De Trez en Trez
1.- El aumento a los precios de la gasolina fue, ciertamente, la gota de derramó el vaso.
Pero, desde hace mucho tiempo sobran razones para que los ciudadanos pasemos de un “mal humor social” a un “estado de encabronamiento” con la clase gobernante debido a tanta pifia, a tanta mentira oficial, pero sobre todo, a tantos abusos y excesos de su parte a costillas de todos nosotros los gobernados.
La única diferencia hoy es que ese malestar se tradujo en acciones civiles más o menos organizadas que le hacen saber a los que dicen gobernar, la insatisfacción con los resultados que nos entregan, o con lo que nos quieren hacer creer con su publicidad pagada.
Como diría mi siempre sabia abuela –que no podía estar ausente en esta etapa de mohína social– “el saco se llenó de piedritas” y ¡pum! Explotó cuando le anunciaron el aumento a los precios de la gasolina que, contrario a la afirmación oficial y a su “acuerdo improvisado,” desatará una escalada de aumentos que lastimará aún más la cartera y los bolsillos de los simples ciudadanos de a pie, no así a la economía de los que ostentan el poder, quienes, como siempre, ni cosquillas sentirán.
Con el llamado gasolinazo se despertaron otra vez los enojos por la violación de derechos humanos en casos como Tlatlaya, Aytozinapa y otros lugares, se removió el enfado por la “Casa Blanca” de los Peña Nieto–Castro Rivera, creció el coraje ciudadano por los gobernadores estatales saqueadores –estos sí– que aún están fugados y que no pueden, no saben o no quieren encontrar para castigarlos conforme a derecho. En fin, se revolvieron todas las molestias ciudadanas contra los que dicen gobernarnos.
Solo que en esta ocasión se pasó de las palabras a los hechos; ciudadanos más o menos organizados y harto molestos, han salido a la calle a protestar, a exigir un alto a tanta tropelía por parte de los gobiernos, sean del color que sean, tomaron casetas, bloquearon carreteras, coparon instalaciones de Pemex y, por desgracia, también se cometieron saqueos por parte de vivales que aprovechan la ocasión. Aunque hay voces y testimonios asegurando que el saqueo fue “patrocinado” por el lado oficial.
2.- Y, ¿qué hace el gobierno federal? Pues sale tres veces en una semana a enviar mensajes en cadena nacional poco claros, tratando de justificar tan impopulares medidas, luego, una explicación que no aclara nada y después, la firma de un “acuerdo” improvisado, tanto, que algunos representantes convocados se negaron a suscribirlo porque lo consideran insuficiente.
Hasta el nombre del famoso acuerdo suena hueco y las medidas anunciadas en él poco claras, muy generales y creemos que poco efectivas; un acuerdo que parece una reacción al vapor. Además, si el propósito es “el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar” habría que precisar cómo se pretende lograrlo y no dejarlo solamente enunciado. Buenos deseos y más promesas.
Porque, no me diga que reducir en 10% los salarios de los funcionarios públicos de alto nivel sirven para maldita la cosa si se deja la puerta abierta para que se pongan a mano de otra forma.
Los gobernados piden una verdadera reducción de privilegios a la clase gobernante, que reduzca la corrupción, se castigue a los que han robado y se detenga a los que andan de huida con los bolsillos y sus cuentas bancarias llenas de dinero mal habido y sus familiares con hartos bienes inmuebles, se reduzca el aparato de gobierno, el número de diputados y senadores, y se disminuyan también las millonarias cantidades que se otorgan a partidos políticos y el INE. Desde luego, todos los ingresos “extras” también deben desaparecer.
En pocas palabras, que se gobierne bien y se privilegien los intereses de la ciudadanía…
3.- A “Enriquepeñanieto” lo acompaña el repudio popular, a diferencia de los millones de votos que regresaron al PRI a Los Pinos y que ahora, junto con los que no votaron por él, poco a poco lo están dejando solo, su popularidad hace tiempo va en picada, la aprobación a su gestión es cada vez menor y amenaza con disminuir aún más; y lo sabe.
Aunque parezca increíble, todavía hay tiempo, para medio corregir las acciones de gobierno; los que dicen gobernar deben andar con cuidado, medirse en sus acciones, bajarle a la transa, hacer bien las cosas, cumplir sus obligaciones como funcionarios públicos, como gobernantes, como legisladores y la misma ciudadanía se los reconocerá; así como hoy los reprueba y con sonoras mentadas de madre verbales y escritas y por todos los medios a su alcance les reprocha su actuar.
Solo así calmarán el enojo ciudadano y a lo mejor no se lamentarán en 2018, suena difícil. ¿Se atreverán?
Y aún falta lo que traerá el mes de febrero y los días subsecuentes…
P.D.- Hoy no hay. Anda muy encabronada porque se sigue violando el derecho a manifestarse y protestar, porque militares y policías abusan de su poder, porque presuntos infiltrados tratan de desvirtuar el incipiente movimiento de protesta ciudadana, y porque se atemoriza y se provoca miedo entre los ciudadanos como medida para aminorar las protestas.
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com