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miércoles, marzo 12, 2025
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AMLO, ¿verdadero líder?

Política Breve y de Emergencia

 

 

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La ventaja que hoy tiene Andrés Manuel López Obrador en su carrera hacia la presidencia de la república en 2018 es muy amplia, considerando los márgenes con los que fue derrotado en los dos procesos electorales anteriores; el 2006 con un medio punto porcentual y el 2012 con seis puntos porcentuales. De manera que a un año de distancia sus más de cinco puntos porcentuales de ventaja, aunque sean en encuestas lo hacen el líder, y esto le provoca dos graves problemas: ser el adversario a vencer y administrar esa ventaja.

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Mientras MORENA como partido político está volcado materialmente a la organización estratégica de la candidatura de AMLO, los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional se arman y desarman para encontrar las alianzas internas con las que puedan ser competitivos delante del puntero, sin poder hasta ahora definir la fórmula de unidad con la que se consideren en posibilidades de triunfo.

Tal vez porque la atención política en el momento está mucho más enfocada en el proceso electoral de la gubernatura del Estado de México, porque tanto en el PAN como en el PRI se ve esta elección de 2017 como prerrequisito de actitud competitiva y en potenciar su capacidad triunfadora se les está vaciando la energía, mientras tanto MORENA se dedica en los límites de la ley, a promover los temas nacionales y a posicionar aún más a su próximo candidato presidencial.

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Por lo pronto AMLO tiene el camino libre para presentarse por tercera ocasión delante de los mexicanos, como la alternativa de transformación nacional que le traiga prosperidad y desarrollo a una nación que cada vez menos cree en los partidos y en los políticos; y lo hace a contra cultura, llevando su persona y su propuesta a todos los grupos relativos de poder, en la práctica de una alta empatía, dentro y fuera del territorio nacional. Pero sus adversarios no están mancos, simplemente están dormidos.

Porque cuando despierten seguramente volverán a exhibir todos los argumentos con los que califican de populistas sus propuestas; le harán las cuentas de la incapacidad material para hacer realidad siquiera la mitad de sus propuestas; buscarán evidenciar las dudosas y peligrosas relaciones que ha tenido con personajes de mala conducta, solo por su afán de lograr simpatías; seguramente volverán a calcular las discrepancias entre su deber y el haber por su paso en responsabilidades públicas y encontrarán por todo esto la misma conclusión: el peligro que les significa un gobierno encabezado por él. Pero por lo pronto, están en sueños.

Por ahora AMLO es el amo y señor de la polémica política, esa de la que regularmente sale fortalecido; metido en los temas verdaderamente importantes para la vida nacional, aporta su visión que regularmente la gente premia, no por su contenido sino por su oportunidad; acompaña más con gesto humano que con material realidad, a ciudadanos que se sienten en el desamparo delante del ejercicio de un poder que no es parejo, que no es justo. En campaña disfrazada AMLO avanza consiguiendo adeptos y convirtiéndose en el próximo blanco de todos los ataques de los políticos.

El otro problema de AMLO es él mismo; hacer y cultivar un liderazgo caudillista tiene sus riesgos. Que la gente deposite todas sus ilusiones y esperanzas en una persona y que esa persona crea que su capacidad de transformar la realidad lo hace un poderoso líder iluminador del camino trascendente, pone en riesgo la salud mental de cualquiera. Pero primero estarán la soberbia, la prepotencia y la intolerancia, como criterios fundamentales del efecto que produce la ambición desmedida por el poder. A menos que los muchos años de búsqueda del poder hayan logrado una madurez tal que hoy estemos delante de un verdadero líder.

Que la historia lo registre.- Mi padre siempre ha buscado que sus acciones tengan toda congruencia posible con su decir; en ocasiones algunos no lo ven o no lo entienden, decía yo, eso te pone en desventaja. Delante de la duda invariablemente su consejo ha sido: “Al final de la jornada, la verdad triunfará”.

Botón rojo.- Los sentimientos no tienen la culpa, expresarlos nos hace responsables.

 

Salvador Morales Riubí, político tijuanense, ha sido funcionario municipal y estatal. Actualmente es empresario y consultor en temas de salud y relaciones públicas.

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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