De salir del TLCAN, el 30 por ciento de las empresas desaparecerán, y el resto deberán buscar nuevos esquemas de operación. A nivel nacional, Baja California registra el mayor número de empresas -908-, que generan más de 300 mil empleos
El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha insistido una y otra vez en la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), con especial énfasis en su relación con México.
Con la salida de la Unión Americana del pacto y la posible generación de aranceles a productos mexicanos, se perderá el 30 por ciento de las maquilas; el resto tendrían que modificar su modo de operar, precisó un economista consultado por ZETA.
El mayor riesgo es para Baja California, que ocupa el primer lugar a nivel nacional con 908 maquiladoras que a su vez generan 313 mil 829 empleos. El 80% de ellas exporta al vecino país.
Tan solo por la aduana de Tijuana se llevan a cabo 620 mil 663 operaciones anuales. El monto por importaciones es de 13 mil 797 millones 486 mil 584 pesos. Las exportaciones representarían 16 mil 556 millones 983 mil 900 pesos (20% más).
Según la firma consultora PWC, en 2016, a nivel nacional se tuvo un registro de 295 mil millones de dólares en exportaciones a la Unión Americana, de ese total, 250 mil millones de dólares correspondieron al sector maquilador. El año pasado el déficit comercial con Estados Unidos fue de 63 mil 191 millones de dólares.
No está en posición de cerrar TLCAN
En su más reciente encuentro con el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, Trump se refirió a la necesidad de “ajustar” las relaciones comerciales con dicha nación, mientras que al referirse a la frontera sur externó que “durante muchos años, las transacciones (con México) no han sido justas para Estados Unidos”.
Entretanto, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, afirmó que como país tienen la prioridad de renegociar el pacto aunque no descarta la salida, en caso de no lograr sus objetivos.
Analistas consultados por ZETA coinciden en la dificultad que tendrá el primer mandatario estadounidense para cumplir la salida.
Cuando los países miembros signaron el Tratado, no pensaron que terminaría, por lo que el reto para el sistema jurídico norteamericano es saber cuál mecanismo legal aplicaría para retirarse.
Por otro lado, el vecino país no tiene la capacidad de hacer los productos que llegan de México, debido a que desde hace 20 años dejó de ser un país de manufactura, advirtió el presidente de la Asociación de la Industria Maquiladora y de Exportación (INDEX) en Tijuana, Luis Manuel Hernández González.
En tercera instancia, la promesa de crear 25 millones de empleos y un crecimiento del 4% basado en una reforma fiscal se ve algo lejano, pues en sus dos periodos de gobierno, Barack Obama creó 11.3 millones de plazas.
La principal ventaja competitiva de México para las inversiones extranjeras en el mundo sigue siendo sus bajos costos de manufactura, mientras que para Baja California se suma la cercanía con la Unión Americana.
A pregunta expresa de cuál es el riesgo principal para el sector maquilador en caso de que Norteamérica decline su permanencia, el presidente de INDEX descartó dicha situación, ya que no está en la posición económica de hacerlo, ya que hace más de dos décadas dejó de tener una actividad preponderantemente manufacturera.
Externó que Donald Trump ha mencionado la aplicación de aranceles a productos mexicanos, pero tales no los rige un país, a menos que sean muy definidos; son reglamentados por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la tasa máxima que pueden aplicar a México es de 2%.
“En dado caso que lo implementara, la manufactura de México es para el país vecino y cualquier arancel se traspasa al mercado. Por otro lado, el dólar se están fortaleciendo y las exportaciones están bajando. Además, no veo a Estados Unidos compitiendo con México, China y la India, y no están en condición de competir en el resto del mundo. La automatización de ellos está muy atrasada”, afirmó Hernández para agregar que los empleos que el mandatario norteamericano ha prometido con las empresas que se instalen en su país, serán muy pocos.
“Por ejemplo una planta que no se instaló en San Luis Potosí con lo que se generarían 2 mil 400 empleos, eso significa el 0.004 por ciento de empleos. El nivel de empleos no alcanza ni el medio punto porcentual. Por ejemplo, Macy’s va a dejar ir 15 mil empleados y Sears 5 mil de un mercado de servicios. Hay aproximadamente tres millones de personas sin empleo y dicen que en un año van a generarlos con manufactura. Económicamente no tendría sentido, porque está pagando cinco veces más en un mercado sumamente competitivo en precio en mano de obra calificada. Se va una empresa americana, pero las armadoras asiáticas van a ver a México como opción porque su nivel de competencia es alto”, reflexionó el directivo de INDEX.
— ¿Hasta el momento alguna empresa les ha dicho que se va?
“Nadie. Menos hablan de regresar o dejar de invertir. Solicitamos una silla en el cuarto de negociación del TLC, para que nos escuchen. Vemos que el Gobierno Federal necesita replantear lo que está haciendo en el tema de precios de transferencia. Lo que nosotros estamos haciendo es ser más productivos, ver a nuestra proveeduría local empujarlos, si proveen a tres, cuatro años que se haga a un año. No perder el enfoque”, remató.
Por su parte, el director general de TLC Asociados, Octavio de la Torre de Stéfano, Estados Unidos esperaba la ratificación del secretario de Comercio, Wilbur Ross, quien será el encargado de revisar el Tratado y con ello iniciar la consulta pública.
“Creo que para finales mayo vamos a tener más luz en cuanto al tema de la renegociación. En estos momentos no hay un mecanismo de renuncia y se tendrán que establecer los mecanismos legales. Si bien es cierto, se está renegociando, México se tiene que preparar como si no se fuera a firmar. Que aprendamos de esta situación, de que tenemos que modificar las expectativas de mercado afuera y empezar a diversificar nuestras exportaciones. Las empresas deben identificar sus planes de continuidad, ¿qué van a hacer?, ¿a quién le van a vender todo eso que producen?”, planteó.
Mantener integración
Para fijar los parámetros que guiarán la revisión del pacto, el primero de febrero la Presidencia de la República emprendió consultas con el sector privado y el Senado por un periodo de 90 días, y que continuará una vez que inicie la operación.
Para el investigador Alejandro Díaz-Bautista, ante la posible renegociación indudablemente habrá cambios en las legislaciones para la importación: “El escenario ideal para la economía mexicana es mantener, modernizarlo y fortalecerlo en beneficio de ambas partes. Las leyes de importación y exportación deben estar encaminadas a mantener la estrecha integración del sector maquilador a la economía estadounidense”.
Precisó que romper con el acuerdo implicaría un gran riesgo y un impacto poco conveniente para Estados Unidos, debido a la gran proveeduría de bienes de consumo provenientes del país (80%), por lo que consideró, se mantendrá el sector de la industria manufacturera y maquiladora de exportación.
“Los escenarios comerciales de la renegociación nos muestran que podría haber modificaciones en las reglas de origen, y sin duda una modernización del Tratado puede ser benéfica para las dos naciones. La idea de la renegociación puede ser buena para el sector, ya que actualmente se permite que se incorporen insumos no originarios, es decir, no fabricados en alguno de los tres países de América del Norte; y si se modifica el acuerdo, para hacer más rigurosas estas reglas podría ser positivo para el sector”, detalló.
Dejar la dependencia con EU
Según un memorándum que diera a conocer CNN en torno de las acciones para los primeros 200 días de mandato de Donald Tump, se consideró la renegociación del TLCAN desde el primer día de gobierno.
En dicho periodo, el equipo comisionado para tal efecto habría resuelto una transacción satisfactoria, o, en su defecto, la salida.
El abogado fiscalista Jorge Pickett comentó que el abandono es usado como “moneda de cambio” para lograr acuerdos en su favor.
“Creo que más bien lo usa como estrategia de negociación. Hasta donde he visto no habla de salirse, sino renegociarlo. Se firmó en 1993, ya pasaron 20 años desde su creación. Sin duda debe ser revisado, ver si las condiciones siguen siendo las mismas, lo que sí habla es que sus productos no generen valor agregado en México, eso realmente es lo que busca”.
El consultado agregó que de salirse, Estados Unidos sería uno de los más perjudicados, porque desde 1993 sus exportaciones con México han crecido un 500%, de ahí que ambas naciones se han beneficiado.
“China ha levantado la mano, ha dicho que le entra y creo que es más poderoso que Estados Unidos económicamente hablando, porque son dueños de gran parte de la deuda americana y tienen una cantidad de reserva de dólares que si la suelta, dejan al dólar sin un poder adquisitivo por una sobre emisión. Creo que a ninguno le conviene una guerra comercial en este sentido. El comercio debe seguir fluyendo, el dinero no conoce fronteras y Donald Trump lo sabe, por más barreras y muros, el comercio se va a seguir dando”, advirtió Pickett, para concluir:
“La oportunidad para el país es dejar la dependencia de Estados Unidos mirar al mercado asiático, firmar acuerdos con Sudamérica, reactivar las Zonas Económicas Estratégicas, generar mayores inversiones, fuentes de trabajo. Y poner a trabajar los decretos de repatriación de capitales establecidos por el Gobierno Federal”.
El escenario mexicano
En 1982, México atravesó por una profunda crisis. Las reservas internacionales eran de 180 millones de dólares frente a los 175 mil millones de dólares que tiene el Banco de México; aunado a ello, se tenía un alto nivel de desempleo y la quiebra de algunas empresas nacionales ante la llegada de capital extranjero con quien no pudieron competir.
Carlos Salinas de Gortari (1988) dio continuidad a la política neoliberal que adoptó Miguel de la Madrid, teniendo como escenario una inflación galopante, devaluación y estanflación (estancamiento económico derivado del primero), iniciando la privatización de empresas paraestatales como Teléfonos de México (TELMEX, y generando una reforma hacendaria para superar el proceso inflacionario con una política basada en la importación para mantener controlada la inflación.
Actualmente el escenario es similar, debido al gasolinazo, hubo un incremento del precio de los bienes y servicios, en tanto que la tasa de inflación podría llegar al 5 por ciento, según analistas financieros.
Entre 1980 y 1990 el país se abrió al libre comercio, atendiendo al Tratado de Libre Comercio empujado por el mercado norteamericano, a la vez que se desatendía el mercado interno.
Manufactura, comercio, energía y minería, son los sectores que producen la mayoría de los bienes que se mandan al extranjero.