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domingo, julio 7, 2024
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Ximena Cuevas y el arte del video

Reconocida en México por su labor en el video performance, la edición que hizo para “Bellas de Noche”, ópera prima de su hermana María José, se mantuvo un mes en cartelera al final de 2016. “Lo que yo puedo decir a mi edad y después de tantos años de trabajo, es que tengo oficio”

Después de trabajar desde las trincheras de la continuidad para diversos cineastas, tanto mexicanos como extranjeros, Ximena Cuevas decidió que no iba a dedicarse al cine de industria porque se negaba a dejar en manos de otros la posibilidad de concretar sus ideas. Esa medida la tomó a finales de los 80s y, tiempo más tarde, encontró en el videoarte su verdadera vocación. Ahora, con 53 años de vida y tres décadas dedicadas al campo, es una artista que rebasó las fronteras del país con su forma de explorar temas sociales y de género a través de imágenes.


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“Absolutamente cualquier profesión toma tiempo, o sea, para tener un oficio toma horas y horas de estudio. Yo tengo muchas horas de experiencia en la edición y de cosas que ni siquiera salen a la luz, pero creo que toda persona, todo artista, necesita horas de estar con su oficio. Lo que yo puedo decir a mi edad y después de tantos años de trabajo, es que tengo oficio, lo he trabajado”, declaró para ZETA quien durante el año pasado promocionó en Ambulante Gira de Documentales, el video ensayo “México, un País Llamado Cine”, en el que hizo un retrato del país a partir de la revisión de 100 de sus películas y la selección de 40, como “El Topo” (1970), “Aventurera” (1949), “Amores Perros” (2000), “Rojo Amanecer” (1989), “Vámonos con Pancho Villa” (1935) y “La Ley de Herodes” (1999).

Con su padre, el pintor José Luis Cuevas


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Sin embargo, para ella y su hermana María José, la parte fuerte de 2016 fue hacer recorrido por el país con “Bellas de Noche”, documental que centraron en las vidas de Rossy Mendoza, Wanda Seux, Lyn May, Princesa Yamal y Olga Breeskin, para mostrarnos su época de gloria como vedettes, qué las hizo declinar y cómo es su actual vida, en una narración que celebra la existencia sin importar el paso del tiempo y los obstáculos.

“Fue la ópera prima de María José, pero ella es una mujer que desde niña escribe a diario, desde niña mira, desde niña narra y siempre lo ha desarrollado mucho. Yo no creo en ningún arte del chiripazo, creo mucho en ir puliendo el oficio que se quiere y desecharlo, porque todo artista también crea y desecha. Un dibujante tira hojas y hojas al bote, pero sigue dibujando. Nosotras también, no sé si bien o mal, porque no soy quién para decirlo, pero tengo oficio y lo he pulido durante años de trabajo”, compartió la videasta que en su reciente visita a Tijuana quedó sorprendida por las muestras de arte que hay en el muro fronterizo desde el lado de México, y aseguró, tienen que ver con “esa cosa divinísima que te da el grito de la necesidad de arte por expresarnos, porque entre más dolor e imposibilidades tenemos los mexicanos, más fuertes somos con nuestro arte”.

Hija del pintor José Luis Cuevas y la promotora cultural Bertha Riestra, Ximena recuerda que a diario su padre se levantaba a las siete de la mañana para dirigirse a su estudio y dibujar. “Todos los días de mi infancia fueron así”, evoca mientras fuma y se explaya en que desde ahí percibió al arte como parte de su vida. No obstante, jamás anticipó que la tarea de pulir su ojo hasta definir desde dónde quería ver las cosas, le permitiría realizar trabajos que han logrado llegar a Nueva York a través del Museo de Arte Moderno y el Guggenheim, o al Consulado de México en Los Ángeles y festivales como Sundance.

La tecnología cambió el cine que consumimos, ¿cómo lo percibes en los formatos que trabajas?

“Siento que nos ha acercado más a las ideas o personajes, si es en lo documental. En ‘Bellas de Noche’ cuando la cámara se vuelve viva, es la cámara pequeña de María José, el documental también tiene que ver con lo accesible del medio, con los pequeños formatos. María José empezó queriendo ser profesional con un fotógrafo mucho más cuadrado y de pronto perdió el pudor, agarró la cámara y redujo la distancia con ellas”.

¿Y en el videoarte también facilita la forma de narrar?

“Claro, estamos en un momento donde la maravilla, sobre todo, es no tener que pedirle permiso a nadie, tenemos al medio en las manos para contar y ser libres. Yo siempre tomo mucho la frase de Jean Cocteau de que el cine será un arte cuando la cámara sea como una pluma. Ahorita estamos en ese momento de que si nos queremos expresar, tenemos esa libertad para contar historias, para contar lo más profundo de nuestro ser, como puede ser la pluma de un poeta o el lápiz de un dibujante. Las tecnologías lo que nos han dado es la libertad”, puntualizó Ximena Cuevas.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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