Más de 10 policías de Tecate intervinieron en el ataque a un padre de familia al que le reventaron los intestinos a golpes, sometieron a patadas y puñetazos a sus dos hijos menores de edad. Después los dejaron en libertad, sancionados por “faltas administrativas” pero los boletinaron como delincuentes. En 81 días la dirección de seguridad pública encabezada por Francisco Castro Trenti ha acumulado 40 quejas ante Sindicatura, seis ante la Comisión de Derechos Humanos y 8 ante la Procuraduría del Estado
El miércoles 22 de febrero, el señor Roberto Ramírez Mendoza de 43 años, fue sometido a una segunda operación para reparar los intestinos que policías municipales de Tecate le reventaron a golpes entre la noche del viernes 10 y la madrugada del sábado 11 de febrero. En los mismos hechos, fueron agredidos su esposa Sonia y sus hijos menores de edad Alejando (15) y Eduardo de (17), este último al igual que su padre debió ser hospitalizado después del ataque; tiene una cirugía en el corazón y fue sofocado en por lo menos 2 ocasiones, de acuerdo a lo que recuerda.
En el transcurso de la mañana del mismo 11 de febrero, la corporación emitió un boletín informativo de los hechos mencionados, el cual se publicó en diversos medios de comunicación, sin embargo el reporte de la dirección municipal es distinto, ellos aseveraron que la familia había perseguido, amagado y atacado a un policía municipal de Tecate, quien fue herido.
De acuerdo a lo dicho por las víctimas, en la agresión estuvieron involucrados oficiales de apellidos Álvarez, Casillo y Cuevas (detenidos en mayo de 2016 por golpear y privar de la libertad a un menor de edad), y otros más que aún no identifican en el álbum de la corporación. “Es que llegaron como 10 patrullas”, dijeron, además que los hechos fueron cerca de la comandancia.
* La versión de los oficiales dada a conocer en un boletín, tiene varios cabos sueltos.
De inicio las autoridades no han dado información del policía presuntamente agredido ni de su estado de salud, ZETA fue informado que se trata de un elemento de apellido Álvarez quien tiene raspones en una muñeca y la mano.
* El arma supuestamente usada en la agresión que al final se informó era de juguete y después dijeron de postas, no forma parte del expediente en la PGJE.
* Cuando dos de los 4 miembros de la familia fueron liberados, los multaron solo por “faltas administrativas” con 500 pesos.
* Los dos hijos menores de edad –uno con afectación cardíaca– fueron sometidos a golpes, esposados, y el de 15 años estuvo varias horas preso (incluso parte del tiempo junto a su padre herido), y ambas acciones son violatorias de la Ley. Al joven de 17 años le quitaron la cartera y no se la regresaron.
* Además, tardaron alrededor de 2 horas en liberarlos después que se pagó la multa. Estos hechos que podrían acreditarse como privación ilegal de la libertad.
En ese contexto, la familia desmintió haber agredido: “…si tan delincuentes somos por qué nos soltaron” dijo el padre y agregó: “…eso de la pistola me lo fue a decir el oficial ya que estaba en el hospital (Santa Catalina) –antes estuvo internado en la Cruz Roja–, me dijo encontramos tu pistola en la Tundra, yo le respondí pues a ver dónde encuentras huellas porque yo no tengo pistola”.
En consecuencia, la familia golpeada por varios uniformados presentó denuncia ante tres instancias:
1.- Sindicatura Municipal: Alrededor de 5 agentes han sido declarados, y refirieron que todo lo hecho fue por orden y bajo supervisión de sus comandantes.
2.- Subprocuraduría General de Justicia del Estado.
3.-En la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
Como las víctimas son ciudadanos americanos, el caso tiene intervención del Consulado de Estados Unidos.
A la queja de la Familia Ramírez López contra la corporación encabezada por el licenciado Francisco Castro Trenti se suman:
- a) Cinco recibidas previamente por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Baja California, donde los derechos vulnerados han sido la seguridad jurídica, el derecho a la legalidad; y los principales hechos violatorios, emplear arbitrariamente la fuerza pública, faltar a la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficacia del desempeño.
- b) Siete que ya estaba procesando la Procuraduría del Estado, tres expedientes abiertos en diciembre, 1 enero y 4 entre el 1 y el 19 de febrero.
- c) Las 39 quejas que ya atendía la Sindicatura Municipal por agresiones sufridas a manos de la Policía Municipal de Tecate, de las cuales 21 se han iniciado por abusos de autoridad que incluyen lesiones en contra de los detenidos, y 19 por abuso de autoridad relacionado con el extravío de pertenencias de los denunciantes.
Policías golpean a familia con pies y puños
El señor Roberto Ramírez ingresó a la Cruz Roja la madrugada del sábado 11 de febrero, horas después que su hijo Eduardo –al joven lo trasladaron al nosocomio directamente de la zona del enfrentamiento alrededor de la media noche del 10 de febrero– , el padre estuvo previamente preso en la comandancia municipal de Tecate sin atención.
Una vez en la Cruz Roja, al percibir falta de atención, la cuñada del hombre herido solicitó el traslado de Roberto y Eduardo al hospital particular Santa Catalina, donde el padre de familia fue intervenido.
En el hospital particular el doctor Francisco Rocha Díaz reportó haber recibido a Roberto Ramírez Mendoza a las cinco5 de la mañana del sábado 11 de febrero, le hicieron radiografía, tomografía y laparatomía, los estudios mostraron “…perforación de víscera hueca” y líquido peri-hepático (alrededor del hígado) y burbujas de aire”, “abundante líquido intestinal libre en la cavidad abdominal y perforación del intestino delgado”.
El doctor Javier Rodríguez atendió al joven Eduardo, a quien diagnosticó “Traumatismo craneoencefálico leve/policontundido, como antecedente de importancia cardiopatía congénita…con corrección quirúrgica al nacimiento”, con “traumatismos múltiples en cabeza, rostro, cuello, tórax abdomen a base de puntapiés y puños, refiere pérdida del conocimiento sin saber cuánto tiempo” para las equimosis y las abrasiones le recetaron analgésicos y lo dieron de alta.
Alejandro el hijo de 15 años también presenta heridas en cuello y cara, pero de él no existe reporte médico, no lo hicieron en la comandancia. A Sonia López de Ramírez la madre de familia tampoco la evaluó un médico, “pero a ella nada más la cachetearon y fue la mujer policía, y al día siguiente le dolía la mandíbula porque la sometieron con su cara contra una cajuela”, ante los daños ocasionados a los varones, el daño ocasionado a la mujer les pareció de menor agresión.
El relato de la familia
Entrevistados el 20 de febrero por ZETA en su casa donde el padre de familia convalecía previo a la recaída, los Ramírez ofrecieron su versión de los hechos. Los jóvenes se veían bien pero el padre apenas podía hablar, se movía y se quejaba de dolor abdominal.
Los jóvenes explicaron que alrededor de la media noche del viernes 10 de febrero, uno de ellos estaba sentado dentro del patio de la casa, mientras el otro patinaba en la calle con un amigo, los señores Ramírez López habían salido a comer tacos, “…entre semana entramos muy temprano a trabajar y nos acostamos temprano pero aprovechamos el viernes y sábado para desvelarnos y convivir”, comentó Ramírez
Su casa está ubicada en la calle Campeche 163 de la colonia Rancho Pedregal, es la segunda en una esquina, por eso cuando los jóvenes vieron dar vuelta a la patrulla todos ingresaron al patio, desde la patrulla un agente les echó la luz de una lámpara y le dijo que había un reporte –no comentó de qué–, les preguntó qué sabían. Le respondieron que nada, pero insistió, no dejó de hostigarlos y aluzarlos hasta que uno de los muchachos sacó una lámpara y también lo aluzó, esto provocó al oficial quien ingresó al patio y empezó a jalonear con los muchachos, los golpeó hasta que lograron llegar a la puerta de la casa, el menor de 15 años había quedado ensangrentado y sin camisa, y el oficial se fue llevándose un bate de softball y la lámpara de los muchachos, pocos minutos después llegaron los padres, que vieron salir la patrulla de su cuadra; cuando los jóvenes les contaron lo sucedido el padre les ordenó subir a la pick up para ir a poner la denuncia. Eran alrededor de las once de la noche.
Transitaban por la calle Emilio Portes Gil cuando sobre la avenida Hidalgo a la altura del Calimax, los jóvenes ven a un policía tiene detenido a un conductor y lo reconocen como el agresor, el padre de familia estaciona su auto a unos metros de la patrulla y se baja a pedirle su nombre y número de placa para presentar la denuncia, estaba con una mujer policía.
“…obviamente yo alterado y frustrado por ver el rostro de mis hijos con sangre y se habían metido a mi hogar, yo le decía ¿por qué? y la mujer callada, el hombre con su mano izquierda se tapó la placa y al mismo tiempo pidió refuerzos, pero mientras me decía que no sabía de qué hablaba por el radio les dijo son los mismos del Pedregal”, detalló Ramírez Mendoza.
“En poco más de un minuto llegaron unas ocho o diez patrullas llenas de policía y se bajaron directamente a golpearnos. El oficial al que le había pedido el nombre, cuando mira que llegan los refuerzos empezó a tirar patadas y me dio primero en los genitales.
“Vi a un policía muy grandote ahorcando a mi hijo Eduardo, le dije que si tenía que arrestarlo lo hiciera pero no lo golpeara. Mientras hablaba sentí muchos golpes en espalda, piernas, me dieron mi buena tanda, mi buena patiza, me desmayé dos veces, en una de esas sentí cómo el policía que me estaba deteniendo para que me golpearan caía conmigo, recuerdo dos oficiales en particular que me golpearon bastante”.
Explicaron que una vez sometidos, un agente les dijo; “… ya se los cargó la verga porque traen un arma, todos van para Tijuana”, después el joven Eduardo fue enviado a la Cruz Roja y los padres y el menor Alejandro junto a su amigo Carlos, a la cárcel de la comandancia. “Me tuvieron que detener para tomarme la foto”, explicó Ramírez Mendoza, “…encerrados mi hijo les pedía que me atendiera un médico y no le hacía caso”, no están muy seguros de los tiempos, aun corroboran horas exactas, pero indican que fue aproximadamente 3 o casi 4 horas después que lo mandaron a la Cruz Roja.
Sonia López de Ramírez y su hijo Alejandro salieron de la comandancia entre nueve y diez de la mañana, después de pagar 500 pesos por multas administrativas y otra multa de 320 pesos con 17 centavos porque su pick-up se paró en la superficie de rodamiento de carreteras y vías primarias, secundarias , o… y por “conducir sin extremar precauciones”.
PGJE, CEDH y Sindicatura se encuentran trabajando en los expedientes, además de recabar las declaraciones de los implicados, ya están procesando la solicitud de los videos en los comercios de la zona, intentando localizar a la persona que estaba multando cuando iniciaron los hechos. Y aunque los indicios refieren la participación de la mayoría de los agentes que laboraran en la Zona Centro a la medianoche del 10 de febrero, también trabajan en la identificación de los agentes identificados como principales posibles agresores.
También definirán el grado de responsabilidad de los comandantes a cargo, porque de inicio han detectado inconsistencias en la forma que procesaron a los miembros de la familia Ramírez retenidos en las instalaciones.
De igual manera, investigan la versión del agente de apellido Álvarez, quien aseguró ante sus jefes haber otorgado el perdón a la familia, con la intención de que los Ramírez no denunciaran.
Castro Trenti sostiene la versión de un atacante armado
Respecto a los señalamientos de abuso de autoridad hechos por la familia Ramírez López en contra de los miembros de su corporación -prácticamente la mayoría de los oficiales que trabajaron el turno nocturno del 10 de febrero de 2017-, el director de la Policía de Tecate, Francisco Castro Trenti, argumentó:
“La instrucción es permanente, respetar los Derechos Humanos, hay ocasiones en que hay que hacer uso de la fuerza y en esta ocasión se usó para proteger la integridad del agente, el oficial se fue en su patrulla y la familia se subió a su troque y le cerraron el paso; el conductor salió del auto y le apuntó con un revólver calibre 22, que después resultó ser de postas, pero en la noche era difícil distinguir. Había riesgo, hubo que actuar y someter a la persona”.
Cuestionado si había que someter a patadas, no rechazó ni aceptó el hecho, pero aseguró existe un certificado médico que, de acuerdo a lo informado a ZETA, no ha recibido Sindicatura.
En cuanto a las denuncias y quejas interpuestas por la familia Ramírez, el mando tecatense concluyó: “Si hay algo que investigar, no tengo problemas en poner a los agentes a disposición de Sindicatura. Y si hay elementos que puedan ser constitutivos de delito, ponerlos a disposición del Ministerio Público, o si encuentran elementos, que los sancionen administrativamente”.