Después de la fiesta del Día de Reyes que la administración estatal armó en sus oficinas en Tijuana, el gobernador Francisco Arturo Vega de Lamadrid fue cuestionado sobre las acciones que tomará para revertir el rotundo incremento al precio de los combustibles; contestó que el próximo lunes 9 de enero se reunirá junto titulares de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Lo que pedirá, afirmó, es que el costo se homologue o sea inclusive menor con el de los centros de distribución de gasolina del Estado de California. Horas más tarde precisó en un comunicado que participará como miembro de la Comisión Nacional de Gobernadores (Conago), de la que es vicecoordinador de la Comisión de Hacienda.
“La competencia no es con otros Estados de la República sino directamente con el Estado de California”, aseveró. Posteriormente criticó a los bloqueos que un grupo de ciudadanos inconformes con la autoridad federal organizaron contra las estaciones de Pemex, bajo el argumento de que con ello se afecta a todos los ciudadanos, que “se trastoca la vida personal de terceras personas”.
Según el funcionario, las 33 pipas que los manifestantes de Playas de Rosarito dejaron pasar esta madrugada fueron canalizadas tanto a estaciones de distribución como al Aeropuerto Internacional de Tijuana.
Posteriormente se le preguntó sobre el incremento a la tarifa del agua doméstica derivada de la Ley del Agua aprobada por el Congreso del Estado, a lo que contestó visiblemente alterado por la pregunta:
“La política y los políticos estamos muy desacreditados, hay que decirlo, hay que dignificar la política hay que decir las cosas con sinceridad y así lo estoy diciendo el agua y la gasolina son dos cosas muy distintas. Nadie nos va a resolver el problema del agua”, apuntó.
El argumentó para incrementar lo que las familias pagan por el agua es simple: los insumos que se compran para las Comisiones Estatal de Servicios Públicos se pagan en euros y en dólares, monedas cuyo valor ha crecido de forma exponencial, con voz temblorosa continuó:
“Tenemos que reparar todas las líneas que tienen cincuenta años para que cuando funcionen las plantas desalinizadoras estén disponibles y el agua tenga que llegar los hogares. También nos preocupa el señor (Donald) Trump, que no tiene buena voluntad hacia México y los mexicanos”. Manifestó que es posible que condiciones climáticas pueden generar que el gobierno de Estados Unidos reduzca el nivel de agua del Río Colorado que ingresa al país, por lo que las medidas incluidas en esa Ley constituyen una estrategia para estar preparados.
Mientras se llevaba a cabo la atención a medios de comunicación, un grupo de manifestantes por la llamada “privatización” del servicio de agua, incluida e la Ley Estatal de Aguas aprobada en diciembre pasado por los diputados locales, arribaron a las oficinas del Centro de Gobierno con el fin de confrontar al gobernador, cuya avanzada, al percatarse de la aconglomeración de personas con ánimos enardecidos, pancartas, piñatas e inclusive una simbólica trampa para ratas, apresuró el fin de la sesión y Vega de Lamadrid se retiró abruptamente del lugar, fuertemente custodiado por su personal de seguridad.
Antes de irse, el gobernador levantó la voz para ser escuchado entre los gritos de la muchedumbre alterada:
“Son decisiones muy difíciles que un gobernante que tomar, pero se tienen que tomar”. Cabe destacar que la principal queja de los manifestantes está orientada a los incrementos venideros a la tarifa doméstica por el servicio de agua potable, exigían una mesa de trabajo con el mandatario estatal para tratar el tema.