Soy errante peregrino
en busca de mi pasado
tan lleno de nubarrones
que me la paso ofuscado.
Ando buscando mi nombre,
quiero saber mi apellido,
no encuentro respuesta alguna
y sigo muy confundido.
Que mi madre fue quién sabe,
no da señales de vida,
le fue robada su honra,
su alma fue destruida.
Ando indagando quién fue
el que mancilló su cuerpo,
dejando herido su pecho
y el corazón casi muerto.
Por el pueblo de Comala
anda penando en las noches
el alma de ese canalla
haciéndose mil reproches.
De que le sirvió el dinero
a ese señor caballero,
hoy se encuentra refundido
en frío y oscuro agujero.
No hubo necesidad
de cobrar venganza alguna,
el tiempo al fin se encargó
de darle muerte oportuna.
Por herencia me dejó
sin nombre y apellido,
solo esta casa que hallé
en un pueblito escondido.
Alberto Torres Barragán
Calcoman, Mich.