“Todos Queremos a Alguien”, el segundo proyecto escrito y dirigido por la cineasta, llega a Estados Unidos hoy 17 de febrero, para presentar el dilema amoroso de una ginecóloga cuya vida transcurre entre Los Ángeles y Ensenada. Protagonizado por Karla Souza, José María Yazpik y Ben O’ Toole, este viernes inicia su segunda semana de exhibición nacional a través de mil pantallas
Si hay algo que tiene claro Catalina Aguilar Mastretta, es que la influencia de sus padres -Héctor Aguilar Camín y Ángeles Mastretta–, el lugar donde creció -Ciudad de México- y los recuerdos de cuando era niña, siempre van a permear su vida y, por ende, lo que hace. Pero ello no significa que tuviera un camino más fácil en la construcción de su base profesional, ya que ha sido a costa de talento y esfuerzos propios que esto se le ha dado con un factor que sí parece ser herencia: la inquietud hacia el amor.
El primer vistazo de ello fue con “Las Horas Contigo” (2014), su debut como directora con la trama de tres mujeres integrantes de una familia que nacieron en diferentes generaciones y se reencuentran a través de un contexto donde la vida y muerte comienzan un nuevo ciclo. La continuación por abordar el tema llegó con el estreno de “Todos Queremos a Alguien”, que desde el viernes 10 de febrero muestra en cines nacionales un enredo amoroso entre Karla Souza, José María Yazpik y Ben O’ Toole.
“Para mí el amor es de los misterios más grandes que vivimos como seres humanos, porque es misterioso no saber por qué nos enamoramos de la gente de la que nos enamoramos, por qué somos amigos de la gente que son nuestros amigos, por qué si se nos ponen de frente dos personas que son igual de simpáticas, igual de inteligentes e igual de buenas personas, con una no tienes nada de qué hablar y con la otra te hermanas para toda la vida. Siempre ha sido un tema que me ha llamado la atención porque lo puedes explorar hasta el infinito”, declaró para ZETA quien estuvo nominada al Ariel por Mejor Ópera Prima.
— Y en lo particular, ¿de dónde surge la necesidad por hacer esta historia? “Empezó a salir a partir de contar cómo queremos a la gente que queremos y por qué, quería retratar esas distintas formas de amor. Creo que está película en su superficie es un triángulo amoroso entre Karla Souza, su ex novio emblemático José María Yazpik, al que ve después de muchos años y Ben O’ Toole, un personaje muy divertido. Pero más allá de esta doctora que vive en Los Ángeles y que está dividida entre dos amores y entre dos países, siento que es un hexágono amoroso porque está toda la familia involucrada: una familia mexicana, muégano, metiche, que representa muchas maneras de quererse, como el amor entre las dos hermanas que son los personajes de Karla y Tiaré Scanda, que me encanta y eleva a la película muchísimo. ‘Todos Queremos a Alguien’ no necesariamente habla de las relaciones románticas, sino de toda la gente que nos nutre y nos vuelve quien somos”.
— ¿Cómo fue abordar esas diferentes facetas del amor en el proceso de escritura?
“Divertido, es explorar a los personajes y tratar de hacerlos lo más reales posible y sobre todo estar pensando todo el tiempo en que es una experiencia totalmente honesta, porque así es como yo percibo las cosas, estos son los aprendizajes que he tenido en el mundo y los pongo en estos personajes. Para mí eso es ayudar a los demás en lo que nos ayudan las historias, a sentirnos menos solos, que sepan que si lo ven en la película es porque alguien más lo sintió y ahora los personajes también lo sienten, esa es la magia de la historias”.
— ¿Qué disfrutas más al momento de escribir?
“Lo que más me gusta de escribir es imaginarme personajes e imaginarme cuál es su necesidad, porque el chiste es que tengan obstáculos y dificultades que luego tienen que remontar. Para mí eso es lo más divertido de escribir, y escribir de gente con la que me gusta pasar el tiempo. En el cine eso es mil veces más emocionante porque luego viene el trabajo de los actores y mejora infinitamente cualquier cosa que tú pudieras haber imaginado de los personajes y le dan vida a cada emoción, ese es un regalo que te dan los actores, encarnar a los personajes que tú inventaste y de los que no quieres separarte”.
— ¿Fluyó mejor tu segunda experiencia como directora?
“Tuvo muchos retos nuevos porque casi todas las películas son monstruos distintos y nuevos. Como en todo, si ya tienes algo de experiencia eso te da más confianza y estás más como en tu casa, pero la verdad es que también desde ‘Las Horas (Contigo)’ hasta ahorita, para mí no hay nada más mágico que un set de filmación, creo que es una conexión que hay de colaborar y de contar historias en conjunto, en la que la gente se concentra. Es una cosa que me fascina y que voy a seguir haciendo”.
— En septiembre de 2016 debutaste como novelista con “Todos los Días son Nuestros”, ¿alternarás ambas facetas?
“Lo que quiero es contar historias. Hay historias que se prestan más al cine y hay unas que se prestan más a la literatura. La historia de mi novela pasaba más en la cabeza del personaje que para hacerla en el cine porque iba a ser difícil. En cambio esta es para mí una película en toda la extensión de la palabra, su lenguaje está hecho para ser película, sobre todo porque está en la ciudad de Ensenada, esa belleza que tiene el país a la altura del Pacífico, es un lugar hecho para el cine. Me da muchísimo orgullo y para mí es un honor que la película inmortalice para siempre su belleza, que no necesariamente hemos visto en muchas otras películas”.
— Que además es mostrar de otra forma a Baja California…
“Totalmente, llevo ocho años viviendo en la ciudad de Los Ángeles y cruzando esa frontera hacia Tijuana porque allá tengo muchos amigos y Ensenada se ha vuelto un segundo hogar, porque es un lugar extraordinario, era lo que más me hacía ilusión de poner en esta película. Siempre que vemos la frontera está su lado oscuro, que no digo que no exista, pero la frontera que sucede de forma rutinaria es la de gente bárbara que cruza todos los días o los fines de semana y de forma muy natural vive en dos lugares al mismo tiempo. Eso es una cosa en la que no pensamos en el resto del país y, sin duda, Estados Unidos no piensa así de los migrantes mexicanos, ni de los mexicanos en general, entonces para mí se volvió en algo muy importante de retratar. Hacer una imagen donde el comentario es que no hay comentario, esa gente simplemente vive así, es bicultural, binacional y bilingüe a cabalidad”.
— Algo que también llegará a Estados Unidos.
“Es una cosa que debería ser evidente, pero que de repente en este clima político en el que estamos se nos olvida que lo que nos une es muchísimo más que lo que nos separa. Nos parecemos muchísimo, somos vecinos e inevitablemente debemos estar unidos. Cuando estás en Tijuana, Los Ángeles o en lugares cerca de la frontera, lo notas más que nunca. Es un honor que la película se vea en Estados Unidos y tenemos la suerte de que haya una distribución buena allí. Me hace ilusión que los migrantes mexicanos se vean reflejados ahí por primera vez en su vida cotidiana, su vida íntima, amorosa, con gente que habla su idioma o sus idiomas. De nuevo, es difícil ver en el cine retratado este perfil, y al mismo tiempo que los mexicanos vean que la realidad son 140 millones de mexicanos, no 120, sí, vivimos allá, pero somos igual de mexicanos y somos el mismo pueblo. Es educar lo que podamos y encontrar algo positivo en esta desgracia que nos pasó de que este infeliz (Donald Trump) se volviera presidente, pero finalmente la última cosa positiva que podemos encontrar es que pusimos a la frontera como comunidad. Creo que tenemos que aprender a pensarnos como una sola, a defendernos como una sola y vivirnos y anotar que sí somos de muchos tipos, y es importante retratar eso”.
Mientras la promoción de “Todos Queremos a Alguien” toma más fuerza, Catalina espera que su novela se estrene en España, Latinoamérica y Alemania, y logre tener un proyecto más para trabajar con Karla Souza, a quien considera un talento excepcional.