Dos hombres armados ingresaron disfrazados como Santa Claus al club Reina en Estambul, Turquía, y abrieron fuego de forma indiscriminada, matando a por lo menos 35 personas y dejando un saldo preliminar de 45 heridos, durante los festejos de Año Nuevo, informó el gobernador de la ciudad, Vasip Sahin.
Según CNN Turk, uno de los dos atacantes se atrincheró en el edificio, evacuado y cercado por la policía cuyos agentes de fuerzas especiales están registrando el local en estos momentos. Mientras que el otro fue abatido afuera de la discoteca.
Los testimonios recogidos por los medios indican que los dos atacantes poseían armas de alto poder Kalashnikovs (mejor conocidas como “Cuernos de chivo”) y también granadas de mano.
La agencia de AFP dice que en la televisión turca se mostraron imágenes de cómo los asistentes a la discoteca saltaban al río Bósforo para huir del ataque armado.
Por su parte, la televisora privada NTV dijo que entre los muertos hay un policía. Mientras que el diario Hurriyet informó que en el momento del ataque en el club se encontraban entre 700 y 800 personas, y que los atacantes, armados con fusiles, gritaron consignas en árabe.
Los testigos reportaron, además, explosiones en el distrito de Besiktas donde se encuentra el club, situado en la orilla del Bósforo y frecuentado por celebridades y futbolistas.
La televisión turca ha publicado imágenes que muestran los vehículos blindados de la policía estacionados frente al lugar de los hechos, a donde también se han enviado ambulancias para asistir a los lesionados.
Durante los últimos meses, Turquía ha sido blanco de una serie de atentados terroristas reivindicados tanto por el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), como por las guerrillas kurdas secesionistas, además del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, en kurdo).
Las autoridades turcas habían desplegado más de 17 mil efectivos por las calles luego de haber decretado alerta máxima para evitar posibles atentados terroristas.
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