afectando el resto de la vivienda en donde se adhieren.
Los “beneficiados” se quejan de que durante las recientes lluvias, el techo y paredes no podían contener el agua; señalan que la losa de cemento colocada como piso es de poco grosor y que no se colocaron cimientos ni castillos que sostengan los cuartos.
Autoridades de Sedatu dicen inspeccionar el desarrollo del programa que fue asignado en forma directa, sin pasar por licitación desde las oficinas centrales de la dependencia a 3 organizaciones sociales: Fundación Ameyal, Frente de Acción Ciudadana, Ameyaltzin, siendo esta última la que se hace cargo de las obras en Tijuana, teniendo como responsable a la arquitecta Karla Rendón.
Tanto Rendón como los trabajadores utilizaron indumentaria que los identificaba como personal de Sedatu y no de la red social Ameyaltzin.
Los afectados han intentado reclamar la mala calidad y la demora de las obras, pero cuando plantean sus inquietudes la respuesta de Rendón y de quienes se dicen representantes de Sedatu es la misma: “¿Qué se queja?, si esto es gratis”.
Burdo apoyo
Un marcado olor a humedad puede percibirse desde que se entra al cuarto construido en la vivienda 667, de la calle Primer Ayuntamiento, morada de la señora Marina Aguirre y su familia.
Es el Cuarto Rosa que le fue construido con recursos de Sedatu, aunque la obra se realizó hace pocos meses ya presenta cuarteaduras en cada una de las esquinas y durante los días de lluvia el agua escurría desde el techo y por las paredes.
Por si fuera poco, señala que la puerta no tiene la proporción adecuada al marco y fue mal, por lo que tomó la decisión de retirarla.
La instalación eléctrica también presenta deficiencias, si se conecta cualquier aparato en la toma de corriente dentro de la habitación, el servicio se suspende en el resto de la casa.
Otro caso. En el número 699 de la calle Segundo Ayuntamiento, donde vive Rosa María Paz, una mancha blanca recorre buena parte del techo de su Cuarto Rosa y se extiende a lo largo de las demás habitaciones de la casa. Es el hongo ocasionado por la humedad estancada en el techo pando.
Tampoco el piso está parejo, por lo que el agua que se trasmina dentro del cuarto fluye hacia la cocina, lo que le ocasionó que en las pasadas lluvias la vivienda se inundara, algo que Marina no había enfrentado durante los años que tiene de residente en esa colonia.
En ambas construcciones, los trabajadores se aprovecharon de las paredes ya existentes, de manera que se ahorraron material, requerido para “la construcción de otros cuartos”, exponen los vecinos.
Antonio Cid Enciso, albañil que vive en la colonia y que aseguró haber participado en la construcción de los primeros cuartos, aseguró que él empezó a quejarse con los arquitectos e ingenieros a cargo de las obras por las indicaciones recibidas, ya que sabía que de esa manera los cuartos no durarían en pie. Señala que tras esto ya no se requirieron sus servicios y no se le pagó los 6 mil pesos prometidos por cada cuarto terminado.
Los cuartos construidos por Sedatu pueden verse por todas partes en la colonia Tijuana Progreso, asentamiento ubicado en la periferia de la ciudad, en el que se beneficiaría a 70 familias.
Tal es el caso de la señora Luisa Pérez, quien afirma que recientemente recibió una llamada por parte de la dependencia, en que se le preguntó si había quedado conforme con la construcción, siendo que la asociación encargada de la obra no ha comenzado con la construcción de su cuarto adicional, como es el caso de la mitad de los beneficiados enlistados desde agosto de 2016 en el programa Cuarto Rosa de Sedatu.
Sedatu dice ignorar irregularidades
ZETA tuvo acceso a un reporte de verificación de obra de Sedatu, fechado el 4 de noviembre de 2016, en que se señala que los Cuartos Rosas que habían comenzado a construirse al momento en la colonia no eran realizados de acuerdo a los lineamientos del programa.
No cuentan con “dalas de desplante de muros, ni castillos, el firme de concreto es deficiente, ya que no tiene el espesor requerido y estipulado por el catálogo de conceptos”, se lee en el documento.
No obstante, el delegado de la Sedatu en Baja California, José Lauro Aréstegui Verdugo, aseguró que desde el arranque del programa, personal de la dependencia federal ha mantenido visitas de inspección a la ubicación de cada una de las demarcaciones de los beneficiados en Baja California, sin percatarse de irregularidades en las construcciones.
Sin embargo, comentó que la asociación Ameyaltzin, siendo ésta la que trabaja en Tijuana Progreso, es responsable de cada edificación por espacio de un año y que los “detalles” que tengan los cuartos, deberán subsanarse por ésta.
Aréstegui señaló que al igual que las otras 2 asociaciones que ejecutan el programa en Tijuana –Fundación Ameyal y Frente de Acción Ciudadana–, Ameyaltzin no pasó por una licitación para ser contratada, sino que se trató de una adjudicación directa realizada desde el nivel central de Sedatu.
Ameyaltzin está a cargo de la construcción de 150 cuartos, lo que equivaldría a un monto de 6 millones 600 mil pesos y, en su carácter de asociación civil, ésta no obtendrá ganancias por esta labor.
Sobre las llamadas hechas a beneficiarios a los que no se les ha comenzado a construir, negó la posibilidad de que la asociación esté reportando cuartos como concluidos sin siquiera iniciar su construcción, ya que, afirmó, dicha labor la realiza Sedatu en campo, consultando directamente al beneficiario para asegurarse que reciben la construcción a entera satisfacción. Ninguna de las personas entrevistadas por ZETA corroboró esta acción.
Respecto a la demora en la ejecución del programa, sea en cuartos que no han comenzado a construirse o en cuartos que están incompletos, argumentó que se debe a que el programa resultó afectado por los recortes al Presupuesto de Egresos de la Federación.
Explicó que para los 2 mil cuartos a construirse en Baja California, se destinó a la delegación 88 millones de pesos, lo que equivale a 44 mil pesos por cada uno de ellos; del monto total solo se recibió el 52 por ciento, con lo que han logrado concluir únicamente 300 cuartos en toda la entidad.
ZETA intentó contactar a Ameyaltzin para obtener su versión de los hechos, sin embargo, la asociación no respondió a los mensajes.
Licitar obra social, demanda CMIC
Toda obra ejecutada con recursos públicos debe ser licitada para garantizar su calidad, expuso César Romeo, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, delegación Tijuana.
Independientemente que se trate de una obra social, añadió, si se ejecuta a costa del erario debe ser concursada, pero las autoridades no le apuestan a la transparencia y correcta aplicación de los recursos, por lo que adjudican directamente con los lamentables resultados, como en el caso de las obras de Sedatu.
“Se valen de recovecos en la Ley de Edificación, tanto federal como estatal, por lo que la Cámara está pugnando porque se reformen ambas ordenanzas, para una mayor transparencia y cero tolerancia a la corrupción que contamina la ejecución de obra pública”, dijo.
Indicó que la obra de Sedatu señalada debe ser valorada y, de haber incumplimiento en los procesos de ejecución, debe demandarse a quien la edificó corregir las fallas, así se trate de una asociación civil.