Tu nombre lo tendré siempre grabado,
aquí en el fondo de mi corazón.
Jamás el mío será por ti olvidado,
porque en los dos se encierra nuestro amor.
Borra yo de mi mente tus recuerdos,
sería como cortarme la existencia.
Le pido a Dios que eso no pase nunca.
como una bella grata penitencia.
Por tu nombre soñé que me moría,
al arrancarlo yo del calendario.
Vi de pronto que tu alma fallecía,
y mi espíritu quedaba solitario.
Desperté sollozando de alegría,
al ver que el sueño realidad no era,
y miré hacia mi lado y aún dormía,
esa mujer, que a mí su amor me diera.
José Miguel Hernández Villanueva – Tijuana, B.C.
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