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viernes, octubre 11, 2024
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Tras los excesos de diciembre, las repercusiones

Trinidad López es un sudcaliforniano que, con 60 años de edad, llevaba una vida como cualquier otra persona, se fascinaba por su trabajo y era el pilar de una familia, sin embargo todo cambió cuando un día cualquiera sufrió un primer infarto por cardiopatía isquémica.

“Tenía sondas por dondequiera y la verdad lo sedaron para evitar otro problema, como quince horas, dijeron ‘no lo podemos dejar despierto porque puede pasar algo’, después de eso ya me dijeron que podía entrar y estaba despierto, después ya no podía hablar de lo ronco, no se le entendía nada, por las sondas que tenía”, expresó Hilda García, esposa de don Trinidad.

Nunca antes el hombre había tenido una complicación similar, gripas normales era lo más grave en cuestiones de salud, pero la situación era más que solo ese primer infarto. Previo al incidente se dedicaba a diseñar y hacer muebles, actualmente lleva nueve años de tratamientos y, a sus 69 años ya tuvo cirugía a corazón abierto, cateterismo, le han puesto dos válvulas y un bypass, y están por ponerle un marca pasos. De ahí que los especialistas lo consideran “un héroe, un ejemplo, un guerrero y sobre todo un sobreviviente”.

“Me he sentido…  pues casi derrotado, pero he ido para delante, yo siempre he estado activo, siempre he trabajado, aparte eso lo tengo prohibido y me acostumbré a trabajar y trabajo despacito, y eso me ha afectado con el tiempo”, recordó don Trinidad entre voz entrecortada y llanto.

Por mucho, López es muestra de que después de todo hay quienes buscan permanecer pese a las dificultades cerca de los que quieren, por lo que reconoce a quienes han sido su mayor apoyo, entre ellos “mis hijos, mi esposa, siempre están conmigo. Me han apoyado en todo”.

Las cifras muestran que el 40 por ciento de la población sudcaliforniana padece cardiopatía isquémica y, desde 1987, es la enfermedad que cobra más vidas a nivel mundial. Con el cierre de año y las diversas festividades, la alimentación pasa por severos desajustes que traen consigo algunas repercusiones.

Uno de los malos hábitos que más tiene la población es la manera de comer, factor determinante para que la cardiopatía isquémica genere alerta.

“Una dieta alta en grasas, una ingesta alta en alcohol, una dieta alta en sal, un control inadecuado en consumo de azúcares, se van asociando; la falta de ejercicio, los factores que ya no podemos modificar: herencia, edad y género”, comentó Édgar Cuevas, cardiólogo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Esta enfermedad impide que el corazón reciba la sangre suficiente, por lo que compromete de inmediato la salud del paciente. Entre los síntomas e encuentran inicialmente el dolor en la parte retro esternal y de características opresivas, generalmente acompañado de dificultad al respirar; también se puede correr al cuello y mandíbulas, o hacia ambos brazos.

“Es más frecuente en los hombres, pero las mujeres después de la menopausia nos alcanzan y después nos rebasan. El infarto al miocardio puede debutar un paciente de manera fatal, es decir, tiene un infarto y ahí termina su vida, sin embargo, gran parte de ellos si son atendidos de forma oportuna podemos modificar la historia natural de la enfermedad, obviamente en mucho de estos casos pueden quedar con secuelas como la insuficiencia cardiaca y la incapacidad para seguir trabajando laboralmente”, detalló el especialista.

La buena alimentación, el ejercicio regular y un chequeo cotidiano, ayudan a prevenir o por lo menos atender de manera más oportuna esta enfermedad, que a lo largo del tiempo ha ido cobrando un considerable número de vidas.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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