El Gobierno del Estado de Baja California se ha distinguido por muchas cosas, especialmente por gastarse el dinero etiquetado para un propósito, en otro. Aún se desconoce adónde fueron a gastarse los millones que mensualmente, desde abril de 2014, debieron entregar a la Universidad Autónoma de Baja California, pero que no lo hicieron hasta septiembre de 2016, cuando ya habían acumulado una deuda -reconocida por la UABC, no por el gobierno- de 476 millones de pesos. Y ahora los jubilados de ISSSTECALI sacan la pregunta de ¿qué hizo el Gobierno del Estado con el crédito de 2 mil 850 millones de pesos que le autorizó a solicitar el Congreso del Estado, precisamente para rescatar al Instituto? La respuesta: se ha ido en otros propósitos, mientras la institución de salud sigue en crisis. En la semana que concluye, el secretario de Finanzas del Estado, Antonio Valladolid, hizo pública una convocatoria para endeudar más a Baja California, a partir de un “proceso competitivo de adquisición de financiamiento hasta por 400 millones de pesos” que, argumenta, utilizarán para “creación, reconstrucción y conservación de infraestructura vial. Modernización y equipamiento de infraestructura hidráulica para desarrollo social”, en lenguaje sencillo, para construir y reparar calles, e instalar drenaje y dar mantenimiento al existente. Esa nueva deuda por 400 millones de pesos la obtienen de la autorización dada por el Congreso en diciembre de 2014 para endeudarse hasta por 2 mil 850 millones de pesos, de los cuales informan en la misma convocatoria, se han ejercido mil 300 millones de pesos. Ninguno de los cuales se invirtió para el rescate financiero del ISSSTECALI, como fue la aprobación inicial del Congreso estatal. Así, sin supervisión y a su libre criterio, el gobierno de Francisco Vega de Lamadrid sigue endeudando al Estado.