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martes, octubre 1, 2024
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El tiempo de los bandidos

Antes de 1977 México construyó el 90% de las carreteras; los hospitales públicos más importantes; casi todas las presas, puertos y aeropuertos del país; se dotó de instalaciones a las universidades y tecnológicos públicos de todos los estados de la República. Todo, sin cobrar IVA y vendiendo solo cantidades ridículas de petróleo. Ahora, el inmenso presupuesto público no alcanza para nada, porque se lo roban o malgastan, pero sobre todo, porque desde 1989 ha habido una traslación de recursos públicos a manos privadas: primero la privatización indiscriminada de las empresas públicas; y hoy, la moda perversa de las Asociaciones Publico Privadas (APP) con las que privatizan, a costo del erario público, todo tipo de servicios públicos, endeudando y encadenando por décadas el presupuesto público de estados y municipios, para que empresas privadas puedan disponer de él, mediante millonarias rentas pagadas por el pueblo.

En Baja California las cosas fueron igual: sin IVA y sin ingresos petroleros, sin impuesto sobre nómina ni al hospedaje, con un presupuesto nacional y estatal considerablemente menor al actual, incluso proporcionalmente al número de habitantes, se construyeron las presas de Tijuana y Ensenada; el acueducto Mexicali Tijuana; la UABC y los tecnológicos de Tijuana y Mexicali; las preparatorias publicas más importantes; la mayoría de los hospitales del IMSS, ISSSTE e ISSSTECALI, la primera etapa del río Tijuana, que si la comparamos con las dos siguientes representa un reflejo de la calidad de los gobiernos que las construyeron; todas las carreteras del estado, excepto la subida de la Rumorosa; el centro cívico y los canales de riego de todo el valle de Mexicali; el recinto portuario de Ensenada.

No tienen vergüenza, hoy, a pesar de la multiplicación presupuestal no hay dinero ni para tapar los baches o recoger la basura. Más allá de la expansión del acueducto Mexicali Tijuana, hospitales y escuelas, no se ha construido ninguna obra realmente importante de infraestructura. Han convertido a las APP en la fórmula perfecta para endeudar desproporcionadamente al estado y hacer negocios desde el poder con amigos y compadres. La polémica alrededor de la ley del agua permitió destapar la cloaca, solo para darnos cuenta de la debilidad de esta legislatura; Inútil para fiscalizar al poder, con diputados panistas que son la versión azul de lo que antes era el PRI, una pandilla de levantadedos; diputados priistas, que son una caterva de inútiles negados genéticamente para ser oposición. La honra del congreso la aporta Luis Moreno, y en menor medida los diputados de morena, pero de poco sirve para los efectos fiscalizadores. El resto de la chiquillada brillan por la inoperancia el entreguismo y la estulticia.

A Kiko parece habérsele acabado el veinte, la ciudadanía despertó como lo hizo en el 88 y 89, pero ahora superdotada por la híper información a la que tiene acceso y las abundantes redes de comunicación que usufructúa. El millonario negocio del agua que le hacía frotarse las manos y relamerse los bigotes, está expuesto, y si insiste en su implementación, es probable que termine en prisión.

Por lo pronto muchos nos organizamos para echar abajo la ley que da vida a las perversas APP. Más respeto para el pasaje. ¡Rateros!

 

Jesús Alejandro Ruiz Uribe fue dirigente del PRD en Baja California, ex diputado local por el mismo partido y actualmente es Rector del Centro Universitario de Tijuana en Sonora. Correo: chuchoruizuribe@gmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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