La madrugada del domingo 25 de septiembre, el Beisbol de Grandes Ligas perdió a uno de sus mejores lanzadores de la actualidad. El cubano José Fernández, de los Marlins de Miami y otras dos personas murieron cuando su embarcación, de 32 pies de longitud, chocó contra un rompeolas en Miami Beach, Florida.
Fernández desertó de Cuba a bordo de un bote en su cuarto intento, cuando era un adolescente. Y cuando su madre cayó en el Canal de Yucatán durante la travesía, el joven se lanzó al agua y la rescató. Ese antecedente heroico de Fernández hizo de su muerte, ocurrida a primeras horas del domingo, un hecho mucho más desgarrador. Tenía 24 años y todo un futuro por delante.
“Era una de las grandes estrellas jóvenes de nuestro deporte que tuvo un impacto dramático dentro y fuera del terreno desde su debut en 2013. Nuestras reflexiones y plegarias van para su familia, la organización de los Marlins de Miami y todas las personas a las que él influyó en su vida”, declaró el comisionado de Grandes Ligas, Rob Manfred.
Las autoridades creen que iba a máxima velocidad por la magnitud del impacto que, al parecer, dejó al bote con evidencias de daño severo. Según explicó Lorenzo Veloz, portavoz de la Comisión de Conservación de Peces y Vida Salvaje de Florida, ninguno de los pasajeros llevaba puesto el chaleco salvavidas.
Asimismo, indicó que en ocasiones anteriores habían realizado inspecciones de seguridad en esa lancha en la que solían pasear también otros jugadores de los Marlins y cuyo conductor conocía bien la zona, por lo que no se explican las causas que provocaron el accidente.
Aunque todavía se esperan los resultados de las pruebas toxicológicas, hasta ahora no hay evidencia que indique a las autoridades que los pasajeros del bote estuvieran bajo los efectos del alcohol o de algún otro tipo de sustancia o estupefaciente.
Una carrera fugaz
Nacido en Santa Clara, Cuba, José Fernández trató de desertar de Cuba en al menos tres ocasiones, por lo que pasó varios meses en prisión tras uno de sus intentos fallidos. A sus 15 años, él y su madre finalmente llegaron a México, y poco después se reunieron con su padre en Tampa, Florida, que había desertado de Cuba dos años antes. En Tampa, el pelotero iniciaría estudios en una escuela secundaria.
Los Marlins le tomaron en el Draft de 2011 y Fernández debutó en Ligas Mayores dos años después. Durante sus cuatro temporadas con Miami, Fernández fue seleccionado dos veces para el Juego de Estrellas y registró una marca de 38-17, llevándose el premio al Novato del Año en 2013. Fernández adoptó la nacionalidad estadounidense el año pasado.
Aunque no se conocen muchos detalles de su vida familiar, al parecer, Fernández iba a convertirse en padre dentro de pocos meses. Cinco días antes de su muerte, publicó en su cuenta de Instagram una foto de una mujer embarazada en la playa, identificada por algunos medios estadounidenses como su novia, Carla Mendoza, junto a un mensaje que decía: “Estoy muy feliz de que hayas llegado a mi vida. Estoy listo para ir a donde nos llevará este viaje juntos. #primerolafamilia”.