Quedó la Ruta Troncal
como novia abandonada,
vestida y alborotada,
cual estatua fantasmal.
Cancelaron el evento,
la ruta quedó inconclusa,
al pueblo dan por excusa:
es falta de presupuesto.
Y el galán dónde quedó,
arrancó con el dinero,
tres años duro con fuero,
la ruta no terminó.
Ahí viene nueva gestión
de este nuevo Presidente,
prometiendo ser urgente
terminar dicha estación.
La basura está presente,
un silencio sepulcral,
son jaulas para albergar
a malandros indigentes.
Otro negocio obsoleto,
las mentadas luminarias,
son pérdidas millonarias
que el pueblo pagó completo.
Y la ciudad en penumbras,
al amparo de maleantes,
robando a los habitantes,
a todo te acostumbras.
Otro mal nos enfurece,
los baches de mi ciudad,
adorno a perpetuidad
que Tijuana no merece.
Alberto Torres B.
Tijuana, B. C.