“La Barredora” para el CJNG
y “Los Javieres” para Cártel
de Sinaloa, han desatado la
violencia en el destino
turístico desde las primeras
horas de 2017
“Son los mismos los que están pegándose en Los Cabos, uno le mata dos y el otro responde matando cuatro, es lo que están haciendo, recrudeciendo el pedo y nosotros nada más podemos ver, pese a la zona son rápidos y los que andan, conocen muy bien el terreno y donde está cada uno de los puchitas”, expresó a ZETA un miembro del Grupo de Coordinación Interinstitucional de Seguridad Pública.
Y es que la violencia se ha intensificado en Los Cabos, con la presencia de dos grupos delincuenciales en el destino turístico más importante de Baja California Sur; se trata de “La Barredora” para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de “Los Javieres” para Cártel de Sinaloa, en una guerra por el control del narcomenudeo que se ha intensificado desde las primeras horas de 2017.
“Se veía venir, lo platicábamos en una reunión, la preocupación es que hubo dos días de tregua (31 de diciembre de 2016 y día primero de enero del presente año), pero solo fue para reorganizar los ataques y conseguir armarse, ahora se vinieron con todo y arrasando con lo que se toparon”, expresó un agente de inteligencia militar.
Mientras funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno se fueron a disfrutar de días de asueto, en las calles ya se planeaba la logística para atacar a los bandos contrarios.
La violencia se desató el 2 de enero, la idea principal de los sicarios fue de entrada eliminar las amenazas para su grupo delictivo, “los de la Caravan dorada involucrada en el primer evento, esos eran halcones que operaban para el grupo que manda en Cabo San Lucas (La Barredora-CJNG), Sinaloa ya les seguía la pista hasta que les dieron alcance y los ejecutaron”.
Allí murieron los narcomenudistas Enrique Partida Cota y José Enrique Morán Morones, el primero de ellos quedó dentro de la camioneta, mientras que el segundo intentó huir pero fue alcanzado por los sicarios, dándole muerte en hechos suscitados a la altura del Kilómetro 36+800 de la Carretera Transpeninsular de la colonia El Zacatal en San José del Cabo; en el sitio una mujer que acompañaba a los fallecidos y un transeúnte resultaron lesionados por disparos de arma de fuego.
“Estos dos eran gente de Cártel Jalisco, los tenían bien torcidos y solo los cazaron”, confió el miembro de seguridad.
Ese mismo día la cifra de ejecutados se elevó a tres, uno más en El Zacatal, solo horas más tarde, cuando el de nombre Randi Guerrero Lizardi fue ejecutado a tiros por sicarios; también le seguían los pasos, lo que da a pensar que “eran halcones y ya estaban señalados de poner a contras”.
La respuesta fue inmediata, apenas al día siguiente “La Barredora” respondió a las agresiones de los sinaloenses, la célula de “Los Javieres” también recibió avisos por parte del grupo antagónico. El narcomenudista Luis Enrique de la Toba Merino fue perseguido y alcanzado a bordo de un automóvil Honda Accord negro en el cruce de las calles Villa Navarra y Villa Taragona del fraccionamiento Villas del Cortés en San José del Cabo; el joven recibió al menos cuatro impactos de bala.
Al día siguiente, San José del Cabo y la colonia popular para el narcotráfico, El Zacatal, de nuevo fue el escenario de una balacera, vecinos “se encerraron en el baño, todavía nos acercamos para pedir informes y algunos asustados nos dijeron que vieron la persecución”.
El reporte y un video obtenido por ZETA muestran un automóvil de color blanco que huye por la calle José María Chávez Hermosillo, seguido por una camioneta de color negro, de la puerta del copiloto se ve medio cuerpo de una persona que sale de la ventana empuñando un arma y disparando en repetidas ocasiones.
En el parte quedó establecido que el automóvil siguió de frente hasta llegar a la calle Miguel Bertín, zona en reparación, por lo cual se encontraban montones de tierra, seguido a una zanja que abarca toda la calle; con tal de escapar de sus agresores, la persona que huía mantuvo la velocidad y voló unos metros para caer dentro de la zanja, mientras los sicarios lo dieron por muerto y se retiraron. Pero minutos después “se escuchaban los gritos ‘¡Auxilio, auxilio!’, nosotros pues no nos acercamos y llamamos a las autoridades”. El hombre solo resultó con algunos golpes.
“La zona de San José está caliente, el territorio medio se divide; en San Lucas ‘Los Dámaso’ (Javieres-Sinaloa) tienen un pedacito, casi nada ya; en San José están a medias casi, casi; Jalisco (CJNG-La Barredora) se está metiendo y quiere desterrar a Sinaloa también del territorio que controla, pero lo que no saben es que ya se armaron fuerte con armas nuevas, las metieron por Los Barriles (La Paz) y La Ribera (Los Cabos), entonces vienen armados hasta el tronco”, advirtió el agente consultado.
Cárteles desatan el miedo
En el recrudecimiento de la violencia en Los Cabos, los responsables apenas han sido identificados por cuerpos de inteligencia en Baja California Sur, sin embargo, ya era un secreto a voces, incluso ZETA publicó en ediciones del mes de noviembre la amenaza que se hizo por parte de CJNG a servidores públicos que protegían a miembros de la delincuencia organizada del otro grupo delincuencial.
“Se tienen datos concretos de policías que se han visto involucrados, todos se van a ir de la corporación a su debido tiempo”, por supuesto que en Los Cabos, donde se libra la batalla por el control de la plaza, tras la ejecución de Guadalupe Acosta López “El Javier” en junio pasado, en Culiacán, Sinaloa. En este municipio al sur de Baja California Sur, tres agentes ministeriales han sido amenazados de muerte por células del CJNG, incluido Josué Geovanny Zúñiga Méndez, titular de la Policía Ministerial.
“Mandaron vía mensaje a todos los policías y les informaron que no se metieran, que iban por ellos, incluso se dirigieron hacia un tal ‘Mocho’ que contestara el teléfono, que le había estado marcando”.
Esto fue dado a conocer por miembros del Grupo de Coordinación de Seguridad Pública, quienes reconocían la participación de agentes de seguridad; días después los propios agentes de seguridad renunciaron a sus encargos, otros fueron movidos a otras adscripciones.
Lo que preocupa es que uno de los agentes “se fue de lleno para trabajar con el Cártel de Sinaloa, mucho se le ha visto activo. Hemos detenido a puchitas y ellos mencionan a un tal ‘Zopilote’ que supuestamente vino a reforzar las operaciones de ‘Los Javieres’, pero lo que nos pone en alerta es que dicen que tiene un dedito mocho”, evidenció el agente de inteligencia.
Conforme a datos obtenidos, Édgar Arce Molina “El Mocho”, o “El Zopilote”, como ahora lo conocen, podría ser el implicado en los hechos violentos presentes desde inicio de 2017, “se salió de la Ministerial para entrarle de lleno a la maña, él junto con ‘El Vera’ están operando en San José del Cabo, trabajan para uno que le dicen ‘El Diablo’; ‘El Zopilote’ entró fuerte porque conoce bien el terreno, toda su vida ha trabajado allá, además de que conoce a los puchas, sabe sus ubicaciones, cómo se mueven, incluso dónde vive cada uno”, aseguraron las fuentes de Seguridad Pública.
Un caso que reflejó la operatividad del “Zopilote” son los hechos violentos registrados el 5 de enero en la colonia El Zacatal; el primero de ellos en las calles Jaime Bravo y Padre Guadalupe Díaz, donde un hombre y una mujer perdieron la vida por disparos de arma de fuego, de nombres Aarón y Eva, respectivamente; el otro hecho tuvo lugar en Francisco Fisher y Carretera Transpeninsular, allí resultó lesionada una pareja, la mujer es conocida como “La Morena” y se le identifica en el mapa criminal como operadora de “La Barredora”.
“Volteó bandera y la agarraron, es sabido que esta mujer estaba armada hasta los dientes, con armamento y droga, para convertirse en una nueva ‘China’ (Melissa Margarita Calderón Ojeda), siendo la segunda mujer sicaria, la identificaron y la ejecutaron”, expresó.
Justo después de la balacera donde resultara lesionada por disparos de arma de fuego, fue trasladada al Hospital General de San José del Cabo; fue dada de alta al día siguiente, pero con lo que no contaba “La Morena” es que los matones aún rondaban el sitio, por ello, al salir del centro médico fue rematada con 15 disparos.
Según la fuente policial, “El Zopilote” se quedó a cargo de las operaciones de “Los Javieres” en Los Cabos, incluso hay muestras de la operación, amenazaron a policías y casualmente a ningún ministerial, porque esa zona está controlada.
Por parte de Jalisco se tiene visible a Ramón Guerrero de la Rocha “El Güero Plaza”, líder de “La Barredora”.
Amenazas y deudas
La participación del Cártel de Sinaloa “es clara”, argumentó el miembro del Grupo de Coordinación de Seguridad Pública en el Estado, “Sinaloa tiene esa peculiaridad de dejar mensajes inscritos aquí en el Estado, por ello atribuimos ese mensaje al ‘Zopilote’”.
La madrugada del 8 de enero, en algunas bardas de Cabo San Lucas y San José del Cabo, una de ellas inscrita en la barda perimetral del fraccionamiento Rolling Hills en el Kilómetro 115 de la carretera de Cabo San Lucas a Todos Santos, se leía:
“Comandante Demetrio y Richi no porque tengan dos manos tomen de dos carteles”, firmada con las letras “SR”.
Los narcomensajes van dirigidos directamente contra el coordinador de la Policía Municipal de Los Cabos, de nombre Demetrio, y al comandante de la corporación, Norberto Richie Ceseña.
Una vez que las pintas aparecieron, los reflectores de las fuerzas del orden se abrieron, no solo agentes ministeriales se encuentran en la mira, ahora también policías municipales de Los Cabos, empezando con 90 agentes reprobados en los Exámenes de Control y Confianza, de los cuales 40 abandonaron la corporación, pero quedan 50.
Por ello es preciso confirmar la puesta a disposición de siete agentes de Arturo de la Rosa Escalante, alcalde de Los Cabos, a los cuales hasta el momento se ha vinculado con células del crimen organizado, Las investigaciones continúan, y es muy posible que haya más agentes involucrados.
En los avisos que el crimen organizado envía no hay vuelta atrás, de alguna u otra manera surten efecto; tal es el caso ocurrido en los hoteles Carolina de San José del Cabo, el primer evento se registró en el de la colonia Guaymitas, en Carretera Transpeninsular frente a Soriana. Sicarios dispararon en contra de una de las habitaciones, primer aviso suscitado a mediados del mes de diciembre de 2016; y el 6 de enero de 2016, un comando armado ingresó a la habitación marcada con el número 18 del Hotel Carolina II en Paseo Barlovento y Forjadores de la colonia Rosarito en San José del Cabo, solo 15 cuadras de distancia uno del otro, donde dieron muerte a tres hombres y una mujer resultó lesionada, pero murió mientras era trasladada al hospital.
Mientras tanto, las amenazas y atentados mantienen su curso en La Paz, Comondú y Loreto, uno de los hechos claros con la participación del crimen organizado fue la ejecución del empresario y dueño de la cadena de negocios de comida Don Abraham, Rubén Martínez Sánchez, “según las indagatorias, el señor no tenía vínculos, quien estaba vinculado a personas poderosas era su hijo Luis, incluso ya había sido levantado en febrero del año pasado y puesto en libertad por deudas de apuestas y con la maña”, según expresiones vertidas por agentes de seguridad.
El primer aviso para la familia fue la noche del 11 de noviembre de 2016, cinco negocios de carnitas fueron quemados utilizando gasolina como acelerador, la familia interpuso denuncia por los daños, incluso hubo la detención de tres personas, pero se desistió de la denuncia y fueron puestos en libertad.
Días después hombres armados se hicieron presentes en uno de los negocios en Bordo y Forjadores, amenazando a los trabajadores con “descargar bala” si seguían abriendo el establecimiento. La investigación no tuvo fruto por parte de agentes, por la falta de una denuncia. Fue hasta el 9 de enero del presente que se tuvo razón de los sicarios; alrededor de las dos de la tarde, después de una jornada laboral, Don Rubén se encontraba cerrando el local cuando pistoleros hicieron su aparición y dispararon en repetidas ocasiones contra el comerciante, quien murió en el lugar.
El 24 de octubre de 2016, otra amenaza-aviso se dio en contra de Manuel Alberto Acosta Angulo “El Panadero” en la colonia Agustín Olachea en La Paz. El hombre pudo ver a los presuntos sicarios, pero desistieron de ejecutar la orden porque Acosta se hacía acompañar de un menor de edad.
“Con lágrimas en los ojos ‘El Panadero’ se acercó a nosotros y nos explicó los hechos”, dijo un agente ministerial.
Pero el martes 10 de enero, los mismos hombres armados regresaron en busca de “El Panadero”, en su lugar se llevaron a su hermano, Juan Luis Acosta Angulo, de 18 años de edad y sin antecedentes penales; testigos relataron que el jovencito regresaba de una tienda Oxxo cuando dos pistoleros descendieron de una camioneta Durango de color rojo, tuvieron a la vista al joven y dispararon en repetidas ocasiones. El menor intentó esconderse dentro de un domicilio de la colonia La Ladrillera en La Paz, pero fue alcanzado.
Loreto y Comondú penden de un hilo
El mismo 10 de enero quedó al descubierto la relación que mantenía la operación de la plaza en Loreto y Comondú, cuando dos personas del sexo masculino fueron ejecutadas y otra más resultó seriamente lesionada por disparos de arma de fuego en la Zona Centro de Loreto.
Según el mapa delictivo elaborado por fuerzas de inteligencia, el ataque fue dirigido contra el líder de plaza en Comondú y Loreto, Rubén Omar Castañón Nicolat “El Cheyo”, de 27 años de edad; sin embargo, solo consiguieron ejecutar a Michel Torres, de 22 años; y Bogar Nicolás Castañón Nicolat “El Bogar” de 20, presunto líder de narcomenudeo en Loreto y yerno de la alcaldesa de Loreto, Arely Arce Peralta, al contraer nupcias con su hija, Arely Susarrey Arce.
Información obtenida por ZETA indica que cuando los arriba mencionados se disponían a ingresar al hotel donde se encontraban hospedados, fueron interceptados por hombres armados que dispararon con armas cortas en contra de los ocupantes de un vehículo Ford Fusion de modelo reciente. “El Bogar” quedó muerto dentro del auto, mientras que la otra persona falleció camino al hospital.
De acuerdo a los datos generados por la Procuraduría General de Justicia del Estado, el joven de 20 años era originario de Ciudad Constitución, contaba con antecedentes penales por delitos contra la salud, robo y amenazas. El otro era originario de Loreto, también con antecedentes penales, pero por posesión de cartuchos reservados de uso exclusivo del Ejército y por privación de la libertad.
Es el segundo ataque armado en contra del líder de plaza y del cual salvó la vida, el primero ocurrió la madrugada del 31 de agosto de 2016 en el Kilómetro 210+500 y la calle Pedro María Anaya de la colonia Renero de la carretera a Ciudad Constitución–Ciudad Insurgentes, a las afueras de la negociación conocida como AutoZone. Los sicarios iban por “El Cheyo”, pero se les escapó con impactos de bala en ambos muslos.
Hasta el miércoles 11 de enero se contabilizaban 18 personas ejecutadas por el crimen organizado; dos en Loreto, dos en La Paz y 14 en Los Cabos, en colonias como Villas del Cortés, El Zacatal, El Rosarito (San José del Cabo) y Hojazen (Cabo San Lucas).