Ayer jueves 5 de enero, Donald Trump, Presidente de electo de Estados Unidos, amenazó al fabricante de autos Toyota con imponer altos impuestos transfronterizos si la empresa edifica una nueva planta en México para vender sus vehículos al consumidor americano. Concretamente la inversión afectada podría estar en Baja California.
En su cuenta de Twitter, Trump escribió: “Toyota dice que construirá una nueva planta en Baja [estado de Baja California], México, para producir automóviles Corolla para los EEUU ¡DE NINGUNA MANERA! O Construya la planta en EEUU o pague un gran arancel aduanero”.
No es la primera vez que Trump utiliza la red social para lanzar sendas advertencias a los empresarios norteamericanos que invierten en el extranjero, sobre todo en México. Cabe recordar que le hizo lo mismo a General Motors (GM) con la imposición de aranceles aduaneros a menos de que construya sus vehículos en la Unión Americana.
A través de Twitter, el republicano apuntó que “General Motors está enviando el modelo Chevy Cruze hecho en México a los concesionarios de Estados Unidos sin tarifas. ¡Fabrique en Estados Unidos o pague un gran arancel aduanero!”.
Luego del mensaje de Trump, GM envió un comunicado donde expuso que produce la versión sedán del Cruze en Ohio.
“Todos los Chevrolet Cruze sedán en venta en Estados Unidos son producidos en la planta de montaje de GM en Lordstrom, Ohio. GM produce el Chevrolet Cruze de cinco puertas para mercados globales en México y un pequeño número es vendido en Estados Unidos”, explicó.
Por su parte, Ford confirmó la cancelación de una planta que instalaría en México, en San Luis Potosí, para ser exactos.
El director ejecutivo de la empresa, Mark Fields, expuso que la planta se edificará en Michigan, con una inversión superior a 700 millones de dólares, creando 700 empleos.
Valga mencionar que en diciembre de 2016 la empresa aseguró que procedería con sus planes de mover la producción de autos pequeños de Michigan a México, a pesar de las amenazas de Donald Trump, en parte porque los consumidores de Estados Unidos piden precios bajos para los sedanes pequeños.
Cuando candidato, Trump acusó a la empresa de despedir a miles de trabajadores para desplazar parte de su producción al país.
Ford se vio obligado a emitir un comunicado, negando que el próximo Presidente de Estados Unidos influyera en sus decisiones de inversiones en la nación azteca y que la elección de la producción de camiones en la Unión Americana fue en 2011, mucho antes de que cualquier candidato anunciara su intención de convertirse en mandatario.
Ante tales amenazas, el economista José Luis Contreras opinó que lo que Trump hace son anuncios temerarios y se debe tener cuidado con ello: “Considero pudieran tener efectos inmediatamente muy alarmistas, pero en el mediano plazo se van a dar cuenta que los que van a perder competitividad en el mercado automotriz van a ser ellos, definitivamente. El hecho de que se exporten partes del proceso de producción es con el propósito de abaratarlas el precio de las mismas”.
Solo se puede explicar la existencia de automóviles baratos en Estados Unidos, expuso, debido a que el 40 por ciento de su proceso está hecho en México o en otros países, por lo que las medidas que se han tomado podrían revertirse en el mediano plazo.
Sin embargo, el peso mexicano ya resintió los embates de tanta palabrería, rompiendo máximos históricos con un cierre de 21.66 por divisa norteamericana, pese a una leve recuperación tras la venta discrecional de dólares que realizó el Banco de México en mercados internacionales.
Así las cosas en la antesala a la toma de posesión del empresario vuelto Presidente, Donald Trump, fechada para el 20 de enero.
