A la fecha es el único municipio que no ha subido el precio por este servicio. “No podemos seguir sosteniendo tarifas de 2011, cuando en el resto del Estado se ajustaron en 2013 y en 2014”, dijo el alcalde Marco Novelo ante una decisión en Cabildo, donde los regidores -incluyendo a los del PRI- inusualmente no lo respaldaron
“¡Cobarde!”, le gritó una transportista al presidente municipal Marco Antonio Novelo, pese a que votó a favor del incremento a la tarifa del transporte público durante la sesión extraordinaria a la que se convocó de forma sorpresiva para discutir el tema.
“¡No queremos ese voto!”, le gritó otro, toda vez que el sufragio del alcalde no sirvió para autorizar el incremento, y de manera inusual, ni los propios regidores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) respaldaron a Novelo y dividieron su decisión.
La sesión ordinaria de Cabildo desarrollada el martes 21 de febrero estaba atiborrada de grupos ciudadanos conformados mayormente por líderes transportistas y choferes pugnando por el incremento, a la vez de manifestantes en contra del ajuste. La expectativa era que se autorizara el ajuste a las tarifas, pues en las mesas de acuerdos entre autoridad y gremio se había manejado una serie de compromisos por cumplir por parte de transportistas a cambio del “voto a favor condicionado”.
Con los ánimos empezándose a desbordar por parte de algunos de los protestantes, y ante el temor de los miembros de Cabildo que se descontrolara la sesión, los regidores optaron por “saltarse” el tema del transporte público, concluyeron la orden del día, pero minutos más tarde y de forma sorpresiva, convocaron a una segunda sesión extraordinaria, donde el único punto a tratar era el incremento, que a la postre fue rechazado con 5 votos a favor y 10 en contra.
De forma inédita, el voto no solamente se dividió entre los miembros del Cabildo, sino entre las mismas fracciones y los regidores independientes. Más sintomático aún fue el actuar de los priístas. Votaron a favor del incremento el alcalde Novelo y la regidora María Rosa Guzmán Agúndez, pero en contra se pronunciaron Bertha Martínez Villalobos y Samuel Albestrain, ambos ex funcionarios de la administración de Gilberto Hirata, así como el regidor Ricardo Medina Fierro, dirigente municipal del PRI. Lo que en otra lectura arroja la ruptura que vive el priismo local con Novelo.
“Novelo quiso quedar bien con los transportistas pero le salió mal la jugada, los transportistas no son ingenuos”, consideró un asesor de la administración municipal. “Saben que si Novelo hubiese querido daría la orden a sus regidores para votar a favor”, agregó.
Incluso se comentó que antes de ingresar a la Sala de Regidores, el alcalde pidió a Medina Fierro, lo cual evidentemente no se dio.
Novelo, quien fue apoyado por el gremio transportista durante su campaña para la alcaldía, se vio en una encrucijada, a la vez que los concesionarios quedaron incrédulos y sin habla ante la resolución que ven como una traición: “El problema es que los transportistas no tienen manera de golpear al PRI. Si reprochan a sus regidores, el PRI dirá que el alcalde votó a favor; si critican a Novelo, sus regidores argumentarán que ellos votaron en contra”, detalló un analista.
Los del “sí”
El entendido era que los transportistas recibirían un “sí” condicionado a su demanda de incremento, a la par que fueran cumpliendo una serie de compromisos: Mejoramiento integral del servicio, adquisición de unidades nuevas, capacitación a chóferes, aplicación de exámenes antidopaje, uso obligatorio de uniformes, gratuidad a personas discapacitadas y descuentos extraordinarios a estudiantes y adultos mayores, así como la sustitución gradual de unidades por vehículos con no más de ocho años de antigüedad, entre otras cosas.
En el razonamiento de su voto, Novelo justificó que el transporte está concesionado a particulares que invierten capital en dar empleos, pagan impuestos, dan mantenimiento a sus unidades, no reciben subsidios y como empresa buscan una ganancia lícita. Argumentó los incrementos que hasta del 80% han sufrido los combustibles de seis años a la fecha.
“No podemos seguir sosteniendo tarifas de 2011, cuando en el resto del Estado se ajustaron en 2013 y en 2014”, señaló. También se mostró sensible con los ciudadanos: “Como representante del pueblo que nos eligió, estamos obligados a ser extremadamente cautelosos con las decisiones que tienen que ver con la prestación del servicios, porque cualquier incremento tiene un impacto inmediato en el bolsillo de la gente que menos tiene”. Y votó a favor del incremento.
Curiosamente tuvo el mayor respaldo por parte de los regidores Jorge Camargo Villa, del Partido Acción Nacional (PAN), y el independiente Rodolfo Mellado Pérez, este último ex funcionario en la administración de Enrique Pelayo.
Mellado repitió los argumentos y cifras de Novelo, y reiteró el condicionar el incremento a favor de los transportistas a cambio de las mejoras del servicio, en el entendido que el municipio también debe poner de su parte para garantizar la calidad del mismo. Se dijo consciente del impacto del aumento en la economía de los ensenadenses, pero que era necesario afrontar el problema de una vez por todas.
“No le saquemos la vuelta. A mí lo que me preocupa es que se vaya a colapsar el transporte y que los ciudadanos no tengan en qué moverse”, resumió.
Camargo prácticamente hizo una calca del discurso del priísta e independiente, centró la culpa de la crisis de los transportistas a las políticas económicas del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y votó a favor, “pues las anteriores administraciones municipales no quisieron asumir la responsabilidad ni el costo político que conlleva el ajuste a la tarifa del transporte”.
Por primera vez dejó oír su voz la regidora del Partido Nueva Alianza (PANAL), Norma Angélica Aguirre, quien declaró: “Es insostenible para el sector transportista mantener las tarifas con las condiciones actuales, por ello es una responsabilidad del gobierno municipal generar las condiciones para mejorar el servicio”.
También votó favor la regidora María Rosa Guzmán Agúndez, madre del actual director de la Unidad Municipal del Transporte (UMT), completando con ello 5 votos, que contra 10 del resto, no le alcanzaron al presidente municipal para congraciarse con los transportistas.
Los que están en contra
Entre el discurso solidario por la crisis que vive el sector transportista, y la disyuntiva del costo político que implicaría tomar una decisión impopular, se condujeron la mayoría de los regidores que votaron en contra del incremento, empezando por el mismo regidor que presentó el dictamen, Ramón Iván Duarte, coordinador de la Comisión de Seguridad Pública, y Transporte, quien propuso aumento y luego desistió.
El pesista indicó que abordaron el tema con premura y obligados por una resolución judicial por parte del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, por lo que quedó pendiente un análisis más profundo por parte de los regidores. Dijo que no es cuestión nada más de tarifas, sino de una visión integral de movilidad: “Para un servidor, después de un voto negativo, hay que dar alternativas de solución”.
Más tarde presentaría un punto de acuerdo para realizar un programa de modernización del transporte público masivo.
Más electorero que nada, es como los transportistas escucharon el planteamiento de la regidora priista Bertha Martínez Villalobos, ex delegada de El Sauzal: “El pueblo tiene representantes como lo es su servidora, en honor a esa gran responsabilidad, planteo que se requiere una mesa de abierta de diálogo entre el gremio transportista e investigadores, mi voto va en contra. Su servidora no descansará hasta buscar las soluciones competentes, para tener un servicio eficiente, el cual deberá ser subsidiado, tener rutas alternas y brindar seguridad”.
Quién cayó hasta en el sentimentalismo y el drama, en su afán de no quedar mal ni con los transportistas ni con los usuarios, fue el regidor independiente Cristian Vázquez. “Sufrí esta decisión”, comentó respecto a su voto negativo, pero que no fue a la ligera. “Que los concesionarios no sufran por la crisis económica y los aumentos, pero tampoco los 120 usuarios del transporte. Si el aumento es la opción única, que venga con una mejora integral”, urgió a concretar un Plan Maestro de Vialidad y Transporte.
David Alfredo del Moral, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), apeló a la Ley de Régimen Municipal que establece que la prestación del servicio de transporte público debe obedecer no solo a la rentabilidad de los concesionarios, sino al interés público, con mayor razón considerando que Ensenada registra los más altos índices de pobreza en el Estado: “Sería una falta de sensibilidad social de mi parte aprobar un incremento a la tarifa, sin embargo, no niego que las solicitudes y argumentos de los transportistas sean válidos”.
El “Niño Verde” del Cabildo, Jorge Emilio Martínez, llegó muy bien asesorado con datos duros sobre los niveles de miseria en este puerto, y sentenció de entrada que no venía ni a politizar ni a polemizar con el tema. Refirió que en Ensenada los habitantes ganan un promedio de 106 pesos diarios, 25 mil ciudadanos apenas ganan el salario mínimo de 80 pesos, 132 mil viven en pobreza moderada, y 20 mil en pobreza extrema.
“Al transporte estaría destinado más de la mitad de su salario, sería catastrófico el aumento, no les quedaría para comer a muchas personas, es notoria la falta de relación costo-beneficio para el usuario”, planteó.
Además, informó que 6 de cada 10 habitantes en Baja California deplora las condiciones del transporte, sin embargo, los transportistas tienen mucha razón en sus demandas. También abogó por el Plan Maestro de Vialidad, “del que me comprometo a ser un vehemente promotor”.
El regidor de Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), Teodoro Araiza Castaños, criticó que el gobierno municipal, tras la crisis económica que heredó de la anterior administración, lejos de buscar vías alternas de financiamiento o aplicar medidas de austeridad eficaces, optó por incrementar el Impuesto Predial y de alumbrado público. Y consideró que con esa misma lógica se presentó ante Cabildo el dictamen para aumentar las tarifas del transporte.
“Como siempre se traslada la responsabilidad a los ciudadanos, que paguen ellos los platos rotos”, agregó que no se puede aprobar el incremento sin tener la garantía de que se mejorará el servicio. De otra forma tal medida solo se sumaría a la ola de aumentos tipo “gasolinazo”.
“En estos tiempos de crisis es inmoral pedirle a la gente que se apriete aún más el cinturón, cuando su gobierno no lo hace”, remató el morenista.
Por su parte, el alcalde Novelo fincó el compromiso compartido entre autoridades y transportistas de planear con visión de modernidad y largo plazo el transporte público, la mejora de vialidades, la adquisición de créditos blandos, subsidios, reorganización de rutas y diseño de rutas troncales. Tras el “sí”, les dijo que ya no sirvió de mucho respecto al incremento.
Contrariados
Impávidos, los líderes transportistas atestiguaron la negativa a su exigencia, no quisieron dar declaraciones a la prensa y se retiraron, incrédulos, frustrados. “Para nosotros es de suma tristeza e inconformidad el hecho que los regidores o no hayan asumido su responsabilidad”, reveló a ZETA Armando Gutiérrez, presidente de la Unión de Transportistas Independientes del Municipio de Ensenada (UTIME).
“Algunos de los regidores pudieran pensar que el haber decidido no incrementar el ajuste es favorecer a la ciudadanía, pero es al contrario”, advirtió el transportista. Dijo que la situación es tan crítica, que es muy difícil que se siga dando el servicio. Los costos de operación por la gasolina y las reparaciones a causa de las calles llenas de hoyos han elevado los costos operativos.
Gutiérrez consideró incongruente que después de haber compartido varias mesas de acuerdos con los ediles, y de haber aceptado el compromiso de cumplir con los requerimientos que les condicionaron a cambio de la aprobación del incremento, hayan decidido echarse para atrás. No los mencionan, pero se refieren sobre todo a los regidores emanados del PRI, Bertha Martínez, Samuel Albestrain y Ricardo Medina Fierro.
“Es incongruente todo esto que está pasando, es nada más un justificante electorero y demagógico, nada más para salir del paso”, manifestaron los transportistas. “Eso no se vale, no es maduro dejarse llevar nada más por su filiación partidista y por el temor político de las consecuencias que puede tener para su carrera. No pensaron en solucionar un problema para la ciudad”.
Los transportistas no ven por parte del gobierno municipal capacidad, ni voluntad, para resolver la problemática: “Nosotros pugnamos con bastante tiempo para que se llevara a cabo el plan maestro, ya está autorizado en el Congreso del Estado, lo tienen a la mano, es cuestión nada más de ponerse a trabajar”.
Citaron como ejemplo que por años ese sector ha estado inconforme con la incapacidad de supervisión por parte de la Unidad Municipal del Transporte, “porque sabemos que no tiene recurso ni humano ni económico para llevarla a cabo”. Además, consideran un absurdo que se pretenda realizar otro estudio técnico que podría demorarse hasta cuatro meses: “No tenemos la capacidad, estamos en una situación económica crítica. No es justo que después de platicar con el alcalde y con algunos regidores antes de que entraran en funciones el 1 de diciembre (2016), nos hayamos aventurado a solicitar créditos y hacer expedientes para sacar créditos de unidades nuevas. Hay veintitantas adquiridas, y estamos en un problema de cómo vamos a cubrir esas letras”.
El gremio no sabe aún qué reacciones tomará contra la negativa al incremento. Desde afuera se prevé que recurrirán de nuevo a los tribunales, dado que los estudios técnicos avalan un aumento no solamente de los 3 pesos que pedían, sino hasta de 4.50.
Por lo pronto a los transportistas les molesta que los comparen con otras entidades donde el servicio es eficiente, barato y de calidad: “En otras partes hay índices de abordaje más alto, no están saturados de autos chocolate como aquí, tienen vialidades en buenas condiciones, existe un plan maestro de vialidad, hay inversión de los tres niveles de gobierno. Aquí no hay nada de eso”.