El coordinador del Hotel del Migrante y activista social Serio Tamai Quintero, denunció a través de los medios de comunicación la falta de programas de los distintos órdenes de Gobierno para atender el fenómeno de la migración y deportación; situación que, dijo, hasta el momento ha sido atendida en una mínima parte, solo de manera emergente.
Si bien, el también representante de Ángeles Sin Fronteras reconoció la importancia de los donativos del Estado, diputados locales, federales, delegados y el propio Ayuntamiento de Mexicali, pero “hace falta atender aun situaciones de primera necesidad como la reparación de sanitarios y contar con un sistema de agua caliente en el edificio, que en algún tiempo funcionó como hotel ubicado a dos calles de la línea internacional con Calexico, California.
A mediados de este 2016, Tamai Quintero acompañado por el padre Alejandro Solalinde advirtieron que la llegada de miles de migrantes haitianos procedentes de Brasil solo era el inicio de un éxodo que podría derivar en una crisis. Por lo que se subrayó el hecho de que autoridades norteamericanas abrieran la posibilidad de un trámite de asilo para afrodescendientes, con anuencia de autoridades de migración mexicana para trasladarse hasta esta frontera donde han quedado prácticamente “encajonados” sin recursos económicos, explicó el líder social, pues ahora estos migrantes extranjeros se están dando cuenta que no es tan fácil lograr el permiso de internación en la unión americana.
En las últimas semanas, muchos haitianos han recurrido al trabajo informal, los más afortunados en empleos relacionados con la construcción, en almacenes de las mismas farmacias de la zona centro, en cocinas y otros a la venta de chicles en los bulevares y la zona del cruce internacional.
Por su parte el Secretario del Ayuntamiento de Mexicali, Antonio López Merino, reconoció que los comentarios y quejas de algunos vendedores de “la línea” en la garita a Calexico, de que migrantes sin permiso municipal busquen vender productos, en su mayoría chicles, en esta zona, pues según los comerciantes dicen lo hacen de manera informal al no contar con el permiso que si se les exige a ellos.
La informalidad a la que son orillados los migrantes afrodescendientes radica en su mayoría que no cuentan con un domicilio fijo en esta ciudad, además de su condición migratoria.
Jaqueline Aceves, traductora de la secretaría de Salud desde hace tres meses, comentó hace unos días que una de las peticiones más recurrentes de los extranjeros es encontrar un empleo:
“Cuando hablas su idioma (francés) les da más confianza acercarse con Gobierno y con la secretaria de salud… ya llegan cansados de un largo viaje y lo que quieren es cruzar pero no han podido, entonces lo que necesitan es acostumbrarse a una nueva ciudad, ya no tienen la posibilidad económica de regresar a su país…como todos los días estoy aquí, se acercan a mí, piden ayuda , me piden trabajo, me piden ayuda para poder traerse a su familia de Haití y si hay varios que ya se quieren quedar…”
Finalmente, Sergio Tamai Quintero comentó que el problema para atender a los migrantes y deportados tiende a crecer pues hace unos días llegaron al Hotel del Migrante cerca veinte deportados procedentes de las cárceles, que fueros repatriados, pero regresaron para buscar internarse de nuevo en Estados Unidos, buscando los cruces por Tijuana y Nogales donde dicen es más fácil.
