La escritora presentó “Las indómitas” (Seix Barral, 2016) en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). “En el Distrito Federal, y en Tijuana ni se diga, ves cantidad de muertos, es una cosa horrible; ¡ya casi la gente lo está tomando como normal!”, lamenta Poniatowska en entrevista con ZETA
Asediada por sus lectores que en cualquier momento le acercaban algún libro para su firma o solicitándole una fotografía o selfie, la figura de Elena Poniatowska no pudo faltar en la celebración del 30 Aniversario de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
La escritora y periodista de 84 años de edad (París, 19 de mayo de 1932) acudió sonriente y puntual a sus diversas citas en la FIL: participó en la mesa “¿Existe Latinoamérica? Responden los Premios Alfaguara”, el domingo 27 de noviembre al lado de Laura Restrepo, Sergio Ramírez, Santiago Roncagliolo, Andrés Neuman, Juan Gabriel Vásquez, Xavier Velasco y Eduardo Sacheri.
Entre otras tertulias literarias, también celebró el “Centenario de Elena Garro” en una mesa editorial junto con Beatriz Espejo y Mónica Lavín; además comentó “Pecado” (Alfaguara, 2016), novela reciente de Laura Restrepo.
Por supuesto, la ganadora del Premio Cervantes 2013 también llevaba bajo el brazo su más reciente libro de ensayos, titulado “Las indómitas” (Seix Barral, 2016), dado a conocer el miércoles 30 de noviembre durante la FIL, con los comentarios de Gabriela Warketin.
Las indómitas de Poniatowska
En “Las indómitas”, Elena Poniatowska entrega nueve ensayos sobre algunas mujeres que durante el Siglo XX determinaron la historia de México, entre ellas Josefina Bórquez, Nellie Campobello, Josefina Vicens, Rosario Castellanos, Alaíde Foppa, Rosario Ibarra de Piedra y Marta Lamas; además de miles de féminas que laboran en Latinoamérica como empleadas domésticas y, por supuesto, las “soldaderas”, a manera de “tributo al rostro anónimo de las mujeres que lucharon en la Revolución”.
De manera tal que entre sus diversas actividades en la FIL, Poniatowska también platicó amablemente con ZETA el martes 29 de noviembre, previo a la presentación de “Las indómitas”:
— ¿Por qué le pareció importante rescatar y reunir a todas estas mujeres en “Las indómitas”, desde las olvidadas “soldaderas” y las mujeres que trabajan de empleadas domésticas en las grandes urbes, hasta aquellas que son más conocidas en la vida cultural de México?
“Porque ahorita se habla mucho de feminicidios, se les mata mucho; muchos de estos ensayos ya estaban sepultados, dormían el sueño de los justos; entonces, por eso yo creo que fue importante rescatarlas en el libro. Todas alcanzan el título de indómitas. Yo siempre, toda mi vida, ha sido de querer rendirles homenaje a las mujeres que valen, pero también a los hombres”.
— ¿De dónde viene el título de indómitas para estas mujeres?
“Por Rosario Ibarra de Piedra, que tiene un museo que se llama Museo de la Memoria Indómita; entonces, por un homenaje a ella yo le quise poner así al libro, porque yo quiero mucho a Rosario Ibarra”.
— ¿Cómo fue el proceso de selección de estos ensayos? Algunos ya habían sido publicados pero otros no, como el de Marta Lamas…
“Hubiera podido poner también a Elena Garro, que hizo un prólogo para un libro, pero decidí poner a las que están para hacerlo más flaco, para que no fuera un libro pesado, de muchas páginas”.
— ¿Qué quisiera destacar de Josefina Bórquez?, soldadera constitucionalista de la Revolución en quien está basado el personaje de Jesusa Palancares en “Hasta no verte Jesús mío”…
“Ahí en ‘Las indómitas’ es como una imagen de mi relación con ella, de cómo la vi yo a ella; ya no es ella en la novela, sino más cercana en el sentido de que es rendirle un nuevo homenaje, ¿no? ¡Yo podría seguir toda la vida haciéndole un homenaje a Josefina Bórquez!”.
— ¿Cómo recuerda a Rosario Castellanos?
“De todas las escritoras mexicanas, Rosario Castellanos es desde luego la más completa, la que abarcó más géneros, la que fue poeta, ensayista, cronista, periodista, hizo artículos de opinión en Excélsior, una gran, gran poeta y además embajadora de México en Israel; entonces abarcó muchos campos que en general las mujeres no abarcan”.
— En el texto “Rosario Castellanos. Un grito en el páramo” concluye Usted: “Lo que sí quisiera es que la vida de Rosario Castellanos fuera el mejor alegato para que todas las mujeres que tienen alguna vocación creativa siguieran adelante y creyeran en sí mismas”. ¿Por qué quisiera destacar la labor escritural de Rosario Castellanos entre sus diversas facetas?
“Porque, finalmente, lo más importante en la vida es lo que tú haces, lo que haces con tus manos: si pintas o lo que tú escribes. La política es siempre algo de coyuntura, si alguien vota por ti pues ya llegas al poder, pero ejercer el poder no tiene nada que ver con la creatividad; tiene que ver con tu carácter y sobre todo con tus circunstancias”.
— El texto “Rosario Ibarra de Piedra. Diario de una huelga de hambre” es impresionante, a raíz de la desaparición de su hijo Jesús Piedra Ibarra el 18 abril de 1975, porque parece que no ha cambiado nada en México con las madres actuales buscando a sus hijos desaparecidos 40 años después…
“Salvo después de los 43 de Ayotzinapa, que nadie les hace caso, que todo mundo los maltrata, que todo mundo los humilla porque caminan en grupo, se puede decir que México no ha mejorado para nada en cuanto a desaparecidos; esa frase de Rosario Ibarra, ‘Vivos se los llevaron, vivos los queremos’, sigue vigente, la gente sigue buscando a los 43 de Ayotzinapa y los de otros, y lo único que ha sucedido con ellos, lo cual es terrible, es que se encuentran más fosas, más gente de la que encuentran más huesos”.
— Rosario Ibarra de Piedra es como un ícono para México, sobre todo de fortaleza y esperanza para muchas madres actuales buscando a sus familiares desaparecidos…
“Muchas mujeres decían ‘No, pues quién sabe en qué andaba mi hijo, ya le mandamos a decir su misa’; así que estaban completamente resignadas. Durante tantos años Rosario Ibarra ha impulsado a muchísimas otras mujeres que estaban completamente resignadas”.
— ¿Por qué en “Las indómitas” también quiso resaltar la figura de Marta Lamas?
“Porque ella consiguió algo que es bastante extraordinario: que es la legalización del aborto, al menos en el Distrito Federal, eso ha sido muy importante, porque muchas mujeres, incluso con la declaración del Papa, ahora del aborto que se perdona, ella luchó por la legalización, lo cual es importantísimo, porque hay mujeres que todavía tienen 12, 13, 14 hijos y ya no pueden tener 15 y nadie quiere abortar en esta vida, es horrible abortar; pero también que las mujeres, como lo dijeron los zapatistas, que podamos tener los hijos que queremos tener, que podamos educar y levantar de la tierra, eso lo dijeron las zapatistas y es importantísimo. Escoger al hombre que queremos, mirarlo a los ojos, que las mujeres tengan esa libertad”.
— ¿Hay más mujeres que le hubiera gustado incluir en ‘Las indómitas’ pero quedan para otro libro, o incluso algunos “indómitos”?
“Sí, tengo muchas. Mira, desde 1953 he hecho crónicas, entrevistas, entonces, yo tengo muchísimo material. Pues voy a juntarlos, pero no sé a qué horas, porque como estoy haciendo una novela, además yo hago periodismo como tú, continuamente, en La Jornada”.
— Háblenos de esa historia que está escribiendo, y en todo caso, ¿piensa escribir una novela autobiográfica o de su familia?
“Sí la quiero hacer, pero quiero ahorita hacer una del último rey de Polonia, Estanislao Augusto Poniatowski, quiero hacer una novela de eso. Ya la empecé, ¡pero no sabes!, como si yo tuviera huevos, me cuesta un huevo y la mitad del otro, porque no sé polaco, no sé historia, no sé nada. Me cuesta mucho trabajo; entonces tengo que leer un montón de libros en francés, en inglés, para ver qué saco de allí; hay muchos nombres en polaco. Va a ser ficción, pero basado en la realidad”.
— ¿Quedó satisfecha con ‘Las indómitas’?
“Uno nunca está satisfecho, siempre piensa que algo pudo hacer mejor, que te faltó. ¿No te pasa eso? Cuando lees tu artículo al día siguiente dices ‘lo tuve que entregar’, ‘¡ay Dios mío, se me fue esto, se me fue lo otro!, pero es que es la premura porque te dicen ‘tú entrega’; entonces, al día siguiente abres tú periódico, bueno, a veces mejor procurar no para no decepcionarte demasiado, pero lo abres y dices: ‘Híjole, aquí se me fue esto, se me fue lo otro…’”.
“Ya rascas y hay un muerto; eso es una infamia”
Además de Ayotzinapa y la elección presidencial en México de 2018, entre otros temas, Elena Poniatowska también dialogó con ZETA sobre del contexto histórico coyuntural, considerando la muerte de Fidel Castro sucedida el viernes 25 de noviembre de 2016 y, por supuesto, Donald Trump, Presidente electo de Estados Unidos, temas recurrentes mientras se desarrollaba la XXX FIL de Guadalajara.
Durante los últimos cinco minutos de entrevista con este Semanario, la dinámica consistió en decirle algunos nombres o temas a la autora, mientras ella respondía sin titubear al reportero:
— Donald Trump.
“Enemigo de México”.
— Fidel Castro.
“Fidel Castro cambió la relación de América Latina con Estados Unidos, se paró, enfrentó a Estados Unidos. Yo voy a recordar la Sierra Maestra, la toma de La Habana y el hecho de que por primera vez llegaran los campesinos, entraran allí y por primera vez conocieran La Habana”.
— Enrique Peña Nieto.
“Peña Nieto es un muñequito de pastel de cumpleaños”.
— Desaparecidos en México.
“Ahorita todo se centra en Ayotzinapa, pero en el Estado de México están desapareciendo muchísimas mujeres, a nadie le importan, nadie les hace caso, y es atroz eso, el maltrato a la mujer”.
— Periodistas asesinados en México.
“¡Qué horror! Es una verdadera infamia”.
— Los 43 de Ayotzinapa.
“¡¿Te imaginas?! A sus familiares los van a traer hasta que ellos mismos se mueran, dando vueltas; el gobierno le apuesta al olvido y a la muerte”.
— ¿A quién extraña?
“Extraño muchísimo a mi marido Guillermo Haro, porque pues me daba apoyo, pero también extraño a mi hermano Jan, él ya murió hace mucho, murió a los 21 años. ¿Y sabes a quién extraño muchísimo? A mi mamá Paula Amor, porque era muy valiente”.
— ¿Y de escritores?
“Pues extraño a ‘Monsi’, extraño a José Emilio; eran mis amigos”.
— Andrés Manuel López Obrador.
“Yo quiero que sea Presidente de la República, estoy con él desde 2006, desde cuando lo desaforaron, desde entonces ya estoy con él, son ya 10 años”.
— 2018.
“Yo quisiera que Andrés Manuel ganara, obviamente, voy a luchar cuanto pueda para que eso se logre, hacer lo que yo pueda hacer”.
— Finalmente, sobre los más de 200 mil muertos en los sexenios de Calderón y Peña Nieto.
“Ya rascas y hay un muerto; eso es una infamia, es una gran vergüenza para nuestro país. México es un país de desaparecidos y de fosas donde está sepultada gente que, ahora, ¡¿te imaginas para saber quiénes son?! En el Distrito Federal, y Tijuana ni se diga, ves cantidad de muertos, es una cosa horrible; ¡ya casi la gente lo está tomando como normal!”.