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martes, octubre 1, 2024
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Sequía de BC dificulta suministro de agua; de seguir, podrían condicionarlo

La sequía que azota Baja California arriesga el servicio de agua de la población, principalmente para quienes viven en la costa del océano Pacífico, por lo que es necesario redistribuir el recurso, promover el consumo responsable y buscar nuevas fuentes del líquido.

En el Monitor de Sequía en México, publicado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) la situación es clara: Baja California aparece con indicadores que van de la sequía moderada hasta la extrema, debido a que en los últimos años no se han registrado lluvias de relevante magnitud.

Un ejemplo de las consecuencias es la presa Abelardo L. Rodríguez, construida en la periferia de Tijuana, cuya edificación se desarrolló durante la década de 1930 para ser un receptáculo del agua de lluvia; ahora solo alberga alrededor de un millón de metros cúbicos, la capacidad total de la misma es de alrededor de 125 millones, la diferencia es abismal. Su lecho parece más una llanura boscosa que una presa.

Lo mismo sucede con la presa El Carrizo, principal fuente de ingreso hídrico para Tijuana, Playas de Rosarito y Ensenada, que pese a tener una capacidad de casi 40 millones de metros cúbicos de agua, actualmente cuenta con 9.7 millones; la situación se agrava si se toma en cuenta que a finales del año pasado dicha presa –construida en los límites entre Tijuana y Tecate– contaba con 20 millones de metros cúbicos.

Aunque esa dificultad aun no provoca que se detenga el suministro por tiempos prolongados, para personal de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT), los bajos niveles representan una alarma para la seguridad del Estado, por lo que exhortan a la población a establecer medidas urgentes de ahorro en la vida cotidiana.

 

 El camino del agua

Con origen en Estados Unidos, el Río Colorado es la principal fuente de agua para la entidad, que cada año recibe mil 850 millones de metros cúbicos de dicha afluente, de los cuales 183 millones están orientados al consumo de Tecate, Tijuana, Playas de Rosarito y más recientemente, Ensenada; la importante mayoría se orienta a Mexicali y sus actividades agrícolas.

Cabe destacar que si el nivel del agua de la presa Hoover en la Unión Americana es inferior a mil 75 pies sobre el nivel del mar, el gobierno estadunidense tiene la facultad –de acuerdo a lo determinado en acuerdos internacionales– de bajar el flujo hacia México. La sequía podría provocar esa situación en los próximos años, lo que pondría en riesgo la vida de millones de personas del lado mexicano de la frontera.

La presa Morelos, de la capital bajacaliforniana, es donde el agua del Río Colorado se almacena para luego ser trasladada durante 100 kilómetros hasta la Planta de Bombeo 0 (PB0), donde comienza el Acueducto Río Colorado-Tijuana que a su vez tiene 125 kilómetros longitud en tuberías antes de desembocar en la presa El Carrizo; hay un total de seis plazas de bombeo.

ZETA recorrió el trayecto y constató que para bombear el agua a través de las zonas altas como las montañas de La Rumorosa de hasta mil 60 metros de altura, la Comisión Estatal del Agua (CEA) paga anualmente 560 millones de pesos Comisión Federal de Electricidad (CFE); José Salazar, director de mantenimiento del Acueducto, apuntó que con ese sistema se bombean 5.3 litros por segundo.

Solo Tijuana consume 10 millones de metros cúbicos mensuales; El Carrizo cuenta con 9.7 millones de metros actualmente. Los especialistas de la CESPT auguran que algún accidente que impida la operación del Acueducto –principalmente algún movimiento telúrico que dañe la infraestructura–, podría provocar que menos de un mes después, una ciudad con 2 millones de habitantes se quede sin el servicio.

Los derechos legales de agua de Tijuana ascienden a 80 millones de metros cúbicos, por lo que para poder resolver la demanda de una ciudad en constante crecimiento, la CESPT realiza acuerdos con los agricultores para que cedan el agua de las parcelas en las que no siembran.

En el caso de Tecate, la presa Las Auras, inaugurada en 2014, que también se alimenta del Acueducto contiene 3.2 millones de metros cúbicos; la capacidad total es de 1.8 millones más, por lo que el Pueblo Mágico tiene asegurado el suministro durante más tiempo que Tijuana, por la demanda.

En Ensenada la situación es más compleja por su lejanía de la afluente del Río Colorado. El gobierno del Estado puso en operación acueducto entre Tijuana y dicho municipio para resolver el déficit de este último; además, ya comenzó la construcción de una planta desalinizadora que según el gobernador, Francisco Vega, representa la solución a la falta de agua en ese municipio, sin embargo especialistas ya han señalado lo contrario, resultado de los altos costos de desalar, tanto presupuestal como ambientalmente.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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