La Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) anunció que el incremento en los precios del Diésel hasta en 16 por ciento -fijado del 1 de enero al 3 de febrero-, provocará un aumento en el costo de los fletes de hasta 6 por ciento, por lo que las empresas transportistas deberán trasladar estos costos a sus clientes finales.
Manuel Sotelo Suárez, vicepresidente de la Canacar, aseguró que el aumento del combustible, que pasó de 14.63 a 16.98 por litro, ocasionará que las empresas transportistas modifiquen los contratos con sus clientes, ya que el 80 por ciento de estos pertenecen a la industria maquiladora.
“Todo eso tendrá que repercutir con los clientes porque es mucho el aumento para que lo puedan soportar los propios transportistas”, dijo el líder transportista, que abundó que “lo preocupante al final del día es que todo lo que nosotros consumimos se mueve en transporte de locomoción Diésel, entonces aumentarlo generará un efecto inflacionario en todas las mercancías”.
El vicepresidente de Canacar enfatizó que las dependencias federales siempre han asegurado que era necesario aumentar el precio porque se estaba por debajo del promedio internacional.
El sector más afectado, aseguró Sotelo, será el de la industria manufacturera debido a que el 80 por ciento de las importaciones y exportaciones que los transportistas realizan pertenecen a este sector.
Por su parte, José Refugio Muñoz López, vicepresidente ejecutivo de la misma Cámara, afirmó que este aumento impactará a toda la cadena de transporte y como siempre terminará pagándolo el consumidor final.
“En el caso de la Canacar, como nos movemos en función de las mercancías que tienen que ser transportadas, si la demanda sigue siendo la misma o se incrementa, nosotros no tenemos forma de reducir el número de viajes que realizamos y en todo caso, a partir del 1 de enero, tendremos que desembolsar entre un 16 y un 20 por ciento de combustible en cada uno de los viajes que realicemos”, señaló.
Abundó que el aumento a las tarifas del transporte de carga, la decisión la tienen que tomar los transportistas con sus clientes, “aunque algo que es materialmente novedoso, no es sólo el incremento que se presenta a partir del 1 de enero, sino el nuevo esquema tarifario que vamos a vivir durante todo el año”.
El vicepresidente ejecutivo de la Canacar, reconoció que entre los agremiados hay malestar “porque todos los mexicanos esperábamos que la Reforma Energética se reduciría en precios más bajos, como se manejó en algún momento, pero entendemos que estamos en ese proceso de una total liberación que se dará hasta el 2018”.
GAS LP TAMBIÉN SUBIRÁ SU COSTO TRAS GASOLINAZO
Además del transporte, la liberación de los precios del gas LP a partir del primer día de enero de 2017 el aumento en el precio de las gasolinas se reflejarán los costos de transporte, logística de distribución y almacenamiento del Gas LP, con variaciones semanales o mensuales, dependiendo de la región de distribución, afirmó Octavio Pérez, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas LP y Empresas Conexas (Amexgas).
El líder de los gaseros del País, aseguró que la liberación de los precios permitirá a los consumidores escoger la empresa dependiendo de la oferta que éstas realicen, pues con el nuevo esquema, los costos ya serán influenciados por los mercados internacionales.
A pesar de que Pérez consideró positivo el desempeño de la importación de gas LP por parte de empresas privadas, pero reconoció que Petróleos Mexicanos (Pemex) se mantendrá como el principal proveedor de este combustible, ya que la paraestatal mantendrá al menos 65 por ciento de las ventas y distribución.
Es por ello que las decisiones de la empresa, en cuanto a la producción y costos, también podrían influir en el mercado doméstico, dijo el presidente de Amexgas.
Abundó que los precios que a partir de enero pagarán los usuarios ya toman en cuenta los costos reales del energético, así como los de transporte y la logística de distribución, los cuales hasta ahora habían sido absorbidos por las empresas, pero principalmente por Pemex y el gobierno federal, pues este último mantenía control sobre el costo final a los usuarios.