La candidatura de Hillary Clinton (HC) aparentemente es la más progresista por el mensaje de ser mujer… Por venir de los demócratas, por el respaldo del presidente Obama 2008-2016 con cierta popularidad a pesar del Nobel de la Paz, y por el contraste con un opositor empresario en apariencia apolítico, creo que deliberadamente torpe, sexista, xenófobo y racista. Pero la superficialidad engaña. HC es otra mercancía electoral prefabricada, por una decisión de probarle a los poderes fácticos, los lobby de la industria militar, el poder financiero simbolizado en Wall Street.
La historia de HC, mirada desde la Casa Blanca en el periodo del 1992-2000 de William Clinton, sus votaciones imperiales-guerreras en el Senado y sus más recientes viento de Guerra en la Secretaría de Estado, donde se define la política exterior depredadora. Las relaciones con los países de Latinoamérica, y las decisiones en coyunturas significativas caemos en cuenta de las atrocidades que tuvo que documentar para contar con el financiamiento, la logística de la estructura partidaria demócrata, los círculos de Hollywood, de la clase empresarial y la burocracia política hasta llevarla casi al poder. ¿Pero cuáles son sus pecadillos?
Enfrentarla a un estúpido con arrastre popular como Trump, es una estrategia de ingeniería política para ganar fácilmente y de antemano la presidencia. Si el contendiente fuera Berni Sanders, sería interesante la contienda, pero pese a su enorme simpatía con las demandas jóvenes fue “sacrificado” en la Convención demócrata. Claramente vemos el truco del sistema electoral, ya lo vimos –invertido claro– en Baja California con Ernesto Ruffo y Margarita Ortega (1989).
Hillary tiene en México que ver directamente con la Operación Rápido y Furioso que en 2010 inundó de armas a bandas de criminales. El operativo inició en 2009; el escándalo estalló en 2011; y tiene como antecedente unos cursos de capacitación que dio la ATF, cuando la PGR era encabezada por el ahora espurio ministro de la SCJ, Eduardo Medina Mora.
Hillary operó el golpe de Estado de Honduras, Paraguay e inestabilidad económica y política de Venezuela. En Tegucigalpa tumbaron al Presidente Manuel Zelaya legalmente constituido. Fue por razones malsanas y avaladas por Hillary. Igual ocurrió en Bolivia para diseñar una estrategia opositora que derrumbaría al gobierno progresista y asesinar al Presidente Evo Morales.
En 2010 los demócratas y Hillary Clinton invirtieron, mil 300 millones de dólares para financiar Escuadrones de la Muerte en Colombia, donde bajo la presidencia de Manuel Santos fueron asesinados cientos de activistas de derechos humanos, periodistas, líderes y personalidades democráticas.
Hillary en el 2010, metió todas las manos para intentar un golpe de Estado en Ecuador y derrocar un presidente electo en las urnas. Se manipuló mandos policiacos bajo su influencia desde la embajada de Washington en Quito, porque les estorba un Presidente independiente y crítico del imperialismo como el Dr. Rafael Correa.
No se puede olvidar la intervención de Hillary bajo su responsabilidad política sionista en Palestina, de la invasión sangrienta en Libia en 2011, donde murieron por los bombardeos 100 mil libios. Libia, nación rica en petróleo, agua y con un alto nivel educativo, de salud y beneficios sociales en el régimen de Gadafi. Había abierta una vía diplomática, que hubiera evitado destruir ese país, pero para aterrorizar al mundo árabe bombardearon población civil inocente y destruyeron ciudades e infraestructura. El fin es intimidar a todos los pueblos ante las demandas increíbles de presiones de la maquinaria militar. Lo mismo hizo William Clinton en Kosovo, Bosnia Herzegovina, una masacre de población civil, crímenes de lesa humanidad.
La condición de mujer y “demócrata”, no la salva ni humaniza. Por su trayectoria es una candidata muy cuestionada y rechazada por el pueblo norteamericano, al igual que Trump por vicios y corruptelas de la clase política. Hillary funciona y representa a los de muy arriba, no a los clase-medieros, menos a los trabajadores y ambos, Trump y ella, dividen al electorado. No es abanderada de las mejores causas, al contrario, Hillary es un peligro por un choque con gigantes como China y Rusia. Trump para México.
Su política de ganar será imponer deudas eternas, comercio injusto, gobiernos corruptos, instituciones títeres, elecciones fraudulentas, poderes espurios, exportación de armas como el operativo Rápido y Furioso en México, la simulación de “democracias” Made in USA. Una carrera armamentista que atiza amenazas estratégicas para enfrentar a “los ejes del mal” Corea, Rusia y China. Los Clinton son instrumento de los grupos de poder que no detendrán la caída en el calentamiento global. Estas historias intragables es la apuesta de la Campaña Trump.
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es Académico del Instituto Tecnológico de Tijuana. Correo electrónico: hrgcuellar@yahoo.com
