Política Breve y de Emergencia
¡El muro va! A tan solo 5 días de la toma de protesta de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y como parte de las primeras acciones de gobierno según lo prometió en campaña, el pasado miércoles 25 de enero firmó un decreto para instruir la construcción del muro divisorio en su frontera sur, 3,185 km de longitud que los separan con el territorio de México.
Según la información del equipo de campaña de Trump, publicada en el portal de noticias de Forbes México, el muro tendría un costo de 40,000 millones de dólares, 16.7 metros de altura, 30 centímetros de grosor y 4.5 metros de profundidad. Y aunque Trump directamente al firmar el decreto, no habló sobre quién pagará el muro, el vocero de la Casa Blanca Sean Spicer, sí dijo como lo vinieron declarando durante la campaña electoral, que “México pagará el muro, de una forma o de otra”.
La firma del decreto y las declaraciones vía Twitter del presidente Trump, donde anticipaba sus acciones para el reforzamiento de la seguridad de su territorio, así como las medidas que modifican históricas políticas migratorias de acogida a refugiados y el estricto reforzamiento a sus políticas y operativos de deportaciones de indocumentados, llegan con toda estrategia a horas previas de que el equipo mexicano diplomático integrado por el Canciller Videgaray, el Secretario de Economía Guajardo y el Jefe de la Oficina de Presidencia Guzmán, se entrevisten con sus contrapartes para acordar la agenda para la reunión de trabajo de los presidentes Peña y Trump.
El muro y su construcción y aun la forma de pago, ya sea ésta real o figurada de parte de México, no es más que un simbolismo de lo que el nuevo gobierno de USA considera deben ser las relaciones con su vecino del sur, lo que en un planteamiento sólido de campaña sirvió para exaltar el sentimiento nacionalista y los reclamos por políticas de proteccionismo económico, en la práctica de gobierno significa el rompimiento de las condiciones de trato y convivencia logradas tras décadas de análisis de realidades distintas que en convivencias trajeran beneficios a ambas partes, pero al Presidente Trump le gana el rencor a México.
Porque a pesar de que se expulsara del territorio norteamericano a todos los mexicanos indocumentados ya sean éstos con antecedentes criminales y aún sin ellos y se deportara hasta a los denominados “dreamers” a pesar de la gran inversión que en ellos han hecho, con todo ello y el grave daño que a México eso causaría, para los Estados Unidos no significaría la solución de ningún problema, vamos ni siquiera en las cifras estarían corrigiendo la tercera parte de su migración ilegal, y sí se estaría provocando una desestabilización productiva en la base de sus actividades primarias.
Porque con la cancelación del Tratado de Libre Comercio, la repatriación de todas sus inversiones productivas hoy radicadas en territorio mexicano, aun cuando se inventaran nuevos impuestos fronterizos o se incrementaran los aranceles a productos mexicanos y con ello se le causaría una catástrofe económica temporal a México, Trump no resolvería el enorme déficit de empleo de su país y su economía precisamente por su tamaño en proporción con la nuestra, tan solo tendría un impacto del 1 por ciento de su PIB.
Porque las amenazas terroristas y aun los ataques que desafortunadamente han logrado hacer blanco en objetivos norteamericanos y los impactos por venir de la intervención de Estados Unidos en las guerras del Medio Oriente, no se gestan en territorio mexicano y la construcción de una muralla al sur de su país no ayudará a mejorar su seguridad territorial, porque México no es el enemigo.
Trump, el hombre más poderoso del mundo tiene rencillas personales con nuestro país y debemos aprender a vivir con ello, de manera que es urgente redefinir nuestros conceptos, económicos, sociológicos y geopolíticos sobre el papel que México puede jugar en el concierto mundial y sin el apoyo o auspicio de Estados Unidos, porque simplemente ha dejado de ser nuestro aliado y amigo y personal o no, está en su derecho.
Que la historia lo registre.- Por las últimas medidas adoptadas durante su gobierno Barak Obama canceló el programa de acogida de ciudadanos cubanos. Trump suspendió la recepción de refugiados de todas partes del mundo. Los haitianos ya están en BC y van llegando los cubanos.
Botón rojo.- México tiene 12 tratados de libre comercio con 46 países de todas partes del mundo; entre ellos la Unión Europea, Japón y China.
Salvador Morales Riubí, político tijuanense, ha sido funcionario municipal y estatal. Actualmente es empresario y consultor en temas de salud y relaciones públicas Correo: smriubi@yahoo.com
