De Trez en Trez
1.- Vamos por partes…
La gran mayoría de los millones de mexicanos que decidieron salir del país y establecerse en Estados Unidos lo hicieron porque aquí, en México, tenían pocas oportunidades de progresar, porque no les alcanzaba el dinero, por los salarios bajos, por la falta de empleo, porque querían mejorar sus condiciones de vida y desde luego, por otras muchas y variadas razones.
Prefirieron salir del país, sufrir en el extranjero discriminaciones, malos tratos, jornadas extenuantes, amenazas, deportaciones, separación de la familia, humillaciones, poner en peligro su propia vida y en no pocas ocasiones, la de sus seres queridos.
El pago en dólares, la mejora en el nivel de vida, las comodidades, el poder adquisitivo que da el tipo de cambio del dólar frente al peso mexicano, el asegurar un buen nivel de educación para sus hijos, el poder aprender el idioma inglés fueron el aliciente.
Así lo hicieron durante muchos años, algunos aprovechando el programa de braceros, otros sacando tajada de la oferta de amnistía para regularizar su estancia en aquellas tierras de los –paso de nuevo– “primos”, y otros más, brincando la cerca, cruzando el río, atravesando el desierto, corriendo por los “freeways”, ocultos en ingeniosos escondrijos improvisados en autos y camiones, pagando una, otra y otra vez a los “polleros” a los “coyotes” y en general a quienes se dedican a “la exportación de mano de obra nacional”. Miles han perdido la vida en el intento…
Y desde allá, envían su dinero a los que en México se quedaron, millones de dólares llegan al país cada año, remesas que alivian en mucho las carencias sufridas en diversas entidades a lo largo y ancho del territorio nacional, tantos dólares que han llegado a ser pieza importante de la economía nacional.
Pero, como dicen por ahí: “Todo iba más o menos bien…hasta que empezó a ir mal.”
2.- Cuando todo indicaba que la elección presidencial sería ganada por Hillary Clinton y para desgracia y temor de millones y millones de personas allá y aquí, y en buena parte del mundo, Donald Trump resultó el ganador y es el presidente electo de los Estados Unidos de Norteamérica, con todo lo que ello implica: discriminación, desprecio, xenofobia, machismo, racismo, misoginia y su pensamiento de derecha, nacionalista entre otras peculiaridades del magnate.
No bien se reconocía el triunfo de Trump y ya se le caían los pantalones al gobierno federal de puro susto, del temor que provocan todas las amenazas que ha vertido el millonario neoyorkino en contra de México y de los mexicanos y en general de los latinoamericanos.
3.- Desde luego, los paisanos residentes legales o indocumentados ven con lente de aumento esas amenazas. Y tiene razón para ello.
Y pues nada, que el gobierno de México, que no pudo evitar que millones de compatriotas salieran del país como ya se mencionó antes, se declara más que listo para recibirlos de regreso, y por lo pronto, a través de la SRE han puesto en marcha un programa de 11 puntos (¿dónde he oído eso antes?) “…que servirán para apoyar a los mexicanos migrantes.” Se afirma en la Cancillería.
Teléfonos con línea de ayuda y de orientación, consulados móviles, agilidad en la entrega de documentos de identidad, matrícula consular, pasaporte y actas de nacimiento, ampliación de horarios de atención a mexicanos entre otras medidas que anunció la SRE.
Así pues, ante la inquietud y la zozobra de millones de mexicanos cuya salida del país no pudieron evitar los gobiernos federales, incluido el actual, ahora pretende –en vano– ayudarlos y protegerlos en Estados Unidos cuando antes, aquí, en México no lo hizo. Populistas y mentirosos.
P.D.- En ZETA número 3, del viernes 25 de abril de 1980, cuando era “tamaño atalaya”, escribí el artículo “Autobuses malos, tarifas caras” y daba cuenta del estado deplorable de las unidades de transporte público, autobuses y taxis, del trato descortés de los operadores a los usuarios y de los peligros que representaban para la seguridad y la salud de todos. 36 años después, inconcluso, con muchas deficiencias, muchos problemas y pleitos por intereses económicos, se pone en marcha el Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT). ¿Será la solución? ¿Tendrá por fin Tijuana el sistema de transporte que merecen los usuarios?
P.D.2.- Al nuevo presidente municipal Juan Manuel “El Patas” Gastélum, le tocará lidiar con los transportistas, porque el Doctor Jorge Astiazarán Orcí pues, pues ya se va.
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com