Director de películas como “El Bulto” y “Bandera Rota”, reprocha que productos de Hollywood invadan la cartelera del país, cuando cree que la industria está en resurgimiento. Contar cómo se creó la Secretaría de Educación Pública es su próximo plan para la pantalla grande
Para Gabriel Retes el cine es su vida y una forma de educar, por eso, sin titubeo alguno divide al campo en cineastas y peliculeros, usando como parámetro la forma en que tratan al público: “Yo parto de tener un total respeto y admiración por mi espectador, pienso que mi espectador es muy inteligente, pienso que es muy sensible, pienso que no lo puede hacer igual, entonces no los hago guaje y cada vez que estreno una película me doy cuenta que tengo razón, la única ventaja que tengo sobre el espectador es que yo soy primero, de hecho yo soy el primer espectador, con la ventaja de que yo decido muchas cosas, pero una vez estrenada la película ya no es mía, es de ustedes”.
En su reciente visita a Baja California, el cineasta que con orgullo reconoce que se ganó dicho título, abundó para ZETA cómo los años han pulido su forma creativa: “Siento que he crecido, siento que ya sé hacer cine, siento que ya he aprendido y sigo aprendiendo mucho cotidianamente. Creo que el cine me sirvió para educarme también, el cine exige estar atento a lo que pasa en la vida, creo que he estado atento y no se me han pasado muchas cosas importantes por alto. Me ha dado grandísimas satisfacciones, he sido un cineasta libre todo el tiempo”.
Efectivamente, hablar de Gabriel Retes y su cine es adentrarse en un mundo de posibilidades que no se ha detenido ante nada. Tiene una filmografía de casi treinta trabajos y ha retratado por igual la violencia social, que conflictos internos. Es crítico y no hace excepciones a temas, como cuando se le cuestiona sobre la situación actual de México y la que plasmó en “Bandera Rota”, aquella película que en 1978 presentó a un trío de cineastas intentando chantajear a un magnate para debilitar su poder, tanto económico como político, debido a que tenían pruebas de que éste había matado a la esposa de uno de sus socios.
“Yo creo que de alguna forma sí (seguimos igual), pero peor, la corrupción, el gobierno, de hecho el desgobierno que vivimos en nuestra sociedad, en nuestro país y en nuestro aspecto global con la llegada de (Donald) Trump a la presidencia, sí es lo mismo. El conflicto de ‘Bandera Rota’ es un conflicto en el que los industriales, los ricos y los millonarios se salvan, pero al estudiante y al intelectual, lo masacran; entonces, creo que de alguna manera sí tiene vigencia”.
Aunque cree que “al final sí hay caminos de salida para nuestro México”, Retes no niega que el país vive un ciclo que aparenta lo contrario y se agrava con lo que denomina el malinchismo al revés, donde se concentra la xenofobia de todo el mundo y casos como la aprobación del Brexit, el voto negativo al acuerdo de paz en Colombia y el triunfo de Donald Trump como futuro presidente de los Estados Unidos: “¡Qué nos espera a nosotros! La palabra está gastada pero necesitamos mucho más solidaridad entre los ciudadanos, y el cine sirve para tomar conciencia de ello”, recalcó.
Con películas que, lamenta, parezcan que no pierden temporalidad, el director está seguro de que México necesita educación para que deje de estar estancado, por lo que ve en las historias del cine la esperanza que podría ayudar a reconocer el cambio que a veces solo se distingue con el tiempo: “El cine es la memoria de los pueblos y yo creo que ya está inscrito mucho de mi cine en la memoria y el consciente colectivo de mis espectadores, porque mi cine tiene la capacidad de tener elementos inolvidables. Estoy del lado de los buenos, las ideologías cada vez se confunden más, yo creo que debemos orientar la sociedad a una sociedad mejor educada, de alguna manera mi cine refleja esa posición, es la posición correcta, es elemental que necesitamos educación”.
La educación en el cine
Todos los proyectos que hasta ahora tiene Gabriel Retes han surgido por cuestiones diferentes. Por ejemplo, “Bienvenido-Welcome” partió de una historia en la que le contaron cómo después de un romance fortuito un hombre lee en el espejo la frase “bienvenido al mundo del sida”; “Chin Chin El Teporocho” fue producto de enamorarse de la novela de Armando Ramírez y conseguir los derechos para el cine; y “Bandera Rota” pasó de ser una historia que él escribió, a una guión fílmico que adaptó su padre, Ignacio Retes.
“EnamorDados”, su proyecto más próximo a estrenar, también tiene un origen distintivo: “Empieza con José Vasconcelos convenciendo a Álvaro Obregón de la creación de la Secretaría de Educación Pública, y Álvaro Obregón le dice ‘ah, hagámoslo’. De alguna manera en esos ocho años el destino de nuestro país pudo haber sido diferente si no llega el Maximato y la creación del PNR, posteriormente el PRI”.
Será a través de la relación amorosa entre el pintor Gerardo Murillo, mejor conocido como Dr. Atl, y la poeta Carmen Mondragón, referida por éste como Nahui Olin, que Retes dé vida a toda una época cultural de cambios en México, que incluye la aparición de personajes entrañables como Diego Rivera, Frida Kahlo, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia y Carlos Pellicer, por mencionar algunos.
“(Tendrá reflexión) Definitivamente, a eso me dedico, a hacer películas que mientras se ven, no se piensan. El proceso intelectual en el cine pretendo que sea una vez terminada la película. En esa época ellos tenían entre 20 y 24 años, estaban en plena juventud construyendo nuestro país, (los interpretarán) puros actores que fui encontrando en talleres que doy y que se acercaron a mí, pero no son conocidos. Solamente está la brillante Patricia Reyes Spíndola (cacica), Horacio Castelo (Álvaro Obregón), Lenny Zundel (Plutarco Elías Calles), Meritxell Galez (Nahui Olin), Vicente Flores (Fernando Leal) y yo”.
Además de que la gente lo relaciona en parecido físico con el Dr. Atl, el cineasta de 69 años reconoce que en él y su pintura encontró un personaje que admira por su importancia cultural a principios del siglo pasado, razón que finalmente lo hizo usarlo como “hilo conductor de lo que pudo ser y lo que el fraude electoral de 1929 no permitió, cuando atracaron a Vasconcelos a favor de (Pascual) Ortiz Rubio y se acabó la posibilidad de un México cultivado, un México educado, un México consciente”.
Con fecha pendiente para debutar en salas comerciales, “EnamorDados”, antecederá a “Agua Pasa por mi Casa”, proyecto que espera rodar en marzo de 2017 y es uno de sus diversos planes: “(Tengo) Muchas (historias por contar), estoy escribiendo y haciendo mi vida diaria, mi vida cotidiana en la que es clave importantísima hacer teatro y hacer cine, ahorita en la Ciudad de México tengo una puesta en escena de ‘Trainspotting’ y nos está yendo muy bien. Esa es mi otra pasión, el teatro, toda mi vida me he dedicado a hacer teatro y cine, y me ha ido bien”, agregó el creador de “La Ciudad al Desnudo” y “Arresto Domiciliario”.
El cine actual
Hace un par de años que México encontró en la comedia un nuevo despunte para atraer a espectadores, logrando que el número de éstos incremente y por ende, la recaudación de los proyectos sea mejor. Ante ese panorama, quien dice ya no tropezar con la misma piedra cuando se trata de errores a la hora de echar a andar producciones, expuso: “Nosotros los que producimos lo estamos haciendo muy bien, se están haciendo muy buenas películas y muchas, volvió a ser una industria, pero a la hora de mostrar nuestro producto, a la hora de darnos a conocer, los exhibidores no aflojan, no sueltan y son nuestros rivales a vencer para que nos den más pantallas al cine mexicano”.
Enfático en que la situación afecta por igual a todos los creadores, sin importar si son independientes o no, Retes finalizó la entrevista dejando los datos del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) de 2015: 140 producciones hechas, pero solo 70 estrenadas, como reflejo de que las historias se están contando pero no tienen forma de ser vistas.
“Muchas se estrenan de viernes a domingo, nuestras historias están contadas, nuestro país está reflejado, pero las pantallas están entregadas al cine de Hollywood, punto, imperialismo salvaje”. (Con información de Trinidad Ramírez Toriz)