De por sí deteriorada la economía regional, el gobierno federal parece castigar y ha optado por aumentos consecutivos a las tarifas eléctricas industriales y comerciales, que aunque van directo al sector productivo, afecta a todos, pese a la promesa presidencial de que le reforma energética abarataría el flujo eléctrico
Como si no fuera suficiente al aumento al IVA en la frontera, la imparable devaluación y la recesión económica, el gobierno federal anunció a fines de agosto pasado –y de nuevo ahora en noviembre– un aumento en las tarifas eléctricas, sobre todo al sector industrial y comercial, que suman cerca del 20 por ciento anual de incremento mientras que la tarifa Doméstica de Alto Consumo (DAC) subió 17 por ciento respecto al año pasado.
De acuerdo a la Comisión Federal de Electricidad, este último ajuste de tarifas lo justifican por el aumento de los precios de los combustibles para generar energía eléctrica.
Apenas hace cuatro años el entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto prometió no incrementar la tarifa eléctrica con la promesa que las familias mexicanas sintieran los “beneficios de un buen gobierno”, y ya en el poder bombardearon con las campañas a favor de la reforma energética resaltando entre las “bondades” la consecuente baja en las tarifas.
Pero ahora los consumidores industriales, comerciales y los domésticos de la DAC, empezaron a recibir en octubre los primeros recibos con el aumento implementado desde septiembre. Esa vez fue de 8.4 para industriales, 9.4 comerciales y 9.3 para DAC.
Hay casos extremos, desde un pequeño comercio que en agosto de 2015 pagó cerca de 5 mil pesos de “luz”, y ahora el recibo le llegó arriba de los seis mil pesos, hasta una nave industrial que en 2015 pago un millón de pesos de consumo y ahora desembolsará un millón cien mil pesos.
Juan Ignacio Gallego, Canacintra
Y entrando noviembre de 2016, otro golpe, aumentando 7.2 por ciento la tarifa industrial, 5 por ciento la comercial, y 3.3 por ciento la Doméstica de Alto Consumo.
En cada sector buscan estrategias para hacer frente al aumento. Los industriales organizándose para ser socios de alguna compañía generadora para, como cogeneradoras, reducir el costo; en el caso de los pequeños comercios, instalando subestaciones –oscilan en 80 mil pesos el costo– que les pueden reducir hasta un 40 por ciento en el gasto, aunque de inicio tengan que pedir prestado.
“Es un costo considerable, no te permite hacer más contrataciones, no te permite invertir en innovación, aumenta las prestaciones a tus empleados. Es un tema que obviamente afecta la competitividad”, reflexiona el líder de Canacintra en Mexicali, José Ignacio Gallego Topete.
Ante lo oneroso de los recibos, varios restaurantes han optado por cerrar sus puertas, dejando a sus trabajadores en el desempleo.
“Siendo un año complejo, el llamado que estamos haciendo al gobierno federal es que no tomen medidas que desincentiven la inversión”, sostiene el cachanilla y líder nacional de Coparmex, Gustavo de Hoyos Walther; considera que el gobierno tiene que poner su parte no generando decisiones que afecten la competitividad, donde el precio de los insumos del sector público juega un importante papel.
De Hoyos Walther mencionó que sí había habido un pequeño decremento en las tarifas, lo que generó que varias industrias se volvieran competitivas. “Hoy nos parece un desacierto que habiendo mayor capacidad de producción de energía el sector público esté caminando en la dirección contraria. Pareciere que está buscando un ingreso de donde sea, si bien es cierto que por un lado tiene que encontrar el equilibrio financiero, hay que tener cuidado de no apretar donde no se debe”.
Nada halagador
En el caso de los medianos comercios, casi de manera obligada deben instalar una subestación eléctrica para poder ahorrar, sin este equipo la Comisión Federal de Electricidad les vende en 3.26 pesos el kilowatt mientras que con la subestación la tarifa la bajan hasta 1.73 pesos. Esto como política para incentivar a los comerciantes a que inviertan en su propio transformador y a la par quitar la carga a la paraestatal eléctrica, considera el ingeniero Manuel Félix Valenzuela, especializado en el tema de electricidad y sus tarifas. Y es que el trasformador lo que hace es, si la energía viene en 13 mil 200 volts, la baja a 220 o a 127 volts, que son las opciones de uso más populares.
El especialista explica que un comercio que instala una subestación utiliza la tarifa Ordinaria de Media Tensión (OM) pero solo alcanza hasta 100 kilowatts, al rebasar ese tope la CFE pasa automáticamente a otra tarifa, la de Horaria de Media Tensión, con un rango más caro de 2 a 5 de la tarde.
“Los comerciantes se han visto obligados a instalar esas subestaciones, ya que la opción es pagar ese monto o cerrar, y en algunos casos han estado cerrando”. Valenzuela aclara que las tarifas comerciales e industriales no tienen subsidio gubernamental.
“A los que más pega es a los pequeños y medianos comercio, es que no cuentan con una subestación”, explica el ingeniero y ex superintendente de la CFE en Cerro Prieto, quien considera que el alza en las tarifas no le pega solo a comerciantes e industriales sino a la ciudadanía en general ya que en precio final le endosan ese aumento.
En el caso de la tarifa doméstica, la tarifa –subsidiada– se ha mantenido, pero solo abarca los seis meses de verano, fuera de ese lapso ya no tiene esa ventaja. Aun así en el caso de Mexicali es una tarifa preferencial, pues el umbral para pasar a la de DAC (Doméstica de Alto Consumo) es a 2 mil 500 kilowatts en el caso de Mexicali, aunque en el resto de ciudades del estado la DAC se aplica arriba de los 250 kilowatts.
En cuanto a cómo explicar estos últimos aumentos, Félix Valenzuela considera que la Comisión Federal de Electricidad está prácticamente tronada. “La CFE se está quedando estrictamente con lo que es distribución, ya no maneja la transmisión, la generación se ha estado privatizando, ya los particulares pueden generar y vender energía”, refiere el especialista.
Gustavo de Hoyos Walther, Coparmex
Menciona que la paraestatal busca bajar los gastos de operación, han jubilado a mucho personal para tratar de ser más competitivos. “El presidente quiso vender el sector eléctrico, el energético –como el caso de Pemex”, sin embargo para Valenzuela a la ciudadanía nada la he beneficiado. El siguiente paso –advierte el especialista– es que ya no será personal de la CFE la que vaya a tomar la medición o a entregar los recibos sino que serán concesiones externas.
Félix considera una posibilidad que el sector eléctrico se privatice en su totalidad y que se está allanando el camino a compañías que incluso ofrezcan el servicio doméstico. “Por eso el sector eléctrico ahorita está reduciendo su personal para poder competir”.
Afecta competitividad: Canacintra
Para Jorge Ignacio Gallego, director de Canacintra, una de las banderas más importantes de la Cámara ha sido las tarifas eléctricas. Desde hace más de 15 años empezaron a importar energía –la primera etapa fue en el 2004 con tres empresas–, pero había una multa de CFE en caso de cualquier motivo que implicara la no entrega de esa energía. “Ése era un candado para muchas empresas”, dice y recuerda que después se abrió el sistema, y cerca de 20 empresas se incluyeron en la importación de energía. Hoy con la reforma energética ya hay otros esquemas, sea por cogeneración, autoabastecimiento o compra a terceros, siempre y cuando sea un usuario calificado.
El líder de Canacintra –organismo que agrupa a cerca de 700 industrias– comenta que aquí se implementó el primer proyecto de autoabastecimiento, que se hizo con 19 empresas involucradas con Intergen como socio, “comprabas una acción a la empresa y ya de esa manera legalmente es autoabastecimiento”. Obtenían un descuento de alrededor de 5 por ciento de la tarifa base de CFE y en horario punta –de dos a seis de la tarde– podía llegar hasta el 50 por ciento.
Intergen produce alrededor de 80 megas para las 19 empresas. Aparte esa misma empresa está ofreciendo a Canacintra alrededor de 100 megas para la industria, “ahora ya manejan diferentes conceptos, dependiendo a cuántos años firmas el contrato o cuánta energía vayas a comprar”, lo cual a la postre significan mejores condiciones.
Gallego Topete explica que la empresa Ienova –filial de Sempra– ganó una subasta de la CFE para instalar un parque fotovoltaico en las faldas de la Rumorosa de 40 megas, pero con capacidad de hasta 60 megas; los 20 restantes lo podrían vender a la industria en Mexicali.
Gallego comenta que el consumo de energía eléctrica en la industria varía ya que hay empresas de ensamble manual y que gastan menos, y otras con procesos más complicados que consumen más de energía. Dice que hay empresas grandes que pueden pagar de uno a dos millones de pesos al mes hasta otras que pueden llegar a pagar 20 millones mensuales.
Comenta que los usuarios calificados en Mexicali consumen alrededor de un mega watts mensuales, de los cuales localmente hay alrededor de 110 empresas. “Ellos son los más grandes, los que tienen ahora la opción de salir al mercado. Cualquier otro menor no tiene la opción de salir a comprar a Intergen o a Ienova, porque la Ley no lo permite”.
El Usuario Calificado tiene que llenar los requisitos que define la Secretaría de Energía y de la Comisión Reguladora de Energía. El líder de Canacintra explica que las empresas que consumen menos de 1 mega watt, la CFE es su única opción y también refiere que son cerca de 110 las industrias las más pesadas, las más grandes y que más energía requieren, como la Siderúrgica, la Fábrica de Papel San Francisco o VISA, por sus procesos de transformación.
Manuel Félix
Del incremento tarifario refiere que el aumento –de septiembre– va del 8 al 12 por ciento, comparados con el mismo mes del año pasado. “El rango depende del tipo de energía que se esté suministrando, si es de Alta o de Baja Tensión, son diferentes conceptos, Energía Punta, Semi Punta, Intermedia o Base, va del 8 al 12 por ciento el aumento calculando lo pagado en octubre del 2015 con este mes del 2016.
“Después de 18 meses de bajas consecutivas, claro que del uno por ciento o menos, pero en los últimos trece meses ha tenido aumento del seis al 10 por ciento…Es un costo considerable, no te permite hacer más contrataciones, no te permite invertir o aumentar prestaciones. Es un tema que obviamente afecta la competitividad”.
Serias broncas
“Ha sido golpe tras golpe”, comenta Juan Manuel Espinoza, líder de los restauranteros en Mexicali. Se refiere al aumento al IVA, a la gasolina, las rentas, la devaluación y ahora la electricidad. El dirigente de Canirac Mexicali considera que los restauranteros no le pueden endosar el aumento al cliente, lo que ha significado mermar las utilidades. “Los únicos que están sobreviviendo son las franquicias porque traen un apoyo económico de otras sucursales. La industria restaurantera local estamos en serias broncas, varios restauranteros ya han cerrado, (otros) en planes de cerrar, el empresario local no tiene ningún otro tipo de soporte”. En la capital, cerca de 70 mil personas viven del trabajo en restaurantes.
Reflexiona que los únicos que podrían sobrevivir son los restauranteros que estén dispuestos a pulir sus esquemas administrativos para sacar mejor provecho como el trabajar con personal multifuncional, ahorrar y no bajar el gramaje de los platos. Informa: los cierres se han dado sobre todo en cenadurías y taquerías, los más frágiles.
El dirigente de Canirac considera que el gobierno debe apoyar para cambiar las rentas de dólares a pesos, que se abran ventanillas únicas para los trámites y que se busque abaratar servicios como la electricidad, el agua y el teléfono.
Ejemplifica: la tarifa eléctrica con un aparato de 5 toneladas, en un servicio doméstico gasta cerca de 1 mil 700 pesos mensuales, mientras en un restaurant paga cerca de 23 mil pesos. Además, cada vez que una autoridad llega y toca la puerta de un negocio, “va a multar, sancionar, revisar, confiscar o embargarte, pero nunca llega a preguntar en qué puede ayudar para generar más empleos”.
“Al paso que va, en un año va a haber una oleada de cierres de lugares, de restaurantes, de bares. Los bares dan empleo a 25 mil gentes, imagina que empiecen a cerrar, ¿qué va a pasar con esas 25 mil gentes en la calle?, se pregunta el líder restaurantero.
