En el blog www.alianzacivil.org hay un artículo llamado ¿Por qué los tijuanenses nos merecemos un transporte moderno? Entre más leo el título, más obvia me parece la respuesta y más absurdo resulta que tengamos que tengamos que hacernos esa pregunta.
En pleno 2016 seguimos teniendo un transporte que corresponde al de un pueblo remoto, sin ley, controles anticontaminación o respeto por los pasajeros.
Para colmo, los inconformes con el Sistema Integral del Transporte de Tijuana (SITT), se organizaron para adecuarse al concepto que define el sitio www.definicionabc.com/politica/terrorismo.php “El terrorismo es un concepto que hace referencia al uso de violencia o amenaza de violencia por parte de individuos o grupos contra otros individuos o sectores de una sociedad a los efectos de coaccionar a gobiernos o entidades políticas a responder a demandas de orden político, social o religioso”, de lo cual fue indignada testigo la población a través de los medios de comunicación y las redes sociales.
En un negro episodio de la historia, por primera vez se pudieron ver rostros y delincuenciales acciones de los agresivos pseudotransportistas, que en la clandestinidad y anonimato antes deben de haber cometido todo tipo de conductas criminógenas y antisociales. Si alguna vez nos hemos indignado por cobardes ataques a choferes y pasajeros de diversos servicios como taxis libres, uber y todo aquello que han llegado a considerar compite con el monopolio de líderes y secuaces, ahora quedó evidenciada su belicosidad.
Los violentos manifestantes no solo se comportaron soezmente, sino que con toda desfachatez dejaron de prestar el servicio público que les fue concesionado y mejor se fueron a entorpecer el funcionamiento del nuevo transporte, a la vez que se atrevieron a dañar grúas y patrullas.
Aunque hayan argumentado que la organización del SITT haya sido irregular, en un estado de Derecho no cabe que se conduzcan de la manera ilícita, puesto que para eso están las vías correspondientes.
En las estaciones, puentes, accesos, personal, capacitación y demás acciones inherentes a la puesta en marcha del nuevo sistema de transporte están invertidos nuestros impuestos y esperanzas de que en las próximas semanas podamos por fin abordar un autobús donde a un precio accesible y en condiciones dignas, nos traslademos a nuestro destino sin batallar con el precio de la gasolina, el estacionamiento y el estrés.
Quienes así pensamos no damos nuestro punto de vista a ciegas ni en forma ingenua, pero sí otorgamos un voto de confianza a la modernidad. Si hubo algo irregular en la creación y puesta en marcha del SITT, ya las autoridades, los medios de comunicación y la sociedad lo detectarán y lo harán saber. La puesta en marcha y en sí misma la ruta troncal no será perfecta, pero claro que es perfectible.
Por lo pronto, a los ciudadanos nos toca armarnos de paciencia en lo que se busca que el tráfico de los automóviles particulares deje de ser caótico. Ya nos pasó así con el PIRE y a la postre el resultado fue magnífico, puesto que contamos con vialidades en excelentes condiciones como nunca antes.
Para cerrar con “broche de oro” (o más bien de otra cosa), los inconformes con el SITT hicieron una vulgar manifestación en las inmediaciones de la Casa de la Cultura (¡qué bizarro contraste!), buscando ensuciar hasta el alcance de su poca… educación el tercer informe del Alcalde, llevándose entre su absurdo encono a los invitados que ninguna vela tenían en el destino de sus bajas expresiones, creando gran tensión a los tijuanenses.
Cada patrulla, cada policía y cada recurso que las autoridades están destinando a salvaguardar el funcionamiento del SITT, está reduciendo la seguridad de nuestra ciudad, lo cual es culpa directa de los inconscientes inconformes.
Todo es cuestión de saber que es lo que merece Tijuana.
Alberto Sandoval es Coordinador de Alianza Civil, A.C. Correo: AlbertoSandoval@AlianzaCivil.Org Internet: www.AlianzaCivil.Org Facebook: AlianzaCivil Twitter: @AlSandoval