El flamante secretario de Economía en México, Ildefonso Guajardo, dijo que de aquí a noviembre habrá un ambiente de volatilidad que podría influir en los mercados financieros, esto en el contexto de las elecciones de Estados Unidos.
“Las próximas cinco semanas estarán influidas en ese ambiente, pero no son los únicos elementos que tienen impacto en los mercados financieros y en los mercados cambiarios, hay otros como las decisiones de la Reserva Federal o las determinaciones del Banco de México”, abundó el empleado federal. Pero la realidad es que el tema inflacionario no tiene una sola vertiente de afectación.
El peso se ha erosionado en su valor frente al dólar interbancario en un 9% durante los últimos diez días de septiembre y en el presente sexenio por arriba del 50%, y es muy probable que la situación de incertidumbre en la paridad peso-dólar prevalezca hasta diciembre y se intensifique en noviembre, externó el economista Rubén Roa.
Reconoció que, aunque el 21 de septiembre la Reserva Federal de los Estados Unidos anunció que deja sin cambios la tasa de interés de referencia, dicha situación de momento brinda algo de certidumbre, aunque se deja ver que persiste la intención de los miembros del Comité Federal del Marcado Abierto de subir en 25 puntos base la tasa de referencia en una fecha próxima y no posterior a la conclusión del presente año.
“De manera simultánea observo que el dólar, visto como activo de refugio que se ha fortalecido frente a diversos acontecimientos en el mundo, ha generado un daño colateral al peso mexicano, es decir, se han migrado posiciones en pesos mexicanos hacia en dólar norteamericano”, indicó el especialista.
“Creo que este proceso de devaluación no se detendrá hasta en tanto siga cayendo el precio internacional del petróleo, pues como ya se ha visto, la economía mexicana ha desarrollado una gran sensibilidad en este rubro dada su alta dependencia en materia de ingresos fiscales. Otro factor será la evolución de la economía mexicana, particularmente el crecimiento económico derivado de la fortaleza del mercado interno y de la evolución que registre la Hacienda pública federal en lo que resta del año, me refiero particularmente al déficit fiscal.
— ¿Se recuperará el peso?, se le preguntó.
“Considero que no mucho. La fragilidad de las finanzas públicas nacionales y los eventos que han generado incertidumbre en el entorno mundial, se han constituido en el talón de Aquiles de nuestra economía. Francamente veo difícil una recuperación del peso, pues la política fiscal emprendida por la presente administración es restrictiva, no hay ya opciones en esta materia, los beneficios por las llamadas Reformas Estructurales brillan por su ausencia, y en definitiva los ingresos fiscales se perciben limitados y exiguos”.
Agregó que para reactivar la economía el Gobierno Federal deber garantizar estabilidad política y social en el país, pues es fundamental fortalecer el Estado de Derecho y la institucionalidad en el país.
“En materia de gasto público, habría de patrocinar un Programa Económico para 2017 que privilegie la inversión productiva, en infraestructura económica y social, así como en educación, que disminuya el tamaño y costo del aparato gubernamental en sus tres niveles de gobierno, sin sacrificio de la calidad en los servicios brindados”, concluyó Roa.
