De Trez en Trez
Veracruz.- En todo un “prietito en el arroz” de los que recién refirió “Enriquepeñanieto”, se ha convertido esta entidad que batallará mucho para recobrar la gobernabilidad luego del desastre que dejó el aún gobernador con licencia Javier Duarte, quien por cierto y aunque difícil de creer, sigue escondido.
Para mucho, esto es una situación en la que los involucrados le hacen al “Tío Lolo”, porque dicen, los que antes alababan a Duarte y celebraban su ascenso al poder, son los mismos que se hicieron de la “vista gorda” en cuanto a los excesos y las raterías de las que ahora se le acusa, lo que sin duda habla de incapacidad o de una peligrosa y sucia complicidad.
¿Apoco nadie sabía de los desvíos de fondos? Eran obvios y muy visibles. ¿Por qué lo dejaron casi terminar su gestión? ¿Por qué aguantarlo tanto tiempo? Pero, lo que más mueve a la suspicacia –sospechosismo diría Creel– es que, parece, le dieron todas las facilidades para huir. Las razones para ello las conocen la Segob y la oficina de la Presidencia, sin duda.
Pero, para acabarla de amolar, como consecuencia del daño patrimonial, cercano a los 16 mil millones de pesos tan solo en 2015, se dejó a los municipios en incapacidad para cumplir con sus obligaciones de pago, pues no les entregaron más de 3 mil millones de pesos de fondos federales que el escurridizo góber con licencia se embolsó y ahora varios alcaldes veracruzanos han “tomado” el Palacio de Gobierno allá en Jalapa, lo que ha motivado que el proceso de transición para que Miguel Ángel Yunes asuma la administración estatal.
Ya ni para qué le recuerdo el clima de violencia, ejecuciones, levantones, desapariciones y asesinatos muy sospechosos de periodistas, adeudos a la universidad y con maestros jubilados en el que está sumido el “rinconcito donde hacen su nido las olas del mar” tal y como le cantaba Agustín Lara.
Así las cosas, el escenario para el próximo gobernador no es muy bueno, menos aún si su gestión será tan solo de dos años. Y luego, ¿qué sucederá?…
Edomex.- Es sin duda uno de los estados más importantes en la vida política del país, pues además de ser el lugar de nacimiento del presidente, también es el feudo del grupo político y económico que lo apoya y lo sostiene.
Se ve muy difícil que el PRI y grupos que lo acompañan estén dispuestos a ceder el poder en tan importante entidad.
Así, se preparan las elecciones que se realizarán en el ya cercano 2017 y que, sin duda, darán mucho de qué hablar, de lo bueno, pero más de lo malo de quienes aspiran a despachar en la oficina de Toluca.
Son varios los suspirantes y en la cúpula política tricolor le “están tanteando el agua a los camotes” con Alfredo del Mazo, Carolina del Mazo (para variar, primos de “Enriquepeñanieto”), algunos hablan del regreso de Luis Videgaray, ex SHCP, Ernesto Nemer y Alfonso Navarrete Prida también son mencionados, Luis Miranda, César Camacho Quiroz y hasta Aurelio Nuño, por hoy titular de la SEP, entre otros.
Por el lado de la oposición y vista la dificultad que les representa ganar la elección, se habla de candidatos apoyados por una alianza suficientemente poderosa y un candidato o candidata fuerte para poder derrotar el PRI. Veremos…
De cocina.- Cuando se está en Tijuana y uno oye “Bol Corona”, pues recuerda el restaurante antaño famoso por su comida, bebida y diversión. Solo que en la actualidad, dista mucho de ser así. Por lo que respecta a su sucursal de Otay, resulta caro, comparado con el servicio y lo servido, para iniciar: tarro chico de cerveza importada a 50 pesos, consomé, sopa de verduras, caldo de res, consomé de pollo, tienen un precio parejo, no importa si uno es solo caldo o tiene vegetales o carne de pollo.
Pedimos una tampiqueña de arrachera y nos sirvieron una carne sin sabor, seca y dura, poco de arroz, una enchilada roja de queso, frijoles y guacamole con tanta cebolla que aún no puedo quitarme su aromática esencia, un par de tortillas de harina de paquete (ya no hechas en el momento), además el servicio no es del todo completo. En el recuerdo quedaron los famosos burritos de camarón, de langosta, las arepas sabrosas, el “merequetengue” rico, bien preparado y tantas otras comidas. No es el precio pagado en la cuenta final, es el sabor, la calidad del producto y la atención recibida. Así que en Otay, poco recomendable y si busca al Bol Corona de antes, ni lo piense, mejor diríjase a los tacos de corte Nueva York de “El Primo”, cerca del vado entre la colonia Libertad y la Del Río.
P.D.- Espere otra opinión más de algún restaurante, fonda o taquería…Al fin que comer fuera de casa es uno de mis placeres culpables.
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com