El lema del Tercer Informe de Gobierno de Francisco Vega de Lamadrid, es “Vamos por buen camino”. Al menos eso es lo que la estrategia de comunicación pretende hacer creer a la población en una campaña que se distingue más por la intensidad mediática que por los reales resultados positivos del último año en beneficio del Estado 29.
Realmente, el Gobierno de Baja California no va por buen camino. Tan así es, que el fin de semana, el sábado 24 de septiembre, el Gobernador se reunió en Tecate con los Diputados Federales que representan al estado. La cita fue para quejarse. El mandatario y sus funcionarios apelaron a la buena disposición de los legisladores para que les ayuden a traer recursos de la federación al estado, porque, insistieron: No hay. Baja California no tiene dinero.
A los legisladores de diversos partidos políticos les dieron santo y seña de los recortes que sufrieron en materia de educación, de seguridad, salud, obra. En pocas palabras, que requerían de su ayuda para que el Gobierno de Baja California salga adelante. Es decir, no van por buen camino.
También hubo señalamientos. Por ejemplo, que hasta junio de 2016, de los 889 millones de pesos asignados a SIDUE, precisamente para la realización de obra, no se habían ejercido ni el 20 por ciento. Además que el Gobierno Federal envía mil 600 millones de pesos en participaciones federales, lo cual significa que no están etiquetados y que el gobierno los puede distribuir donde mejor impacten, incluidos los sectores que han sido afectados por el recorte federal.
El camino no es bueno. De hecho, en enero de este año, Vega de Lamadrid así lo declaró: “Este 2016 va a ser o está siendo un año muy complicado, tenemos la baja del petróleo, casi histórica, sí va a ser un año difícil”. Y lo ha sido.
Los niveles de inseguridad han incrementado. Tijuana vuelve a ser una de las cinco ciudades más inseguras en México, y Rosarito y Tecate en el Estado han incrementado los índices de violencia, particularmente los homicidios dolosos. En el conteo de ZETA, de los 45 primeros meses de Gobierno de Enrique Peña Nieto, Baja California, ya gobernada por Vega, se coló en los primeros diez estados con más ejecuciones al contabilizar 3 mil 17 muertes violentas producto del narcotráfico y el crimen organizado.
La negación sistemática de la presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación en tierras bajacalifornianas por parte del propio Vega, de su Secretario de Seguridad, Daniel de la Rosa, de su Procuradora, Perla del Socorro Ibarra, solo contribuyó a que esa organización criminal creciera en la impunidad del anonimato, hasta llegar en los días recientes, a la amenaza pública contra Policías de todos los niveles gubernamentales. En Tijuana, la ciudad más conflictiva en esos términos, en lo que va del año se han registrado 634 ejecuciones. 87 tan solo del 1 al 29 de septiembre.
Sin embargo, Vega de Lamadrid, no habla de la inseguridad, ni del combate a la criminalidad, y su intención de promover el mando único quedó en ello y no en una realidad. Ni en la práctica se da la coordinación con el resto de las corporaciones policíacas o con las fuerzas armadas, y eso se nota en las calles. En materia de seguridad, el estado tampoco va por buen camino.
De los proyectos programados, todos están en pláticas, en convocatoria, en primeras piedras. Sea la desalinizadora en Rosarito o la de San Quintín, el tren de carga y pasajeros, o el Aeropuerto para Ensenada. El proyecto “más avanzado”, la desalinizadora, de nada servirá si no cuenta el estado con una red de conducción de agua, que aun cuando ciertamente es una responsabilidad, en la Conagua, la instancia responsable, no hay ni recurso ni proyecto para construirla.
De una de las inversiones más grandes que ha traído Francisco Vega, la instalación de la cervecería Constellation Brands, en el Valle de Mexicali, la polémica ha iniciado. Agricultores se quejan que el Gobernador ha comprometido el agua de las ciudades y la destinada al riego en el Valle para el funcionamiento de la cervecería, afectando la siembra, y haciendo más difícil el flujo del líquido a municipios como Ensenada, donde la crisis del agua ha pegado fuerte.
Tampoco va el Gobierno por buen camino en materia de conflictos. Las jubilaciones de ISSSTECALI para lo cual les fue otorgado un crédito de más de dos mil millones de pesos, no han sido subsanadas porque ese dinero desde la Secretaría de Finanzas decidieron utilizarlo en otros menesteres, obras se supone, de las cuales poco o nada se ha sabido.
El brote de manifestación en San Quintín producto de las pobres condiciones en las que laboran los jornaleros, y en el cual el Gobernador comprometió ayuda, sigue siendo un peligro latente.
Atraviesa además el Estado por una crisis de migración, ante la llegada de migrantes de Haití y África, que toma por sorpresa al gobierno de Vega, además sin recursos ni fondos federales. Hace unos días, apelaron a la buena voluntad de los bajacalifornianos, pidiéndoles apoyo en centros de acopio en los cinco municipios, y habilitando albergues, luego que la casta la sacaron las organizaciones de la sociedad civil de atención a migrantes que han sido castigadas con la entrega de recursos del estado.
En materia de corrupción, los señalamientos han sido diversos. Desde los realizados a inicio de año por la Auditoría Superior de la Federación, como el desvío de 73 millones de pesos del Fondo Metropolitano, pasando por los 342 millones de pesos que durante nueve meses no se entregaron a las escuelas públicas concepto de la Beca Progresa, ministración mensual que les permite administrar y sobrevivir para ofrecer una educación de calidad. Recurso que el Gobierno del Estado desde la Secretaría de Finanzas no explicó dónde estaba, en qué se había gastado o por qué se había retrasado, obligando a los directivos y maestros de las escuelas a pedir ayuda a los padres.
El Secretario de Economía, Carlos Bonfante no ha salido del ojo del huracán. Cuando no se le acusa de beneficiar a sus empresas como Zahori, o empresas patrocinadoras del gobierno como Sukarne con recursos federales, es señalado por defraudar al Sistema de Administración Tributaria entre otras conductas más que sospechosas.
Realmente al análisis de los hechos, el Gobierno de Baja California no va por buen camino. Los diputados federales con los que se reunió el Gobernador el sábado en Tecate, le sugirieron hacer lo mismo que el Gobierno Federal: Recortar gasto. “Si el gobierno federal recortó el presupuesto, lo lógico es que el gobierno estatal también lo recorte, pero en lugar de hacer eso, fue y se compró un avión. ¿Quién se compra un avión en medio de una recesión?”.
Tan no se va por buen camino, que el Tercer Informe de Francisco Vega de Lamadrid, será resumido en la plana de un periódico para darlo a conocer a la ciudadanía. En un volante o en un cuadríptico. Por tercera ocasión, Vega no rendirá un informe ante ciudadanos, ni emitirá un mensaje solemne. Por tercera ocasión entregará en las calles y cruceros información por escrito, él y todos sus colaboradores perderán horas hombre para volantear.
El tercer informe será eminentemente mediático, carteleras, anuncios en radio, prensa, televisión e internet. Un video de 15 minutos en plataformas digitales y medios electrónicos. Lo mismo en esta administración, o como dicen, mucho ruido y pocas nueces.