Junto con la ola gélida que se dejó sentir desde la noche del jueves en el puerto de Ensenada, se dio arranque a los festejos del Carnaval 2017, que tendrá verificativo del 23 al 28 de febrero, sobre el final del bulevar Costero, el cual fue cerrado al tránsito desde el mediodía del miércoles.
Ante escasos asistentes y teniendo como auditorio a los desanimados vendedores que se instalan año con año en la fiesta aunque las ventas van a la baja, el presidente municipal Marco Antonio Novelo protagonizó el arranque del festejo, así como el operativo de seguridad implementado especialmente para estas fechas.
Se anunció que 300 policías, 25 patrullas y 4 detectores de metales, formarán parte del operativo para preservar la seguridad de los asistentes al Carnaval. El director de Seguridad Pública Municipal, Emilio Camarena Castillo, precisó que además de la zona de festejos se vigilará la periferia, a fin de prevenir robos y actos delictivos.
Una atención especial también tendrán los diferentes desfiles que se realizarán por las principales calles de la zona centro el sábado 25, domingo 26 y martes 28, a la vez que habrá 10 cámaras de vigilancia y un dron en los distintos escenarios del Carnaval 2017.
El alcalde Novelo les dio la encomienda a los uniformados de velar para que el festejo se desarrolle en un ambiente tranquilo y familiar.
El Carnaval, que ha venido de menos a más, y ante la indiferencia de las administraciones pasadas y de las tradicionales familias ensenadenses, durante los últimos lustros ha significado más un problema para la autoridad municipal, sin ganancia y campo fértil para transa por quienes han pasado a cargo de su organización.
Este año el Ayuntamiento delegó la responsabilidad de su organización a empresarios locales, el restaurantero Fernando Mancillas uno de ellos, en la promesa de que esta vez mejorará de calidad y oferta artística.
La peor crisis del Carnaval se vivió el año pasado, estando muy reciente la balacera que dejó una decena de muertos en el clandestino Palenque Póker, lo que suscitó la ausencia del público ante el temor se cumplieran las amenazas que se ventilaron en las redes en el sentido que se repetiría un acto similar en la fiesta carnavalesca.