Aumento en el precio de hidrocarburos motiva no solo a criminales organizados a cometer robos en PEMEX, sino a comunidades enteras. La violencia entre los “chupaductos” incrementa en la disputa de territorios. Al menos 300 estaciones de servicio de la frontera norte han cerrado y “en breve serán más”, según el líder de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros. Litros de gasolina o diésel en el mercado negro se ofrecen hasta en 5 pesos
El alza en los precios de combustibles dispara el robo de energéticos en todo el país y la violencia entre los grupos de criminales que se dedican a ordeñar los ductos de Petróleos Mexicanos (PEMEX) o a atracar los tanques de autotransporte, mientras que los gasolineros en la frontera norte de México están cerrando estaciones de servicio por incosteables.
Pablo González Córdova, líder de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (AMEGAS), expresó su descontento por la situación que atraviesan sus agremiados por el que calificó de “brutal gasolinazo” y que ha ocasionado el cierre de más de 300 establecimientos en la franja fronteriza con Estados Unidos.
Y aunque el robo de hidrocarburos no afecta a los empresarios que se dedican a su compraventa, sino a Petróleos Mexicanos (PEMEX), González Córdova ya había advertido a inicios de año que se aceleraría la toma clandestina de los poliductos de la paraestatal, como efectivamente ha ocurrido en diversas entidades, principalmente las del golfo, el centro y el sur de la República.
En Baja California, con una incidencia menor en este tipo de ilícitos, en días recientes se advirtió la presencia de los llamados “chupaductos”. En el poliducto Tecate, en la ruta Mexicali-Tijuana, tramo Centinela-La Rumorosa, se reportó una fuga de diésel producto de la ordeña furtiva por parte de criminales.
El panorama relacionado con el tema de los hidrocarburos parece sombrío, pues además del incremento en su precio de venta, dados los costos de producción, importación y transporte, se estima que otro considerable porcentaje de robo ocurre dentro de la propia paraestatal y, por si fuera poco, en algunas estaciones de servicio el consumidor paga por litros de 800 o 900 mililitros.
La violencia
Entre 2007 y los primeros siete meses de 2016, PEMEX formalizó 17 mil 700 denuncias por la sustracción ilegal de combustibles ante la Procuraduría General de la República. En ese periodo hubo un incremento de ese delito del 440 por ciento, y se estima que en el presente año podría detonarse a cifras sin precedentes, ya que además del crimen organizado, comunidades que se sienten afectadas económicamente por los “gasolinazos” están perforando las redes para robar gasolina o diésel.
Las entidades con mayor número de averiguaciones previas -en el antiguo sistema de justicia penal- y ahora con más carpetas de investigación, son Tamaulipas, Guanajuato, Veracruz, Puebla y Estado de México. Aunque los últimos dos años, los guanajuatenses y poblanos disputan el deshonroso liderazgo de tomas clandestinas.
En Puebla, donde ladrones de hidrocarburos se enfrentan entre ellos y contra las autoridades, durante el naciente 2017 se han registrado fugas e incendios en los ductos de PEMEX. En Tarímbaro, Michoacán, se incendiaron dos vehículos por la fuga de gasolina en una toma clandestina. Y en Jalisco, Tamaulipas, Veracruz, Nuevo León, así como los estados antes mencionados, se incautaron importantes cantidades de energéticos embodegados.
En Hidalgo, en menos de diez horas, el miércoles 1 de febrero se registraron dos muertes de personas vinculadas al cuantioso negocio ilegal. En uno de los hechos, un menor de 13 años pereció cuando se encontraba en un domicilio en el municipio de Tizayuca, donde se almacenaba y distribuía gasolina hurtada. En otro caso, en Tula, un hombre yacía calcinado a un lado de una camioneta con restos de hidrocarburos.
Es en el centro del país, de manera más enfática en Puebla, donde tropas del Ejército Mexicano han sido destinadas para apoyar a autoridades federales y estatales en la vigilancia de los poliductos. Sin embargo, las huellas de los “chupaductos” son localizadas cuando éstos ya huyeron con su cuantiosa carga.
Las pérdidas
Una investigación publicada el primer día de febrero por el portal Animal Político revela cómo, durante los primeros cuatro años del sexenio de Enrique Peña Nieto, PEMEX tuvo pérdidas por 97 mil millones de pesos por fugas y robo de combustible de sus instalaciones. La cifra es superior en un 55% comparativamente con los últimos cuatro años de la administración de Felipe Calderón.
El dato destaca que la combinación de ambos periodos, de 2009 a 2016, da como resultado una afectación económica al Estado mexicano por un acumulado de 159 mil 957 millones de pesos. El combustible perdido oscila entre los 14 mil 652 millones de litros. Unas 250 pipas de combustible cada día, refiere la nota.
Tras diversas solicitudes de transparencia e información pública, el medio de comunicación obtuvo datos que permiten establecer que 2016 es el peor de los últimos ocho años en pérdidas de hidrocarburos para la paraestatal, con 2 mil 282 millones de litros, 24% más que en 2015. La pérdida promedio anual histórica era de mil 800 millones de litros.
Por su parte, Pablo González Córdova, presidente de AMEGAS, destaca que la baja en las ventas para los 12 mil gasolineros del país es cuantiosa. Y aún más preocupante para los empresarios de la frontera norte (Baja California, Sonora, Coahuila, Chihuahua, Tamaulipas y Nuevo León) que “están siendo aplastados por un error gravísimo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al determinar los precios de venta máximos para esas estaciones de servicio, que son en promedio poco más de tres mil”.
Entrevistado por ZETA, el líder de los gasolineros aseguró que los estímulos fiscales anunciados para sus agremiados fronterizos en nada les benefician, y aunque buscan soluciones de la SHCP, han encontrado las puertas cerradas para un problema creciente, en el que han dejado de operar más de 300 establecimientos de despacho de combustible ante la dispareja competencia con las gasolineras de Norteamérica.
“Hacienda determinó un precio, a través de la Comisión Reguladora de Energía, para venderse como precio tope en las gasolineras 15.80 pesos por cada litro, mientras que al pasar unos metros, un metro dentro de los Estados Unidos la gasolina se vende a 11 pesos u 11.50 cada litro. Entonces si el precio que fijó la Comisión Reguladora es de 15.80 y se vende a 11, hay una diferencia de 4 o 5 pesos por litro, y esto ha provocado un serio problema de que cierren más estaciones de servicio”, dijo González Córdova.
El tan anunciado subsidio oficial para que en la frontera se baje el precio de la gasolina es un espejismo, “porque habrá que pagarle el precio completo a PEMEX para que después, sí tú lo vendes a 12 pesos para competir con las otras de enfrente, tengas un estímulo fiscal o un subsidio que Hacienda te va a reintegrar… pero dentro de dos años”.
Los gasolineros que tienen que comprar cara la gasolina Magna a PEMEX en 14 pesos para comercializarla en al menos 12 pesos, deben financiar a la paraestatal y muchos no están dispuestos a hacerlo. “Te vamos a dar una bonificación o una nota de crédito, y SHCP te regresa tu dinero… sí, pero en esos dos años, ya que nos mandaron al panteón”.
Aunque la SHCP ha enviado mensajes a la AMEGAS en el sentido de que se acelerará la devolución del subsidio, a un mes y varios días del año, no existe una respuesta oficial. Los gasolineros han obtenido más información de la Secretaría de Gobernación, que de las autoridades tributarias para resolver el problema de fondo.
Más cierres
Pablo González declaró que la política económica y hacendaria aplicada por el gobierno mexicano se va a traducir en “que cierren las gasolinerías. ¿Cuál es el fenómeno que está sucediendo ahora? Que la gente que viene a la frontera, 50 hasta 80 kilómetros, Mexicali, Tijuana, Ciudad Juárez o donde quieras, pasa a Estados Unidos y las gasolinerías mexicanas no están vendiendo. Las estaciones de servicio fronterizas estadounidenses están vendiendo combustible en cantidades exorbitantes. Ese es el problema que tenemos”.
El cierre de más de 300 gasolineras es muy importante, señala el interlocutor, “porque no están aguantando, están vendiendo al precio que es a 15.80 o 15.40 (precio de Puebla) y así lo ofertan, pero venden muy poco. Entonces, aunque sean pocas 300 de las más de 3 mil de la zona fronteriza, tengo la información de que dentro de poco tiempo podrían empezar a cerrar casi todas”.
González Córdova anticipa que con el subsidio que la SCHP otorga para vender el combustible más barato en la frontera y “competir” con la Unión Americana, se está poniendo en bandeja a las gasolinerías de esas regiones “para que los empresarios norteamericanos las compren”.
Por lo ya mencionado, los gasolineros convocaron a diputados federales de los seis Estados de la frontera norte para reunirse del 6 al 10 de febrero en la Cámara de Diputados para discutir la problemática y presentar puntos de acuerdo urgentes para que Hacienda responda.
En cuanto al robo de combustible, Pablo afirmó que es un problema que atañe a PEMEX, la Marina y al Ejército. “Nosotros como gasolineros vendemos el producto que la paraestatal nos entrega y afortunadamente el 20 de enero se resolvió el problema del desabasto en todo el país. Se regularizó al admitir una mayor cantidad de producto importado. En 2016 fue de 61% la importación de gasolina, mientras que en enero de 2017 se tuvo que importar 70% del combustible para poder nivelar los tanques de almacenamiento del país, que en diciembre quedaron en ‘ceros’ por la demanda que hubo resultante del anuncio del alza de precio”.
Ante el desabasto y el aumento en el precio de los hidrocarburos, González estima que esa situación provoca “que se busque combustible en el mercado negro de las gasolinas, porque sí acá cuesta 15.80 en la frontera y hay quienes en bidones la venden a 10 pesos, 8 y algunos hasta a 5 pesos, pues menos la van a vender las gasolinerías”.