“El ejército y la policía son los instrumentos fundamentales de la fuerza del Poder del estado burgués”. (V. I. Lenin, “El Estado y la Revolución”)
Es el ejército una fuerza armada creada y robustecida exprofeso para proteger a la clase capitalista en el poder. De ninguna manera es un ángel de la guarda del pueblo como preconizan los reaccionarios portavoces de la burguesía.
Si la dictadura no contara con esta jauría de sanguinarios mastines desde hace mucho el proletariado y las masas populares ya habrían derrocado a la banda de sátrapas que detentan el poder.
Las declaraciones del jefe de la turba de asesinos, es decir, del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), General Salvador Cienfuegos, es pura cháchara que ningún obrero con conciencia podría tomar en cuenta.
Escuchemos lo que declaró este criminal pupilo de Augusto Pinochet: “Nosotros no pedimos… y yo lo tengo que decir, no pedimos estar ahí, no nos sentimos a gusto. Ninguno… estudiamos para perseguir delincuentes…Nuestra idea y nuestra profesión es otra y se está desnaturalizando. Estamos haciendo funciones que no nos corresponden” (La Jornada, 9 de diciembre de 2016).
La naturaleza de un escorpión es causar muertes. Manifiesta este maldito gorila que ellos no pidieron estar en las calles patrullando las ciudades y poblados del país. Pero, ¿desde cuándo acá el patrono burgués le debe de tomar parecer a sus lacayos? ¿Cuándo se ha visto que el domador del circo le pida su opinión a sus fieras?
Cienfuegos finge disgusto con su profesión de perro rabioso. Pero él y toda la alta y mediana oficialidad viven a gusto recibiendo colosales emolumentos por su diabólico oficio y viven majestuosamente. Uno se pregunta: ¿Por qué el mandamás de la tropa, después de más de una década de estar en la calle perpetrando barbaries hoy habla de regresar a los cuarteles? ¿Habrá malestar entre la masa de jóvenes reclutas? ¿Se habrán dado cuenta de que ya la “guerra contra el crimen” es un completo bluff, y que su labor en las calles es solo de intimidación a la población? No lo dudaríamos. Entre el Ejército también hay jóvenes reclutas reflexivos y con algo de conciencia, quienes no se tragan la engañifa de la falsa guerra al crimen organizado.
Miremos lo que dice el gran comunista Enver Hoxha: “El ejercicio burgués no constituye una masa compacta, en él no existe ni puede existir la unidad. Las contradicciones antagónicas entre la burguesía capitalista por un lado y el proletariado y demás masas trabajadoras, por el otro, se reflejan también en el ejército burgués. La masa de soldados, que está constituida por hijos de obreros y campesinos, tiene intereses diametralmente opuestos al carácter y a la misión que encomienda la burguesía a su ejército…Aquí tiene su origen el conflicto, que se va profundizando continuamente, entre los soldados, que son hijos del pueblo, y los mandos, los oficiales, que son los ejecutores de las órdenes de la burguesía capitalista, y que han sido preparados y educados para servir celosamente a los intereses del capital” (“Eurocomunismo es anticomunismo”, 1989).
La tropa tanto en una monarquía como en una república cumple una misión única: ser salvaguarda de los oligarcas en el poder. Es la soldadesca un ciego instrumento, un bestial zombi, en manos de los explotadores. Sin un ejército feroz y sanguinario, y armado hasta los dientes, hubiera sido imposible que la autocracia burguesa se haya mantenido en el poder por alrededor de un siglo.
El ‘militarote’ de marras agrega: “no nos sentimos a gusto…estamos haciendo funciones que no nos corresponden”. Cabe la pregunta, ¿entonces cuál es la función primordial de un feroz y reaccionario pitbull? ¿No es acaso defender a todo trance a su amo burgués? ¿Acaso no se sienten a gusto cuando después de que perpetran una sanguinaria represión o masacre (como las recientes de Ayotzinapa y de Nochixtlán), son condecorados y ascendidos a coroneles, a generales? ¿Acaso se sienten a gusto cuando en todos los medios de propaganda de sus amos burgueses, en todas sus televisiones y periódicos son puestos como ejemplo y los distinguen como “héroes”, “patriotas” y “defensores” del pueblo?
El parlanchín ‘militarote’ es un completo demagogo, simula no estar a gusto haciendo su tarea de policía, pero miente descaradamente porque ésa es la función de la tropa, ser un súper policía, con modernas armas de alto poder, con tanquetas, bombas, granadas, helicópteros artillados, etcétera, etcétera, pavoroso pertrecho con el fin de aterrar a la población que vive en la miseria. Para acobardar a los obreros para que no hagan huelgas, y las masas pobres no se subleven.
La soldadesca es una fiera criminal, esté patrullando las calles del país o esté en sus cuarteles. Y, se encierre o no, a la turba asesina, sus amos burgueses contarán con ellos en el momento preciso.
Ahora veamos lo que publicó al respecto el periódico La Jornada, que como es sabido es un fiel portavoz del “amoroso”, dueño del Partido morena, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Escuchemos: “Andrés Manuel López Obrador le tomó la palabra al titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, General Salvador Cienfuegos Zepeda, acerca de que los militares regresen a los cuarteles, porque están desgastados tras 10 años de lucha contra la inseguridad y la violencia en el país” (9 de diciembre de 2016).
Para AMLO, la turba de asesinos, es decir el Ejército, es una institución inmaculada que custodia fielmente la soberanía del país. Para este “amoroso” demagogo no hay nada más sano y pulcro que la siniestra soldadesca.
En nuestra proclama, “¿Dónde estaba López Obrador cuando la masacre de Tlatelolco?”, que distribuimos cada 2 de octubre, señalamos que AMLO, cuando ocurrió la masacre de Tlatelolco, se encontraba en vías de integrarse a esa banda de asesinos llamada PRI. Cueva de asesinos de la que salió hasta 1988. López Obrador perteneció a la Juventud priista de aquellos tiempos. Juventud ‘porril’ que vitoreaba al Ejército y a Díaz Ordaz por haber “salvado” a la patria de lo que el régimen priista llamó “conjura del comunismo internacional”. Hoy para AMLO todo eso está enterrado “y ya ni lo recuerda”.
Ahora AMLO une su voz a la del orangután Salvador Cienfuegos, para que las fieras regresen a su guarida “porque después de 10 años de ‘combatir el crimen organizado’ ya están ‘desgastados’”. Es decir que si, la turba de asesinos, no estuvieran “desgastados” sería bueno que siguieran en la calle perpetrando atrocidades. ¡Y es a ese ex priista y ex perredista, a ese criminal tapado que glorifica a un Ejército burgués asesino, a quien multitud de ingenuos y también muchos imbéciles quisieran verlo sentado en la poltrona presidencial!
Esos burgueses ‘liberalones’ y sus acompañantes pequeñoburgueses, como los del Partido morena, quienes suplican porque las sanguinarias fieras regresen a su cubil, son unos tontarrones o de plano unos perversos completos.
Cuando la soldadesca perpetró la horrorosa masacre de Tlatelolco estas sanguinarias fieras no se encontraban patrullando las calles de las ciudades, como hoy; la tropa en ese entonces se encontraba en sus cuarteles, sin embargo, esto no fue obstáculo para que los cuarteles abrieran sus puertas y, la turba de asesinos, cumplieran la orden del amo de disparar a discreción contra la multitud desarmada.
Y podríamos citar muchos ejemplos más como el anterior.
Hemos afirmado que el hecho de que la soldadesca esté en la calle y que de facto el país se encuentra en un estado de sitio no obedece a que la tropa se haya unido a la “guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico”. De ninguna manera, esta “guerra contra el crimen” es en realidad una guerra contra el pueblo trabajador. Terror policíaco-militar que busca mantener asustadas a las masas pobres para que éstas no se insurreccionen.
Actualmente, al frente de los mandos policíacos están reconocidos cuadros militares. Oficialidad bien remunerada y con una entera vida burguesa llena de lujo. Cuadros militares con una ideología anticomunista. Tanto la alta y mediana oficialidad de los cuerpos policíacos como los del Ejército son cuadros educados y adoctrinados en las escuelas militares de Estados Unidos y de Israel. Escuelas militares conocidas como escuelas de asesinos. De dictadores. Escuelas que apestan a nazi-fascismo.
Tratando de embellecer a las fieras, el régimen pone de ejemplo el Plan DN3 que consiste, aseguran los voceros de la burguesía, en ayudar a la población en casos de desastres, es decir, de ciclones, terremotos, etcétera, etcétera.
Todo eso es una completa farsa. Las imágenes transmitidas por la reaccionaria televisión es solo un montaje. Máscara humanitaria que le colocan a las fieras.
Bajo el Plan DN3 se desplaza a la tropa para que proteja a los grandes centros comerciales y bodegas de los capitalistas.
Gorilas fuertemente armados custodiando las grandes propiedades de los burgueses, para que los miles de desempleados, de familias sin casa y masas hambrientas arruinadas por el ciclón, derrumbamientos o terremoto no atenten contra los supermercados.
Después de cada catástrofe de inmediato se aparece la soldadesca con su Plan DN3. Que en realidad no es otra cosa que militares con ametralladoras, tanquetas, helicópteros, anfibios, etcétera, etcétera, para sofocar a las masas pobres desesperadas y hambrientas. Ése es el Plan DN3 de la soldadesca. Plan que ha dejado muertos y heridos por las balas del ejército que ha disparado sobre las masas inermes desesperadas, y a quienes la televisión y toda la prensa tildan de “vándalos”, “saqueadores”, etcétera, etcétera.
Los opresores, como lo indicábamos arriba, no podrían contener a un pueblo paupérrimo y descontento si no contaran con un ejército desalmado. Si no contaran con esa diabólica máquina de matar.
La tropa, de hecho, es sostén de los grandes barones de la droga, esto es, de los todopoderosos banqueros. Es la Banca Internacional (HSBC, Santander, Scotiabank, Citibanamex, etcétera, etcétera, quien financia todo el proceso de producción y distribución de la droga. Los bancos no “blanquean” o “lavan” dinero del crimen organizado, como divulga la propaganda burguesa. Ellos, el capital bancario invierte; es decir, financian a la industria del crimen.
Es la industria del crimen organizado una industria capitalista como cualquier otra. La multitud de cárteles con estrambóticos nombres es solo palabrería para engaratusar al populacho.
Los reyes de las finanzas, a saber, la oligarquía financiera internacional, es quien está detrás de la industria del crimen y del narcotráfico. Y es el ejército quien los protege.
La soldadesca no es un defensor del pueblo. Es una turba de asesinos. Estén encerrados en el cuartel o estén patrullando las calles de las ciudades del país.
Javier Antuna
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