Pues llegó una vez más la fecha navideña a pesar de los pesares, hay que celebrarla con lo que tenga uno a la mano. Los niños son los más ansiosos de tal celebración, un año más del nacimiento de Jesucristo en el pesebre, allá en Oriente.
La Navidad, tiempo de dar una felicidad, desear buena vivencia y éxito. Navidad, nuevo, nueva edad; dad, dar, lo mejor de nosotros. Navi-dad, nueva oportunidad de vivir, dar lo mejor de uno en todo el año que viene.
La Navidad se siente, se huele y se vive. Es la oportunidad de la reunión consanguínea, amistosa y familiar para reunir todo lo bueno y el calor humano, de darnos la mano todo el año, estar puesto y hay que manifestarlo siempre cuando podamos. La Navidad es el tiempo de la meditación de buscar el perdón, del abrazo fundente y de la mirada sincera que se necesita para hacer una vida y un vivir más ameno.
Pues llegó la Navidad y hay que celebrarla sinceramente y con mucho amor, que es lo que falta en este mundo actual.
Démonos tiempo de celebrar, y llegó el mes de la piñata, de las colaciones, del atole, de los tamales, del sabor mexicano y culinario, de los pastorcitos, de las posadas, de las luces de Bengala y colorido decembrino.
Llegó y gozamos bien. Son los deseos de un tijuanense, nacido en Tijuana y residente de aquí mismo. Con sinceridad.
Feliz 2017.
Leopoldo Durán Ramírez
Tijuana, B. C.
