Por vigésimo tercera ocasión, el 10 de diciembre se realizó en Playas de Tijuana, en el Parque Binacional de la Amistad que comparten México y Estados Unidos a través del bordo que divide a ambos países, la ya tradicional Posada sin Fronteras, en esta ocasión el evento contó con la participación de los migrantes haitianos varados en Tijuana.
Con villancicos bilingües y oración, se alzó la voz exigiendo a las autoridades de ambos países respeto a la dignidad de los migrantes y el aceleramiento de las citas a quienes están en espera de refugio en la Unión Americana.
Uniéndose a quienes de manera regular asisten en este espacio de tolerancia en que familias divididas por el bordo pueden dialogar a través del enrejado, la Arquidiócesis de Tijuana se hizo presente en el sitio en la figura del Arzobispo Francisco Moreno Barrón.
“Lo que menos necesitamos es un nuevo muro”, manifestó el Arzobispo en contra de las políticas migratorias propuestas por el Presidente Electo de Estados Unidos, Donald Trump, señalando que allá, en México y en muchos países se está lejos de reconocer la dignidad del migrante, que aporta al desarrollo de los países en que deciden establecer su residencia.
Organizado por asociaciones religiosas pro migrantes la Posada sin Fronteras se realiza cada año en el marco del Día de los derechos humanos, con el mismo objetivo: Recordar a aquellos que fallecieron en su trayecto hacia Estados Unidos esperando encontrar posada, como en su momento buscaron refugio los padres de Jesucristo con anterioridad a su nacimiento y posterior al mismo, a causa de la persecución.
“Yo no entiendo cómo el gobierno puede decir que no hay problema, que todos están bien, que tienen lugar para dormir, el gobierno no sabe lo que es la realidad”, señaló el Padre Patrick Murphy, uno de los organizadores del evento, ante los reportes recientes de la sobre ocupación de los más de 20 albergues acondicionados en la ciudad, lo que ha obligado a que los migrantes afrodescendientes comiencen a dormir en la calle esperando lugar en esta época invernal.
Agregó que si las autoridades migratorias mexicanas siguen dejando ingresar a migrantes extranjeros en el país y otorgando permisos para que transiten en el interior del territorio nacional, también deberían de asumir la responsabilidad de prestarles un techo digno.
Por su parte, el Arzobispo Moreno Barrón comentó que, de optar los organismos que han prestado ayuda a estos migrantes por manifestarse exigiendo una mayor participación a las autoridades, él se sumaría de manera abierta a dicho pronunciamiento.
Violencia, pobreza o la falta de trabajo en sus comunidades de origen son lo que lleva a nacionales y extranjeros a Tijuana, para intentar internarse a Estados Unidos, comentó al micrófono Moreno Barrón, afirmando que el rostro de la Arquidiócesis a su cargo es migrante. Comentó que si bien la Iglesia no puede atender a los migrantes que se encuentran en la ciudad, sí puede aportar a través de la solidaridad de sus fieles.
