Yo te adoro, yo te quiero,
te idolatro con amor
y te imploro y te venero
y te entrego el corazón.
Si no estás junto a mí
siento herida mi ilusión,
pero te llevo aquí, recitando
esta canción.
Una florecilla blanca
apareció junto a mí,
la recogí sin saber
que mi vida estaba ahí.
Y en el campo muchas flores
crecen siempre por ahí,
pero todas de colores
ni una se parece a ti.
…Volé una vez a los cielos
y en los astros descubrí
que había estrellas muy hermosas,
pero ni una tanto así.
Y en la florecilla blanca
que en el bosque recogí,
ahí están mis anhelos,
todos juntos para ti.
José Miguel Ángel Hernández Villanueva
Tijuana, B.C.